Segunda
edición de la antología aparecida en 2004 en la Serie de Oro Latinoamericana.
“Oro”
(Grandes éxitos)
Violeta
Parra
Universal
Music 577778-2
Edición
argentina
Violeta del
Carmen Parra Sandoval (1917 – 1967) ha sido una
de las artistas más auténticas nacidas en Chile. Desde pequeña se las ingenió
para vencer las adversidades, siendo parte de una familia numerosa y humilde.
Aprendió a tocar la guitarra que perteneció a su padre y, varios años después,
comenzó a ganarse la vida cantando en restaurantes y otros ámbitos populares.
Interpretaba las canciones de moda de aquella época: rancheras, corridos y
boleros, hasta que su hermano Nicanor le aconsejó: “deja de cantar tonterías y
ve al campo a buscar la verdadera música”. Y así lo hizo Violeta, como si
necesitara de ese estímulo para iniciar la apasionante actividad de
folklorista. Ella se adentraba en los poblados rurales buscando la sabiduría y
las canciones que recordaban los ancianos de cada lugar. Con paciencia, recogía
los testimonios en papel y, con el tiempo, en una grabadora de cinta.
Su
vinculación con el Partido Comunista le permitió estar en contacto con artistas
e intelectuales que compartían muchas de sus inquietudes. Aprovechó la
invitación para participar en el Festival de la Juventud en Polonia para
establecerse en Europa, más específicamente en París. Mientras que en Chile y
otros países de la región se admiraba lo extranjero (especialmente las
expresiones artísticas de los Estados Unidos y Europa occidental) Violeta se
propuso mostrar el arte de estas tierras en el Viejo Continente.
A
mediados de los ’60 sus hijos Ángel e Isabel mantenían con éxito su Peña de los
Parra, uno de los centros de producción de muchas de las grandes obras de la
Nueva Canción Chilena. Por su parte, Violeta armó una gran carpa de circo en un
terreno cedido por el alcalde de La Reina (comuna situada en las afueras de
Santiago) con la idea de convertirla en un centro para el estudio y la
interpretación de la música de raíz folklórica chilena y latinoamericana. Pero
el desdén de instituciones públicas y privadas, que le negaban apoyo a sus proyectos,
sumado a un desengaño amoroso, influyó
negativamente en el ánimo de la artista, quien se quitó la vida en su famosa
Carpa de La Reina.
Tras
la muerte de Violeta las reediciones de EMI – Odeon han sido erráticas. Tanto
en Chile como en Argentina aparecieron innumerables antologías en los formatos
LP y casete. En la era del CD, cuando en los principales mercados mundiales la
tendencia era reeditar la obra integral de cada artista, EMI ofrecía su
material “con cuentagotas”. Entre las recopilaciones aparecidas en Chile, las
que más circularon fueron “El folklore y
la pasión” (1994) y “La jardinera y
su canto” (Serie “Haciendo historia”) (1997). En 2007 apareció el único disco
original reeditado como tal en CD, “Carpa
de La Reina”, con la participación
de Quelentaro, el Grupo Chagual, Héctor Pavez y sus hermanos Lautaro y Roberto Parra. Las grabaciones de Violeta que figuran en este
disco original de 1965 son La pericona se ha muerto, Se juntan dos
palomitas, Los pueblos americanos (acompañándose con charango) y Palmero,
sube a la palma. La edición de una caja con 4 CDs (“Antología de Violeta Parra. Grabaciones originales en EMI – Odeon.
1954 – 1966) aparecida en 2012 hace
algo de justicia respecto al poco interés del sello de poner a disposición del
público la obra de la artista tal como fuera publicada en vida.
En
la vecina Argentina, uno de los pocos materiales aparecidos en compacto
(siempre refiriéndonos al material de EMI) es la antología “Grandes éxitos” en la Serie
de Oro Latinoamericana, que también publicó selecciones de obras de Los
Jaivas, Víctor Jara, Quilapayún, Inti – Illimani, Alfredo Zitarrosa y Atahualpa
Yupanqui, entre otros artistas. La adquisición de EMI por parte de
Universal Music, a nivel mundial, dotó a esta última de un frondoso catálogo
que merece reeditarse de la mejor manera, respetando el arte de las ediciones
originales. Mientras tanto, estas antologías suplen la posibilidad de disfrutar
los discos tal como han sido concebidos por los músicos.
Universal
Music ha reeditado aquel CD incluyéndolo en su serie Oro. Si bien la portada de la edición de EMI no era
demasiado atractiva (al igual que todas las de la serie) en esta nueva
publicación no hay fotografías. Sin embargo, en el centenario del nacimiento de
Violeta Parra es una buena señal su inclusión en el catálogo del sello. La
selección es mezquina en la cantidad de canciones (apenas 12 surcos, al igual
que en la mayoría de los discos de esta colección) siendo, de todas maneras, un
testimonio muy valioso para adentrarse en el trabajo de la artista chilena.
El
disco comienza con Casamiento de negros, atribuido muchas veces a Violeta, aunque
se trata de un antiguo motivo popular arreglado por la folklorista chillaneja.
La canción formó parte de la película del mismo nombre dirigida por Sergio
Bravo en 1959. Y arriba quemando el sol pertenece a la etapa más “combativa”
de Violeta, inspirada por la enorme injusticia que notaba en sus viajes por
Chile. La denuncia adquiere un carácter poético y musical en la pluma y la voz
de la inolvidable cantautora. Una versión que permaneció inédita en CD hasta la
primera edición de esta antología es El sacristán (popular chilena). Se
trata de la grabación en estudio de una canción con letra picaresca recopilada
en Buin. La bellísima Paloma ausente y Mañana
me voy pa’l norte aparecen, sorprendentemente, con sonido
monofónico, mientras que en las
antologías chilenas aparecieron en estéreo. La segunda de las canciones
nombradas es testimonio de su relación artística y amorosa con “el tocador
afuerino” Gilbert Favre, el músico
suizo que aprendió a tocar quena y percusiones de la mano de Violeta.
Si lo que
amo tiene dueño (popular), El hijo arrepentido (Nicanor y
Violeta Parra) y el vals Qué pena siente el alma (popular)
son ejemplos de la rica música de raíz folklórica chilena, inmortalizados por
la artista en magníficas versiones, poniendo el alma entera en el canto y la
guitarra. Otra joya de su autoría es Juana Rosa, dedicada amorosamente a
su hija. Ausencia (Tomás Gabino Ortiz), Por la mañanita (tonada
de Violeta Parra) y Veintiuno son los dolores (décimas numeradas compuestas por la
popular cantautora) completan el panorama ofrecido por esta selección de
grabaciones.
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