sábado, 5 de noviembre de 2011

V Festival Internacional de Música “Sonamos Latinoamérica” (Tercera y última Noche)

El conjunto venezolano Guasak4




Domingo 30 de octubre de 2011

La sala Horacio Castillo del Centro Cultural Provincial abre nuevamente sus puertas para albergar la última noche de encuentros musicales en Santa Fe.  El artista que abre la velada es José Ceña, nacido en el barrio porteño de San Cristóbal. José es un apasionado por la obra de Atahualpa Yupanqui, a quien recrea con respeto y sensibilidad, como se puede apreciar en el disco “Canciones del mensajero”, aparecido hace pocos años.
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La primera canción, un solo de guitarra y voz de José, es Vendedor de yuyos, del recordado músico aquerenciado en Cerro Colorado. Ceña exhibe excelentes condiciones, tanto por su timbre de voz como por sus conocimientos musicales. En el siguiente tema, también se suman el pianista Fernando Lernoud y el flautista Pablo Larghi. Se trata de la obra De aquellos cerros vengo, de Yupanqui y Pablo del Cerro, con excelentes arreglos del grupo. Hay canciones del mismo autor que son menos conocidas pero igualmente interesantes como la zamba Viento, viento y la “canción de los cerros” El promesante, gran versión en la voz de José.




Video: José Ceña
 (por gentileza de Sonamos Latinoamérica)


También disfrutamos de la obra de otros autores: la zamba La mula ánima, de Gustavo “El Cuchi” Leguizamón y la chacarera de los Hermanos Núñez Agüita demorada. Cierran esta parte del recital otras dos obras de don Atahualpa: el huayno Punay y la hermosa Canción para Doña Guillerma. El repertorio, poco transitado, es otro acierto de José Ceña, sumado a sus excepcionales condiciones vocales y a su gran talento como músico e intérprete. Los músicos acompañantes logran arreglos tan novedosos como descollantes, fruto de un trabajo conjunto en el que se nota la dedicación, el esfuerzo y el gusto por el repertorio de raíz folklórica, recreado con un sonido actual que a su vez respeta la concepción original de las canciones.


Tras una merecida aclamación del público, José se despide con la chacarera Añorando, de los Hermanos Simón.


Nos visita por segunda vez un grupo formado por gente muy joven: Guasak4, de Maturín, en el estado venezolano de Monagas. Sus integrantes son Daniel González (bajo), Saúl Silva (maracas o capachos), Daniel Requena (cuatro), Héctor Medina (cuatro y voz) y Paur García (percusiones).  Las dos primeras obras, Onda nueva (Ademaro Romero) y Aquel zuliano (danza zuliana de Renato Aguirre) exhiben ricas armonizaciones para todos los instrumentos.  Como rasgo distintivo, Guasak4 ofrece una variedad de ritmos bailables muy contagiosos y creativos.

Guasak4

Guasak4: Héctor Medina, Daniel Requena y Daniel González


El merengue caraqueño El norte es una quimera, de Luis Fragachán, comienza con acordes de rock al mejor estilo de Elvis Presley a los que se suma mucha percusión; posteriormente el tema adquiere aires de jazz muy interesantes. María Antonia, ritmo caribeño (originalmente un merengue) recopilado por Gualberto Ibarreta, es una excelente muestra del arte de estos muchachos.





Video: María Antonia (fragmento) por Guasak4
 (c) Fogón Latinoamericano


Al pasaje llanero Cajón de Arauca Pureño le sigue Desesperanza (Alfredo Sabell), cantado por el bajista Daniel González. Es un bolero que poco tiene que ver con el resto del repertorio, resultando un punto flojo de la actuación. Por el contrario, una creación original de Héctor Medina, el Joropo para Cristo, rescata el ritmo del joropo oriental, “casi en extinción”, al decir del propio Héctor, ya que resulta difícil de tocar. El grupo toca este ritmo con cuatro, mandolina y maracas. Originalmente pueden sumarse tambor y acordeón.  La versión de este joropo es excelente.

Guasak4: Saúl Silva, Paur García y Héctor Medina


Guasak4





Finaliza la actuación de Guasak 4 un joropo llanero llamado Cari cari con pajarillo, que incluye partes solistas de los dos cuatristas y del maraquero. Dada la excelencia de este conjunto venezolano, es deseable que pueda presentarse en nuestro país con mayor frecuencia y con más publicidad, ya que son pocas las oportunidades de escuchar a intérpretes de música venezolana por aquí.





Debido a la ausencia de algunos intérpretes anunciados originalmente en el Festival, el cierre del mismo está a cargo de Sonamos Latinoamérica Grupo, conformado por los muchachos de Guasak4 y la cantante y presentadora del festival, Ysabel Tamayo, que reside en nuestro país desde hace 24 años.


La actuación de Sonamos Latinoamérica Grupo se distingue más por la simpatía de la cantora que por sus condiciones vocales, pero logra la empatía del público presente interpretando canciones muy conocidas del repertorio venezolano como Caramba, de Otilio Galíndez, la celebérrima Caballo viejo, de Simón Díaz, y Moliendo café, de Hugo Blanco.



El cierre—con el impecable acompañamiento de los músicos de Guasak4—es a través del tema El gavilán, del Indio Figueredo, conocido aquí en las versiones de Los Olimareños e Illapu, entre otros intérpretes.  De esta forma, la versión santafesina del Festival Sonamos Latinoamérica se despide hasta el año próximo, continuando la fiesta musical en la sede de San Marcos Sierra (departamento Cruz del Eje, Córdoba).


El balance del V Festival Sonamos Latinoamérica es excelente, superando ampliamente las expectativas dada la calidad y variedad de los intérpretes, su procedencia y los estilos de música que hemos podido disfrutar. Nuestras felicitaciones a los organizadores y a toda la gente que de una u otra manera ha hecho posible esta fiesta cultural.

Agradecimientos especiales al Sr. Oscar “Poli” Gomítolo

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