sábado, 26 de noviembre de 2011

Colectivo Upé presenta “Uruparaná Way”


Sala “Osvaldo Pugliese”
Centro Cultural de la Cooperación
Av. Corrientes 1543, Buenos Aires

Jueves 24 de noviembre de 2011


Colectivo Upé es una agrupación musical formada por jóvenes músicos del interior de Uruguay y Argentina.
Yisela Sosa (nacida en Paysandú en 1975) estudió flauta traversa, guitarra (con Daniel Drexler y Esteban Klísich), piano y danza desde 1982. En 1998 forma parte de la banda de blues “Punto Rojo” y dos años después comparte con Darío Iglesias el CD “Espejismos”. En 2006 se presenta como solista en el Festival de Jazz de Paysandú, y publica su primer disco solista “Descalza”.
Yisela Sosa

En la apertura del espectáculo musical—precedida por una presentación teatral con ribetes oníricos—Yisela Sosa protagoniza una actuación muy cuidada, sustentada por su sólida formación artística. Hermosas composiciones propias y otras como Cántaro,de Julián Venegas parecen desnudar su alma y sus pasiones, tanto en su voz como en la delicada instrumentación de la flauta traversa.


Damián Verdún (Rosario, 1982) estudia en la Escuela Provincial de Música y en el Instituto Superior del Profesorado de Música. Al ser sus padres grandes conocedores , como músicos, del rico repertorio de raíz folklórica de nuestro país, Damián incorpora naturalmente este saber popular que se conjuga con otras expresiones contemporáneas. En 2007, Damián debuta como solista de charango.

Damián acompaña naturalmente a sus compañeros cantores Yisela y Julián, luciéndose especialmente cuando ejecuta O astronauta, memorable creación de Baden Powell y Vinícius de Moraes.

Damián Verdún

Viki Virgolini (Rosario, 1983) se luce en el complejo entramado de las percusiones: platillos, bombo y accesorios a los que adapta con gran talento a las canciones del grupo.

Viki Virgolini


Julián Venegas (Rosario, 1984)  se ha formado desde pequeño en canto y guitarra con maestros de su ciudad. A su inclinación inicial hacia el blues se suman influencias de la música latinoamericana, sustratos que emergen en su tarea creadora en las cuerdas de la guitarra.
Julián nos presenta sus creaciones Miedo y Ayudamemoria, composiciones a través de las cuales podemos empezar a conocer a un interesante cantautor, que también aporta lo suyo al sonido colectivo del espectáculo “Uruparaná Way”.

Julián Venegas

En el tema Agüeré de Ianzá, Yisela Sosa homenajea al Dios de los Vientos. A través de esta composición, con temática y rítmica bien interesantes, como se puede apreciar en el video adjunto, la artista sanducera se revela como una de las creadoras más importantes de los últimos tiempos.  Su dulce voz también nos deleita en Color arena (aire de zamba)  de Julián Venegas, y en su propia creación titulada Victoria.


Video: Agüeré de Ianzá (Y. Sosa) por Colectivo Upé
(C) Fogón Latinoamericano y Colectivo Upé


Una de las mejores composiciones de Julián Venegas es, sin lugar a dudas, Cuarto de hospital, cuyo estilo evoca, inequívocamente, al sonido creativo de Luis Alberto Spinetta. La ejecución de la guitarra incluso imita, y muy fielmente, el sonido del piano.  Por otra parte, uno de los artistas invitados es Quique Sinesi (Buenos Aires, 1960), uno de los guitarristas más importantes del folklore, que también ha incursionado en otros ritmos como tango, candombe y jazz. Comparte protagonismo con Damián Verdún en dos composiciones muy interesantes: una de ellas está compuesta por el propio Damián y se titula Niño. Es una obra de extraña belleza, entre futurista y nostálgica.

Quique Sinesi (Izq.), Damián Verdún y Viki Virgolini


Por otra parte, Pablo Grinjot (n. 1972) se suma al grupo con otras sonoridades: la del piano primero y posteriormente la del violín, acompañando a Yisela en lindas canciones como Rinconcito, de Daniel Drexler, uno de los creadores uruguayos que más ha influenciado a estos músicos.


Pablo Grinjot (violín) junto a Yisela Sosa




Colectivo Upé


El cierre, a todo ritmo,a través del tema instrumental "El griego", nos revela la necesidad de difundir y apoyar la excelente labor de Yisela, Damián, Viki y Julián por todos los puntos del país, donde sin lugar a dudas, brindarán lo mejor de sí para el deleite del público amante de la trova y las canciones de raíz folklórica de ambas orillas de los ríos De la Plata, Uruguay y Paraná.




Video: El griego
(c) Fogón Latinoamericano y Colectivo Upé
Agradecimientos especiales a Damián Verdún y Viki Virgolini


Más información:
www.myspace.com/pablogrinjot
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sábado, 5 de noviembre de 2011

V Festival Internacional de Música “Sonamos Latinoamérica” (Tercera y última Noche)

El conjunto venezolano Guasak4




Domingo 30 de octubre de 2011

La sala Horacio Castillo del Centro Cultural Provincial abre nuevamente sus puertas para albergar la última noche de encuentros musicales en Santa Fe.  El artista que abre la velada es José Ceña, nacido en el barrio porteño de San Cristóbal. José es un apasionado por la obra de Atahualpa Yupanqui, a quien recrea con respeto y sensibilidad, como se puede apreciar en el disco “Canciones del mensajero”, aparecido hace pocos años.
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La primera canción, un solo de guitarra y voz de José, es Vendedor de yuyos, del recordado músico aquerenciado en Cerro Colorado. Ceña exhibe excelentes condiciones, tanto por su timbre de voz como por sus conocimientos musicales. En el siguiente tema, también se suman el pianista Fernando Lernoud y el flautista Pablo Larghi. Se trata de la obra De aquellos cerros vengo, de Yupanqui y Pablo del Cerro, con excelentes arreglos del grupo. Hay canciones del mismo autor que son menos conocidas pero igualmente interesantes como la zamba Viento, viento y la “canción de los cerros” El promesante, gran versión en la voz de José.




Video: José Ceña
 (por gentileza de Sonamos Latinoamérica)


También disfrutamos de la obra de otros autores: la zamba La mula ánima, de Gustavo “El Cuchi” Leguizamón y la chacarera de los Hermanos Núñez Agüita demorada. Cierran esta parte del recital otras dos obras de don Atahualpa: el huayno Punay y la hermosa Canción para Doña Guillerma. El repertorio, poco transitado, es otro acierto de José Ceña, sumado a sus excepcionales condiciones vocales y a su gran talento como músico e intérprete. Los músicos acompañantes logran arreglos tan novedosos como descollantes, fruto de un trabajo conjunto en el que se nota la dedicación, el esfuerzo y el gusto por el repertorio de raíz folklórica, recreado con un sonido actual que a su vez respeta la concepción original de las canciones.


Tras una merecida aclamación del público, José se despide con la chacarera Añorando, de los Hermanos Simón.


Nos visita por segunda vez un grupo formado por gente muy joven: Guasak4, de Maturín, en el estado venezolano de Monagas. Sus integrantes son Daniel González (bajo), Saúl Silva (maracas o capachos), Daniel Requena (cuatro), Héctor Medina (cuatro y voz) y Paur García (percusiones).  Las dos primeras obras, Onda nueva (Ademaro Romero) y Aquel zuliano (danza zuliana de Renato Aguirre) exhiben ricas armonizaciones para todos los instrumentos.  Como rasgo distintivo, Guasak4 ofrece una variedad de ritmos bailables muy contagiosos y creativos.

Guasak4

Guasak4: Héctor Medina, Daniel Requena y Daniel González


El merengue caraqueño El norte es una quimera, de Luis Fragachán, comienza con acordes de rock al mejor estilo de Elvis Presley a los que se suma mucha percusión; posteriormente el tema adquiere aires de jazz muy interesantes. María Antonia, ritmo caribeño (originalmente un merengue) recopilado por Gualberto Ibarreta, es una excelente muestra del arte de estos muchachos.





Video: María Antonia (fragmento) por Guasak4
 (c) Fogón Latinoamericano


Al pasaje llanero Cajón de Arauca Pureño le sigue Desesperanza (Alfredo Sabell), cantado por el bajista Daniel González. Es un bolero que poco tiene que ver con el resto del repertorio, resultando un punto flojo de la actuación. Por el contrario, una creación original de Héctor Medina, el Joropo para Cristo, rescata el ritmo del joropo oriental, “casi en extinción”, al decir del propio Héctor, ya que resulta difícil de tocar. El grupo toca este ritmo con cuatro, mandolina y maracas. Originalmente pueden sumarse tambor y acordeón.  La versión de este joropo es excelente.

Guasak4: Saúl Silva, Paur García y Héctor Medina


Guasak4





Finaliza la actuación de Guasak 4 un joropo llanero llamado Cari cari con pajarillo, que incluye partes solistas de los dos cuatristas y del maraquero. Dada la excelencia de este conjunto venezolano, es deseable que pueda presentarse en nuestro país con mayor frecuencia y con más publicidad, ya que son pocas las oportunidades de escuchar a intérpretes de música venezolana por aquí.





Debido a la ausencia de algunos intérpretes anunciados originalmente en el Festival, el cierre del mismo está a cargo de Sonamos Latinoamérica Grupo, conformado por los muchachos de Guasak4 y la cantante y presentadora del festival, Ysabel Tamayo, que reside en nuestro país desde hace 24 años.


La actuación de Sonamos Latinoamérica Grupo se distingue más por la simpatía de la cantora que por sus condiciones vocales, pero logra la empatía del público presente interpretando canciones muy conocidas del repertorio venezolano como Caramba, de Otilio Galíndez, la celebérrima Caballo viejo, de Simón Díaz, y Moliendo café, de Hugo Blanco.



El cierre—con el impecable acompañamiento de los músicos de Guasak4—es a través del tema El gavilán, del Indio Figueredo, conocido aquí en las versiones de Los Olimareños e Illapu, entre otros intérpretes.  De esta forma, la versión santafesina del Festival Sonamos Latinoamérica se despide hasta el año próximo, continuando la fiesta musical en la sede de San Marcos Sierra (departamento Cruz del Eje, Córdoba).


El balance del V Festival Sonamos Latinoamérica es excelente, superando ampliamente las expectativas dada la calidad y variedad de los intérpretes, su procedencia y los estilos de música que hemos podido disfrutar. Nuestras felicitaciones a los organizadores y a toda la gente que de una u otra manera ha hecho posible esta fiesta cultural.

Agradecimientos especiales al Sr. Oscar “Poli” Gomítolo

Más información:

miércoles, 2 de noviembre de 2011

V Festival Internacional de Música “Sonamos Latinoamérica” (Segunda Noche)


Santa Fe, Sábado 29 de octubre de 2011

Tras una auspiciosa noche inaugural, “Sonamos Latinoamérica” abre una nueva velada que promete ser tan generosa y variada como la que ya hemos podido disfrutar. Con la simpática conducción de Ysabel Tamayo y Oscar Gomítolo se levanta nuevamente el telón en el Centro Cultural Provincial.
Oscar "Poli" Gomítolo


El dúo Malosetti – Goldman se forma en agosto de 1996, uniendo los talentos de Raúl Malosetti (guitarrista y compositor) y Rolando Goldman (charanguista).  Ambos comienzan a estudiar música  desde muy jóvenes. Mientras  que Raúl recibe las influencias del jazz por parte de su tío Walter Malosetti, Rolando profundiza en las sonoridades de raíz folklórica.  Con una gran trayectoria solista en sus respectivos estilos, la conformación del dúo nos permite acceder a un nuevo universo en que se entrecruzan diferentes formas de entender la música.



Raúl Malosetti (izq.) y Rolando Goldman

En equilibrio (Malosetti) inicia el recital, simbolizando de alguna manera la propuesta del dúo. Le sigue una excelente versión del vals venezolano El diablo suelto, de Heraclio Fernández, una de las piezas preferidas de los grandes guitarristas del mundo. Raúl nos brinda su gran fuerza expresiva en un tema propio llamado Sabona, ejecutado sólo con guitarra. Por su parte, el charango solista de Rolando se luce en la hermosa obra El arriero, compuesta por el mítico músico boliviano Mauro Núñez. La obra es muy bonita en su musicalidad.





Tras los temas solistas, el dúo vuelve a tocar como tal: Un día de agosto, de Raúl Malosetti es un tema con mucha fuerza: nos sugiere elementos del rock, emulando la guitarra algunas sonoridades del bajo. El charango suena espléndido, con idéntica intensidad.  En otras interpretaciones el sonido muy andino se mezcla con los punteos “rockeros” de Malosetti, que le brindan un toque interesantísimo a la melodía. Las innovaciones de Raúl y la excelencia del charango de Goldman se complementan de maravilla para crear nuevas sonoridades.

La cueca La bolivianita (que en el CD del dúo aparece como anónima, mientras otras fuentes la atribuyen a Antonio Pantoja) se traduce en una ejecución impecable, realzada aun más por el excelente sonido de sala. Como bis, el Dúo Malosetti – Goldman recrea el bailecito Subida, del afamado músico y luthier Ernesto Cavour.



El Trío Cordes Pinceés de Paris es otro de los lujos que nos brinda el festival santafesino. Conformado por Zdenka Ostadalova (clavecín), José Mendoza (charango y bombo) y Gérard Verba (guitarra), esta agrupación ha experimentado la recreación de música académica, sumando flauta y violín, y también  la música de raíz latinoamericana.


El primer tema, popular español del siglo XVII recopilado por Luys de Narváez (1500-1550), Guárdame las vacas le da un especial protagonismo al clavecín, tocado de forma exquisita. Le sigue una Chacona del autor italiano Niccolò Vito Piccinni (1728-1800) , pieza con sonido de estilo barroco al que se suma la belleza del charango.
Gaspar Sanz, nacido en Teruel en 1640, ha sido un compositor y guitarrista del Barroco español que nos ha dejado como legado una gran cantidad de obras variadas en ritmo y estructura. El Trío recrea con maestría estos temas españoles que reciben los nombres de Españoleta, Pavana, Gallarda y Zarabanda, donde José demuestra una gran habilidad con las castañuelas y Gérard una delicada interpretación guitarrística que evoca las composiciones de otro gran autor español: Francisco Tárrega.

Video: Trío Cordes Pinceés
(gentileza Sonamos Latinoamérica)


Antes del final, una obra cuya autoría comparten Gérard y José (quien ejecuta un charango hecho con el caparazón del quirquincho): se trata de Dos continentes, tema que ahonda en las raíces latinoamericanas, y al que asociamos con la versión que hiciera el grupo Inti-Illimani del tema Huajra de Atahualpa Yupanqui. Pero a diferencia de aquella interpretación, la composición de Mendoza y Verba posee una mayor variedad de sonoridades propias de cada uno de los instrumentos que tocan. El broche de oro se lo lleva Fandango, baile popular español recreado por el compositor italiano Luigi Boccherini (1743 -1805).




El Trío de Ida y Vuelta es un conjunto colombiano formado por Samuel Ibarra (dirección, flauta y guitarra), Diego Germán Gómez (bandola) y Julián Solano (tiple) en el año 2005, cuando egresaron de la Escuela de Música de Ginebra (departamento Valle del Cauca). La propuesta de este grupo musical ahonda en ritmos de la región andina de Colombia muy populares durante la primera mitad del siglo XX y que ahora aparecen rescatados y recreados con algunos toques novedosos sin llegar a modificar sustancialmente las raíces de estas creaciones.


El pasillo colombiano Bodas de oro es la primera obra que nos permite apreciar la calidad del trío. Corazonada, de Luis Uribe Bueno, es también un pasillo, cuya dulzura es similar al valsecito y que contiene también elementos españoles y caribeños. Según los jóvenes intérpretes, ésta es “una música llena de contrastes”. Luis Calvo, nacido a finales del siglo XIX está presente en el recital a través de su vals Secreto, que posee una estructura y ritmo variados entro del mismo tema.



La gavota María (de Benigno “Mono” Núñez) aporta un sonido más similar al de la música culta europea, pero es el ritmo el que lo diferencia de aquellas obras. Aquí se lucen la bandola de Diego y la flauta dulce en la ejecución de Samuel. Cabe destacar que la bandola deriva de instrumentos del “Viejo Continente” como la mandolina o la bandurria, mientras que el tiple, interpretado por Julián, es netamente colombiano. Seguimos en la región andina colombiana (la cual conforman catorce departamentos): Samuel vuelve a maravillar con la ejecución de aerófonos, luciéndose especialmente en partes muy veloces de la obra. Se trata de El tolimense, de Gentil Montaña.


Otro ritmo que estamos conociendo a través del Trío de Ida y Vuelta es el bambuco, que recibe aportes de la música africana. En este caso, la obra Sentimiento motilón, de Luis Uribe Bueno alude a los indios motilones del departamento Norte de Santander. La bandola le brinda a este tema un aire juglaresco muy interesante. Como bis, un pasillo que estos talentosos jóvenes tocan desde niños: Constelación, de Álvaro Romero, un compositor que ha creado obras para trío típico y grabado como intérprete más de veinte discos. El paso del Trío de Ida y Vuelta por Santa Fe será recordado por mucho tiempo, dada la calidad y el talento de estos músicos de la hermana Colombia.





De los Andes colombianos nos vamos al Perú, para disfrutar de su música criolla a través del grupo Proyecto Ofrenda Maestra. La guitarra de Renzo Gil se une a la voz de Jorge Figueroa Cavero y las percusiones en cajón peruano de Hubert Reyes Mesías. La primera obra que escuchamos es el vals Amargura, de Laureano Martínez, cuya temática parece relacionarse con la del tango (“los días que se fueron”) y que en Argentina hemos conocido también en las voces del dúo Los Visconti. El mismo ritmo nos trae El canillita, que evoca a un mocito vendedor de diarios en los versos y la música de Julio Pinglo Alba.


Proyecto Ofrenda Maestra


Video: Ofrenda Maestra en Sonamos Latinoamérica
(por gentileza del sr. Renzo Gil)

 Renzo Gil recitando la "Décima"

Una de las obras más singulares de Proyecto Ofrenda Maestra es la décima Peinando canas, compuesta por Juan Urcariegui García y recitada con honda emoción por don Renzo Gil. La música nos resulta similar a algunas composiciones chilenas . Desde la ciudad de Piura nos llega el ritmo tondero: la canción Mi burrito nos entretiene con su ritmo bien animado y  típicamente peruano. No podía faltar una obra de la inolvidable cantautora Chabuca Granda: nada menos del homenaje que le hiciera a su padre, en los sentidos y elegantes versos de Fina estampa, que si bien es un vals, el trío lo interpreta en ritmo de zamacueca. A pedido del público, una marinera cierra una noche plena de emociones y sonoridades.




Más información:
Facebook: Ofrenda Maestra

martes, 1 de noviembre de 2011

V Festival Internacional de Música “Sonamos Latinoamérica” (Primera Noche)

El prestigioso compositor y charanguista Oscar “Poli” Gomítolo  ha ideado este espacio cultural que nos acerca a artistas de gran prestigio de toda Sudamérica. Compartimos esta quinta edición en su sede central de la ciudad de Santa Fe, a la que se suman otras localidades del país como Santo Tomé, San Marcos Sierras (provincia de Córdoba) y Rosario. La ciudad de Buenos Aires, en tanto, ha acogido por primera  vez este Festival Internacional con gran convocatoria popular.


 Centro Cultural Provincial
Junín 2457, Santa Fe
Viernes 28 de octubre de 2011

Laura González Cabezudo es la primera artista presente en esta nueva edición de “Sonamos Latinoamerica”. Actriz y cantante uruguaya, nacida en Paysandú, nos trae en su voz hermosas canciones de raíz folklórica de ambas orillas del Plata y del río Uruguay. De los temas propios se destacan el candombe Vengo, interesante reafirmación de identidad y compromiso, la Chacarera del desencontrado y la Zamba de adiós, a través de las cuales Laura cuenta historias de amores y desamores propios de la vida actual. A las bondades interpretativas de Laura—cuyo arte habíamos podido disfrutar en su país—se suma su interesante faceta en el plano de la composición. La acompañan el guitarrista Daniel Petruchelli, montevideano, y el percusionista Leo Lemes Faccini, sanducero.

De Javier Cabrera, artista de Tacuarembó, Laura interpreta una obra titulada Ruta 5, cuya letra nos relata la inmigración de la gente del interior a las capitales, temática que no por conocida resulta menos interesante. Rancherío, de Guillermo Castro, nos cuenta. “Voy a llevarte lejos, Montevideo / tengo bien claro de dónde vengo…”; en esta canción también se funde el amor por la querencia con otros sentimientos profundos que tan bien sabe transmitir Laura González Cabezudo.  Pero la interpretación que se lleva los mayores méritos se debe si duda a otro artista nacido en Paysandú: el recordado Aníbal Sampayo. A través de su galopa Melchora Cuenca, con un sonido bien litoraleño y de ritmo bien marcado, nos trae la historia de esta muchacha que se casó con José Artigas en 1815, incorporándose  a las luchas revolucionarias de este período histórico donde se definió la libertad de nuestros pueblos.



Arturo García nos presenta, de Venezuela, el arpa tuyera (arpa aragüeña), cordófono de ejecución digital que no posee dispositivos para modificar su afinación. Este artista nos comparte su maravillosa música con el gran profesionalismo que le dan sus treinta años de oficio, a través de golpes (ritmos bailables) y pasajes.


De forma didáctica, don Arturo nos hace conocer ritmos y formas de interpretación poco conocidas en esta parte de Sudamérica. Tras una alocución no exenta de humor, el artista venezolano nos cuenta que “lo que sirve de la música es DISFRUTAR”. Y vaya si lo hemos logrado. Lamentablemente no se ha informado de los títulos de las composiciones y tampoco hubo venta de grabaciones de Arturo García para poder profundizar en el saber y disfrute de los sones del arpa. El último golpe, llamado El cochino, cierra uno de los segmentos más emotivos de la noche.


Siguiendo con el corazón en Venezuela, se presentan otros dos músicos de ese país. El primero de ellos es el guitarrista Néstor Viloria, uno de los coordinadores de “Sonamos Latinoamérica” en su país. Comienza interpretando el Preludio Criollo, bellísima pieza de concierto con autoría de Rodrigo Riera. Del mismo autor, Néstor nos ofrece la Serenata ingenua, una serenata romántica cuyo sonido mixtura diferentes estilos que, por momentos recuerdan las composiciones de Francisco Tárrega y Ernesto Lecuona. En tanto, el Choro se llama así porque recrea este ritmo de origen brasileño.



Tres piezas venezolanas, con arreglos de Néstor Viloria, nos introducen en el conocimiento del merengue venezolano, más lento que su similar dominicano, compuesto en 5/8. De estas piezas, El saltarín, de Luis Laguna, resulta menos interesante que Los hijos de la noche (Serrano),cuyo ritmo es más veloz o más “animado”  y más reconociblemente venezolano. Finaliza este segmento del Festival un joropo llanero o “entreverado”, que contiene a su vez ritmos como pajarillo, chipola y gabán (en La mayor). Aquí se manifiesta nuevamente la riqueza musical venezolana en una pieza que, si bien se toca en forma “académica”, forma parte del saber popular.







El segundo artista de esta sección es también un guitarrista, nacido en Caracas. Se trata de José Luis Lara, quien inició sus estudios musicales con su padre. Posteriormente estudió guitarra clásica con el maestro Néstor Bruzual y guitarra solista de jazz con el maestro Julio Sánchez. Entre sus muchos méritos está el de dirigir la Orquesta de Guitarras de Angostura, en Ciudad Bolívar.




La primera obra que podemos disfrutar es la Suite criolla, de Alberth Hernández, obra interesantísima compuesta por tres ritmos que obran  como  movimientos: merengue, valse y joropo. Al igual que en el caso de Néstor Viloria, lo “académico” y lo popular conjuran una exquisita mixtura en las cuerdas de este talentoso músico y docente. De Efraín Silva, la obra Campanario de Choroní evoca un encuentro guitarrístico que se realizaba en una iglesia cercana a las playas de Choroní, en el estado Aragua. A la tradición de la guitarra romántica de Choroní se suma Guariqueña, del artista de Ciudad Bolívar Telmo Almada. Se trata de una pieza original para banda, cuyo ritmo rápido y su variado “colorido” musical la sitúan entre las más aclamadas por el público presente.




Como si no fuera suficiente lujo haber disfrutado del arte de José Luis Lara y Néstor Viloria, ambos guitarristas nos brindan una “yapa” tocando juntos dos piezas maravillosas: la primera es un golpe  llamado El Gabán creada por el mítico IgnacioIndio” Figueredo en 1914. Este folklorista venezolano, nacido en Apure, gozó de amplia popularidad entre las décadas de 1950 a 1990, además de merecidos homenajes de cineastas e intérpretes de aquella hermosa nación. La segunda obra conjunta es una Danza zuliana, expresión tradicional que debe su nombre al estado Zulia, limítrofe con Colombia y situado alrededor del Lago Maracaibo. Como agradecimiento por estas logradas expresiones musicales, José Luis y Néstor se llevan una generosa ovación popular.




El Trío Nueva Colombia celebra con nosotros sus veinticinco años de trayectoria. Integrado por Germán Darío Pérez (piano y dirección musical), Mauricio Acosta (contrabajo) y Hoffman Ricardo Pedraza (tiple), esta agrupación nos trae a nuestro país ritmos colombianos menos conocidos que la cumbia y el vallenato: se trata de piezas en las que se destaca el tratamiento para trío con profundas influencias del jazz (más notables en el sonido del piano) pero más lentas y enraizadas en la tradición latinoamericana. El bambuco A lo Germancho, compuesto por Mauricio Rangel, evidentemente está dedicado a la figura de este gran tecladista. En tanto, el propio Germán es el autor de Insistime (sic), obra compuesta en ritmo de pasillo y de Locuras, un bambuco cuya virtuosa ejecución pianística evoca agrandes maestros del instrumento como el cubano Jesús “Chucho” Valdez en varios pasajes de la obra.




El ritmo tradicional del pasillo aparece en otra obra de Germán Darío Pérez: Atardecer, que nos recuerda a otro gran compositor: el inolvidable Ernesto Lecuona, aunque esta composición posee mayor vivacidad que sus similares creadas por el pianista cubano. El Trío Nueva Colombia nos cuenta que realiza una proyección internacional de la música de raíz colombiana y vaya si lo logra, atrayendo con complejas y fascinantes sonoridades la inmediata atención del público presente. En Guacatá (bambuco de Francisco Cristancho) comienzan a sonar las cuerdas y luego se suma el piano, con elegante sonoridad.


Para finalizar, las obras El Papi, dedicada a Luis Ignacio “El Papi” Tobar y El ancestro, como gran broche de oro para una noche maravillosa.

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