viernes, 20 de mayo de 2022

Rosario: se realizará ciclo homenaje a Arturo Zeballos

El popular músico pergaminense será homenajeado por varios de sus colegas el último viernes de cada mes, entre mayo y octubre de este año.



Nacido en 1963 en Pergamino, provincia de Buenos Aires, Arturo Fabián Zeballos ha sido uno de los más grandes guitarristas argentinos. Tomó clases de música con el maestro Eduardo Frasson y participó en semanarios dictados por Abel Carlevaro, Roberto Lara y Víctor Villadangos. Desde muy joven Arturo se dedicó a la transcripción en partituras de la obra integral de don Atahualpa Yupanqui (1908 - 1992), publicando varios años después varios volúmenes auspiciados por la Fundación homónima. Entre los años 2000 y 2005 perfeccionó sus estudios en el Profesorado Nacional de Música de Rosario, ciudad que siempre lo ha acogido con mucho afecto. 

Poco antes de cumplirse un año de su fallecimiento, la Secretaría de Cultura y Educación de Rosario presenta su Ciclo Homenaje a Arturo Zeballos, cuya programación es la siguiente:

27 de Mayo
Quinteto de Guitarras de la Casa del Tango + Víctor Rodríguez

24 de Junio
Dúo Norese - Pettit + Saquara Dúo

29 de Julio
Mauro Ramos + Escolaso Tango Trío

26 de Agosto
Paula García + Marcelo Coronel

30 de Septiembre
Joel López + Víctor Villadangos

28 de Octubre
Martín Tessa Trío + Tessa / Montironi

Todos los conciertos comienzan a las 18: 15 horas y la entrada es gratuita.

Biblioteca Argentina "Dr. Juan Álvarez". Calle Dr. Juan Álvarez 1550, Rosario, provincia de Santa Fe (entre Roca y Paraguay, frente a la Plaza Pringles).

Colectivos: 116, 122, 125, 127, 129

martes, 17 de mayo de 2022

Discos con historia: Tributo a Víctor Jara

Versiones de diferentes artistas hispanoamericanos forman parte de esta iniciativa de la etiqueta chilena Alerce, publicada en 1998.

"TRIBUTO A VÍCTOR JARA"

Varios Intérpretes

Alerce CDAL 0336 (1998, reedición 2009) Chile, CD

Alerce VIN 334 (2016) Chile, álbum de 2 vinilos

BMG Ariola 74321 62502-2 (1998) Argentina, CD

Fonomusic CD 8120 (1998) España, CD

Ediciones Pentagrama, México CD


El sello Alerce surgió en 1976 en Chile por iniciativa de Ricardo García y Carlos Necochea. Si bien comenzó editando a artistas folklóricos, su verdadera intención era mantener en el país la presencia de los artistas de la Nueva Canción Chilena, prohibidos por el régimen militar. García se contactó con los artistas exiliados, así como con los herederos de los artistas fallecidos; de esta manera comenzaron a aparecer en el país andino la primera edición grabada de las "Décimas" de Violeta Parra y una antología de Víctor Jara conteniendo algunos de sus últimos registros. Si bien se ejercía la autocensura, evitando las canciones más comprometidas políticamente, el hecho de publicar a los artistas prohibidos resultaba riesgoso. El régimen intentó entorpecer la labor de Alerce con la aplicación de impuestos internos, la amenaza a las fábricas de vinilos que trabajaran para el sello y otras medidas que de ningún modo paralizaron esta iniciativa. Hacia finales de la década esta etiqueta comenzó a publicar en Chile algunos discos de Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, además de dar cabida a nuevos trovadores, agrupados bajo el nombre de "Canto Nuevo".

Tras una década de ediciones sólo en casetes (por la crisis económica que acabó con la fabricación de vinilos en ese país), Alerce se benefició en los 90 con el entonces novedoso formato CD, reeditando buena parte de su valioso catálogo. Don Ricardo García falleció en 1990, legando a su familia la empresa que, con acierto, se autodenomina desde sus comienzos "La otra música". Entre los grandes aciertos de esos años se encuentra este "Tributo a Víctor Jara", que reúne a grandes músicos iberoamericanos cantando en sus respectivos estilos el repertorio del recordado artista chileno.

Abre el disco una linda versión de Te recuerdo, Amanda interpretada por Silvio Rodríguez en canto y guitarra. Los españoles Ana Belén y Víctor Manuel dan vida a una poderosa recreación de Vientos del pueblo arreglada por Antonio García de Diego. Joe Vasconcellos, exintegrante del grupo chileno Congreso se luce en su interpretación de Ni chicha ni limoná.

León Gieco aparece en este álbum antológico a través de Plegaria a un labrador, una versión algo más "reposada" que la original, producida por él mismo junto a Luis Gurevich. La grabación también fue incluida en el Volumen 2 de "La historia esta", la colección de Gieco publicada por Cañada Discos y Página/12. Isabel Parra grabó por segunda vez la canción que le fuera regalada por el propio Víctor Jara para su interpretación en 1971: El encuentro. La querida cantautora se luce aquí acompañada de su hija Tita en guitarra, Raúl Aliaga en teclados, percusiones y arreglos y Jorge Campos en bajo eléctrico. Otra leyenda de la canción chilena, Patricio Manns, grabó No puedes volver atrás, que data de la época en que el afamado escritor y cantautor sureño formaba parte del elenco de la Peña de los Parra junto a Víctor, Rolando Alarcón y los hermanos Parra

Jorge González, antiguo líder del grupo de rock Los Prisioneros nos brinda su recreación de Paloma, quiero contarte, otra de las primeras canciones grabadas por Víctor Jara. Le sigue el grupo Los Jaivas con una hermosa interpretación de Vamos por ancho camino, canción que inspiró el primer videoclip chileno, dirigido por Hugo Arévalo en 1972. Esta versión también aparece en el CD "Arrebol", del conjunto viñamarino (2001). Carmen Prieto, intérprete chilena de música popular hace propia Cuando voy al trabajo, destacando el hondo sentir del compositor. Acompañado por guitarras, el recordado cantor peruano Lucho Barrios (1935 - 2010) recrea en su particular y genuino estilo la canción Lo único que tengo, que grabara Isabel Parra en el disco de Víctor "La población" en 1972.

Uno de los puntos más altos del disco es, sin lugar a dudas, la participación del grupo Sol y Lluvia, versionando creativamente Caminando, caminando en una poderosa fusión de música andina y rock. El dúo valdiviano Schwenke & Nilo, formado por Nelson Schwenke (1957 - 2012) y Marcelo Nilo (n. 1960) aporta su arte a través de Luchín, una de las canciones más emotivas de Víctor Jara. Le sigue nuestro Víctor Heredia con su apasionada versión de Manifiesto, arreglada por Panchi Quesada. La misma versión apareció ese año en el disco "Marcas".

El pimiento es vertido con solidez por Quilapayún, dirigido en ese momento por Rodolfo Parada y Patricio Wang, poco antes de que aparecieran dos "facciones" del grupo no exentas de polémicas. El rockero Javier Calamaro recrea la intimista canción El cigarrito, mientras que el cantautor madrileño Ismael Serrano nos brinda su versión de El aparecido, canción dedicada originalmente a Ernesto "Che" Guevara (1967). Cierra el disco el veterano conjunto chileno Congreso, dando nueva vida al tema dedicado por Víctor a la artesana mapuche Angelita Huenumán.

La primera versión, con la portada que aparece más arriba, apareció en Chile, Argentina, México y España a través de diferentes sellos. Unos años después y con otra carátula, el sello Alerce volvió a publicarlo en Chile en los formatos CD y álbum de dos LP.

Producción general: Patricio Valdivia

Dirección: Viviana Larrea

Foto de portada: Antonio Larrea.

jueves, 12 de mayo de 2022

Álbum "Cha cha cha" nominado a los premios Cubadisco

 Coproducido por EGREM, de Cuba y El Cerrito Records de California (EE.UU.), este fonograma ganó el Grammy Latino 2021 en la categoría "Álbum Tropical Tradicional".

"Cha cha cha. Homenaje a lo tradicional"
Alain Pérez, Issac Delgado y Orquesta Aragón
EGREM CD 1828
Cuba, 2021

El chachachá (también escrito cha cha cha) es un género musical cubano basado en el ritmo del danzón, pero con una diferente concepción estructural. La Orquesta Aragón (fundada en Cienfuegos en 1939) ha sido uno de los conjuntos que más influyeron en la popularización de este ritmo. En plena pandemia de covid-19 comenzó a grabar los temas de esta producción junto a los reconocidos músicos Alain Pérez (Trinidad, 1977) e Issac Delgado (La Habana, 1962). Con una duración algo menor a los 30 minutos, el disco parece haber sido concebido para su eventual edición en vinilo, según informó oportunamente el portal Cubarte. Las canciones fueron dadas a conocer en mayo de 2021 en plataformas digitales, mientras que el formato CD fue presentado a la prensa cubana el 1° de octubre pasado, fecha en que también se celebró el 82° aniversario de la Orquesta Aragón. 

El disco abre con una breve versión del célebre Tema Aragón, compuesto por Enrique Jorrín (1926 - 1987), fundador, director, orquestador y violinista de la orquesta que llevó su nombre y creador del chachachá. Siempre el cha cha cha, de Alain Pérez y Gradelio Pérez es una nueva canción que evoca las épocas de gloria de este género, con hipertexto a Qué rico vacilón, de Rosendo Ruiz. La Aragón funde en sus melodías el estilo tradicional con sonoridades modernas. 

La mentira, de Issac Delgado, ha sido compuesta como son - charanga, ritmo "contagioso" muy al estilo del famoso artista. Canta lo sentimental, bolero - cha de Alex Fleites es un valioso aporte a otro de los géneros más conocidos de la mayor de las Antillas.

La segunda parte del disco inicia con el son cha Cosas de la vida, de Alain y Gradelio Pérez. Violín, piano, flauta y congas son algunos de los instrumentos que suenan apasionadamente en esta obra cantada por Issac delgado y el propio Alain Pérez. El mismo dúo compositivo nos presenta Enséñale a quererte, bolero son más apegado al formato típico tradicional. 

Nuevamente padre e hijo (Gradelio y Alain Pérez) destacan en el plano autoral: la conga cha Ángela María es uno de los temas más destacados de este fonograma y ha sido seleccionado como el primer video promocional que se desprende del mismo. Ha sido filmado en el Hotel Habana Riviera de la capital cubana. 

Video: Ángela María
(C) EGREM

Issac Delgado compuso en su especial estilo Ya se acabó, tema de cierre de esta excelente producción, ganadora del Premio "Grammy Latino 2021" en la categoría "Mejor Álbum Tropical tradicional". Por otra parte, el disco está nominado al evento Cubadisco en la categoría "Tradicional variado". Dicha feria internacional surgió en 1997, siendo su máximo galardón el Fonógrafo de Ébano. La edición 2022 se realizará  de manera escalonada a partir de los próximos días y hasta el 5 de junio.

sábado, 7 de mayo de 2022

Empleados del Banco Nación exhibieron su talento literario

 Además de ser el principal auspiciante de esta edición, el Banco de la Nación Argentina ha convocado a varios de sus empleados a leer parte de sus creaciones artísticas en su stand en la Feria del Libro porteña.


Tertulia de Lecturas.

Empleados del BNA leen sus historias.

46a. Feria Internacional del Libro de Buenos Aires

Stand 1408. Pabellón Amarillo.

Banco de la Nación Argentina.

La Rural. Predio Ferial de Buenos Aires.

Avenida Santa Fe 4201,

Ciudad Autónoma de Buenos Aires,

Argentina.

Jueves 5 de mayo de 2022


Fundado el 26 de octubre de 1891 por iniciativa del Presidente Carlos Pellegrini, el Banco de la Nación Argentina ha apoyado desde siempre la cultura popular, a través de auspicios, financiamiento de películas, ediciones de libros y discos de música. Además, cuenta en su Casa Central con la prestigiosa Galería de Arte "Alejandro Bustillo", que cuenta con pinturas y esculturas en exhibición permanente. En esta 46a. edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, de la que es su principal auspiciante, el BNA ha tenido la feliz idea de sumar a varios de sus empleados con talento literario a formar parte de un ciclo de lecturas en su stand principal en el Pabellón Amarillo.


Claudia, simpática e ilustrada presentadora del ciclo, nos da la bienvenida: "...los vamos a invitar a acercarse a este stand del Banco de la Nación Argentina, porque el Banco ha tenido una idea maravillosa, que es la de mostrarnos a todos los argentinos que sus empleados y empleadas de todas las edades, con las diversas formaciones tienen intereses literarios. Ello lo hemos comprobado esta semana, con las primeras tertulias: algunos como un hobby [afición], otros lo toman--hasta te diría--como una segunda profesión. Uno de ellos publicó un libro que presentó en la Feria la semana pasado" (...) 

Claudia

"Dice la Real Academia Española: tertulia es una reunión de personas que se juntan habitualmente para conversar o para discutir (no pelearse, eso lo agrego yo) sobre un tema de interés, generalmente en un café o en cualquier lugar público. Qué mejor que este encuentro público, señero de la literatura-- 46 años reuniendo al libro con sus lectores-- para presentar a estos empleados y empleadas del Banco Nación que son la raíz, la entraña de la entidad, con su deseo de escribir, algunos de modo catártico, otros como hobby, como cable a tierra y otros definitivamente como segunda profesión". 

"Vamos a averiguar cuál es el caso de Tamara Fluk. Tamara: bienvenida.".

Tamara: "Gracias".

Tamara Fluk

Claudia: "¡Qué alegría tan grande tenerte!"

Tamara: "Para mí también es una emoción enorme".

Tras un interesante diálogo con la presentadora, Tamara se refiere al tema de su historia:

Tamara: "Bueno, antes que nada voy a decir que esto fue escrito por algo que sucedió y que nos marcó mucho como familia porque nosotros nos hicimos rescatistas de perros, y acá tengo a la mamá de una sobrina mía que está en Pichichos al Rescate. Recomiendo que sigan esa página porque hace muchísimo por los animales. Pichichos al Rescate es una ONG que no tiene absolutamente lucro, es solamente para ayudar. Ahora se van a cumplir 6 años del fallecimiento de mi sobrino Brian, que era rescatista de animales también. Se fue muy temprano. Realmente es inspirador".

"Este relato se llama Ángel con colita...y dice así:"


Ayer te cruzaste en nuestro camino: Ale te encontró. Ale, el amigo de los perros, el hombre que me hace entrar en este mundo de ustedes, que solamente piden amor y algo de alimento. Estabas hecho un ovillo, acurrucado y triste, cansado y agotado. Era tarde. Te habías refugiado en una casa de comidas. Íbamos a cenar a una parilla cercana. La chica del local nos dijo que once y media cerraba y te tenía que sacar a la calle. Faltaba una hora; nos fuimos a cenar y en medio de la cena los dos decidimos no esperar. Te llevamos a casa y apenas podías caminar. Hubo que buscarte con el auto. Vencido, pero no. Había mucho ángel en tu carita tan triste. Por eso te llamé simplemente Ángel. Un ángel con una colita baja de abandono, de pérdida, de necesidad de un hogar. Mi perra Arena estuvo feliz de verte, te miró loca de alegría. Y mi perro Oski te mostró los dientes. Te juro que es bueno y dulce pero muy territorial, y ante otro macho que llegaba de la mano de su madre...Mi hija Gise durmió con nuestros perros y vos con nosotros. Subiste tu carita a mi cama, luego apoyaste las dos patitas y, de pronto, tus hermosos ojos por fin se abrieron del todo y posaste tu mirada sobre mí. Quiero contarte que nunca nadie me miró con tanto agradecimiento. Y la agradecida soy yo porque me regalaste esa mirada tan dulce, tan implorante, tan sedienta de amo. Muchos no van a comprender que un perro de la calle pueda poner sus patitas sobre un acolchado donde hay que dormir. Esos muchos nunca te conocieron.

Dormiste sobre mi cama y ese acolchado fue todo tuyo. Ale te envolvió, te arropó. Durante toda la noche los tres dormimos juntos. Te dimos una noche, nos diste tu calor. Llegó la mañana y sentí que me despertaban con un beso. Resultaste un seductor. Fuimos al veterinario, te bañaron. Era lindo verte portarte tan bien y lleno de espumita. Te elegimos un collar camuflado como le gusta a Lucky y nos fuimos a a compartir un día que para los dos será inolvidable. Te encontramos una familia. Cuando te preparamos para llevarte te dormiste en mis brazos y nos quedamos un ratito solos. No pude parar de llorar. Ya estabas metido con colita, alitas y orejitas adentro de mi corazón. Ayer mi corazón tuvo forma de perro, de un ángel cuya colita baja ya había comenzado a querer soñar con algún día agitarse de felicidad.

(Aplausos)




Claudia: "Pero qué bonito. (...) ¿De qué te gusta escribir y desde cuándo lo hacés?

Tamara: "Yo escribo desde pequeña; desde que empecé a hablar inventaba cuentos, me vestía de princesa, me miraba en el espejo y todo era una historia para mí.  Todo era fantasía, no me gustaba mucho la realidad...Yo siempre digo que la vida no es lo que es, sino lo que uno hace de cuenta. Muchas veces en la vida, cuando uno pasa por situaciones muy difíciles, muy duras, uno se tiene que aferrar a la ilusión, y la ilusión para mí es el punto de partida de todo lo que uno puede escribir. Escribir es como subir una escalera con la lapicera, para mí. No sé si lo explico bien o no. Escribir es dejar algo de uno , que es como no morirse nunca, porque siempre alguien puede encontrar eso o le puede quedar grabado, una mamá le cuenta a su hijo o una amiga le cuenta a su amiga y así las cosas quedan. La escritura es eternidad, yo creo." (...)

Claudia: "Es trascender. Hasta una carta nos da tanta felicidad (...)"

A continuación, Tamara recibe un diploma por su participación en este evento. 




Claudia: "Quiero convocar a otro compañero de Banco Nación, que es Pablo Alejandro Lespiaucq. Bienvenido. Es un gustazo que hayas venido".

Pablo: "Gracias. Para mí también".
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Claudia: "Lo primero que quiero preguntarte es si ya has participado como escritor, desde cuándo escribís y cuál ha sido tu tránsito como escritor."

Pablo: "Bueno, yo sé que quiero escribir desde que tengo memoria, pero empecé a escribir hace quince años, tal vez, con más rigurosidad. me gusta mucho la narrativa pero [escribo] sobre cualquier tema. Cualquier cosa se puede convertir en un cuento".

Pablo Lespiaucq

"Traje para compartir un cuento que se llama El primer invierno."

Todavía lo recuerda, el día que se fue de Orán, expulsada del paraíso como Eva, con pena, con nostalgia. Su padre dijo: "es hora de irse, vamos". Y entonces, sin más resistencia que el llanto, Pequeñísima dejó atrás al sol radiante del trópico y los árboles de palta y de mango y se aventuró en la ruta interminable. 

Buenos Aires era una promesa de diversión permanente. Larguísimos paseos en familia llevaron a Pequeñísima al Rosedal, a Recoleta, a San Telmo y La Boca. Gigantes de hormigón que tapaban el cielo, parques extensos, fuentes colosales y amplias avenidas. Todo custodiado por monumentos de anónimos a caballo, los héroes de un imperio inconcluso, en ruinas. Pequeñísima quedó maravillada con la ciudad capital, con su padre que oficiaba de dudoso guía turístico, con las manzanas acarameladas y el pochoclo crujiente que podía comprarse en cada esquina. Febrero terminaba y ese temible lunes del año que es el mes de marzo lanzaba su sombra feroz sobre las ilusiones de la niña, que todavía preguntaba ingenua: ¿cuándo volvemos a casa?. La respuesta fue un golpe durísimo: mañana empiezan las clases. Todo sería distinto en la escuela nueva. Un edificio centenario oscuro y húmedo, con maestras severas que la observaban desafiantes. Un grupo de niños desconocidos la recibió en el aula. Pequeñísima añoraba las tardes apacibles de Orán, pero pronto hizo amigos en el barrio. Tuvo que enseñarles a jugar al "Martín Pescador", porque nunca habían escuchado hablar de este juego. 

Abril fue encantador. La dejaron caminar sola hasta el colegio y en cada esquina iba recolectando compañeros que se le unían alegres. Las bocinas de los autos y las risas de los grandes, a todo el caos ella se adaptó. Aprendió palabras nuevas como liquid paper y fue adoptando el acento porteño. Se acostumbró a las distancias. Ir al cumpleaños de un amigo podían ser veinte cuadras, casi nada, mientras que en Orán eso equivalía a salir del pueblo. A finales de mayo Pequeñísima recibió un regalo demás extraño: una campera gigante y pesada. Probatela, dijo el padre. ¿Para qué?, preguntó ella. Ya vas a ver. La niña se colocó el artefacto, se miró en el espejo: su volumen se había duplicado. Después la colgó en el ropero y se fue a dormir. Esa mañana se despertó gritando por el frío. Tenía los pies congelados. Horrorizada, hizo una pirueta sobre la cama y tanteó con las manos todo el cuerpo. No entendía nada. La piel había perdido toda reacción al roce de las sábanas. Se cubrió hasta la cabeza con la frazada aferrándose, como nunca, a esa protección de lana. El exterior de la caverna lo inspeccionó con cautela. Sus ojos encontraron la ventana. Lluvia y viento. Los árboles en la calle se sacudían. Jamás saldré de este lugar, pensó. La voz de su padre retumbó en el pasillo y la habitación: ¡A desayunar, hay que ir al colegio, vamos!. Fue necesario que sus hermanas la arrastraran hasta la cocina. Tengo frío, tengo frío, repetía Pequeñísima con dificultad, castañeando los dientes, suplicando por una fuente de calor.  
Llegó rezagada. Todos salieron a la calle, cada uno para atender sus asuntos. La niña contempló el ropero y empezó a elegir la ropa: tenía cuatro pares de medias. Se los puso todos. Sus piecitos parecieron entonces revivir. Remera de mangas largas, dos pulóveres, guantes, gorro de lana y la enorme campera nueva. Era un muñeco de nieve. Avanzó a la escuela contra el viento. Era tarde y sus compañeros de ruta ya habrían llegado.

Pequeñísima se enfrentó sola al invierno, a ese malvado ser que acechaba las calles de Buenos Aires. Tenía que ser valiente. Lejos quedaba la comodidad de la cama y el aroma a té con leche con tostadas. Vencer al frío era su misión. Ella siempre me lo cuenta distinto, pero jura que en una esquina cualquiera el viento levantó las hojas caídas de un árbol y formó un remolino. Era una figura alargada y siniestra que se elevaba desde la vereda hasta un balcón de un primer piso. Tenía ojos y boca y una sonrisa de dientes feroces, Pequeñísima quiso regresar sobre sus pasos, pero el invierno la atrapó con una ráfaga de aire helado. No pasarás, niña insolente, dice que le dijo. Ella se concentró en un recuerdo feliz, en el sol de Orán, en el calor de las tardes junto al río; enfrentó la mirada al malvado remolino del invierno y aunque su cara estuviera morada por el viento gélido corrió hacia él, lo atravesó hasta meterse en el núcleo y destruirlo. Una alfombra de hojas secas quedó a su paso y Pequeñísima llegó al colegio justo a tiempo.

(Aplausos)

Claudia: "¡Guau! El nivel de descripción que tiene tu obra es increíble. Además es tan atrapante el relato desde la visión de una niña. Es cierto que es un texto para adultos, pero son los ojos--al menos yo me sentí de 6 o 7 años sin conocer Orán en una situación parecida. El nivel de adjetivos es tan rico, el lenguaje es tan rico. (...) Sos un gran observador. ¿Siempre tuviste esa capacidad de observación de detalles, sensaciones, sentimientos?"

Pablo: "En realidad fue de a poco. Siempre parto de algo que puede ser nostálgico, como los recuerdos o como un objeto, como mencionaba la compañera anterior, de papeles que aparecen y desaparecen en cajones, y cuando uno parte de ese tipo de sentimientos, antes de acelerar la acción primero pongo la descripción".


Claudia: "¿Has tenido la oportunidad de publicar?"

Pablo: "Tuve la oportunidad de publicar. Tengo publicados cuatro libros, dos de cuentos y dos novelas. El primero se llama Digesto rutinario, el segundo es Memoria apócrifa, el tercero, Una forma de apocalipsis y el cuarto, que es el último por ahora, La Virgen de la basura".

Claudia: "Cómo me gustaría que tu cuento llegase a un libro para chicos. A veces esa franja tan particular de entre los 7 y los 12, que no están para Caperucita roja ni para cuentos de terror...Recuerdo que Cuentos de la selva es tal vez uno de los libros más bellos para esa edad (...) Creo que tu cuento encajaría fantásticamente". 

A continuación Pablo recibe un pequeño obsequio por parte de los organizadores, así como un diploma que recuerda su participación en esta Tertulia.





Claudia: "Vamos a llamar a otro compañero, Enrique Palombo Dupontiere. ¿Qué tal, Enrique? Bienvenido. A todos aquellos que están paseando por la 46a. Feria Internacional del Libro  de Buenos Aires los invitamos a acercarse a este stand de Banco Nación, que ha hecho una convocatoria muy interesante a todos sus empleados y empleadas que tienen intereses por la literatura (...). Enrique, habías venido a la Feria antes?

Enrique: "Hace muchos años (...). Para forzar el rompimiento del mito yo trabajo en Sistemas hace 33 años, en Casa Central y me animaría a observar algo respecto a lo que vos dijiste. Esto no es algo común para todas las personas, pero cuando uno tiene sentimientos profundos, cuando a uno le interesa relacionarse con la gente, los valores de la gente, conocer los lugares donde existen ciertos valores, le toca porque le gusta y porque es apto. Quien trabaja en Sistemas a veces necesita el refugio de algo que lo exprese y que tiene que ver más con lo humano. Puede ser una poesía, una narración. Por lo menos ese sería mi caso. A veces la profesión hace a una personalidad y a veces la personalidad hace a la profesión. Los que trabajamos en Sistemas tenemos una contra muy grande en la vida. Si nos estamos poniendo de acuerdo entre amigos y decimos: el sábado nos juntamos y vamos a Parque Sarmiento a jugar a la pelota, a comer un asado todos dicen dale, listo. Y sale Enrique y dice ¿y si llueve? Y ahí dicen: Ya salió este "contra". No. Yo lo que quiero es que nos podamos encontrar igual, pero tener una alternativa preparada. (...) Anticiparse al problema a veces nos ayudaría mucho".

Enrique Palombo Dupontiere

Claudia: "¿Desde cuando escribís?"

Enrique: "Que recuerde, la primera vez que escribí algo creo que fue a los 11, 12 años. Estaba en un lugar a 30 kilómetros de mi casa, pero en esa época las vacas pastaban al lado. Llovía. Estaba en una especie de quincho en el fondo y se me dio por escribir algo. Mi mamá, que era docente, después que se lo leí me valoró mucho la observación de las cosas. A partir de ahí no escribí tanto, pero siempre pensaba en qué escribiría. Ya de más grande me empecé a dar el gusto o la libertad--porque esto es decir los hombres no lloran. Una estupidez. Si quieren llorar que lloren. Contener una emoción es lo peor que uno puede hacer, para uno y para los demás. Y no escribir cuando uno tiene ganas de hacerlo o hablar cuando uno lo puede hacer me parece una injusticia. Empecé a escribir para mí y para quien se lo escribía, hechos muy emotivos de mi vida (...)"

"Los voy a poner en el tiempo, en la época de mi vida donde yo escribí esto. El Banco Nación, además de hacer esto que sociabiliza, que nos permite a los empleados mostrarnos también como personas, también tiene áreas que se ocupan de actividades deportivas. Antes del 2008 ya había surgido una corriente de runners en el Banco Nación, de la cual yo fui uno de los iniciadores, uno de los primeros en participar en carreras de hasta 10 kilómetros. (...) Íbamos a correr y después de eso compartíamos una barrita de cereal, o banana por el potasio. Por ahí si era una carrera tipo aventura, en Zárate  o en La Plata hasta llevábamos comida para compartir. Sacábamos fotos con cámara digital (...). En esta época, además, apareció Facebook. Nosotros los lunes, después de las competencias y demás nos juntábamos y en una computadora, cuando no estaba Facebook, veíamos las fotos de la carrera, de nuestro tiempo de compartir y demás. De golpe, para octubre de 2008--fecha en que escribí esto--dijimos: che, ¿cuándo vamos a ver las fotos? Las subí a mi muro, dijo alguien. ¿Qué muro? En Facebook. ¿No tenés Facebook? No. No tengo Facebook. Hoy tampoco. El poema se titula "Facebook ¿red social? y dice así:

Nada existe ya en la vida
si no es Facebook quien lo muestra,
ni personas, ni amigos, ni paisajes.
Lo virtual ahora es real y está en la cresta.

Si la intimidad
poco a poco la perdemos,
pues cualquiera, al fin,
accede a nuestras cosas.

Lo viven en el frío de la imagen
y del trato entre personas lo despojan.
Ya no escuchan las palabras con sus tonos

y, de a poco, se atrofian los sentidos.

Por los gestos, los aromas, las miradas,
por el software van quedando perimidos.
Ya no se usa mirar los ojos a quien le hablamos.
Se perdió la complicidad de una guiñada. 

Ya de aquello queda poco, casi nada,
y se olvidan esos actos tan humanos.
Yo no quiero que a futuro lo perdamos
el saludarnos frente a frente cada día.

Haya enojo, haya paz o haya alegría
y sentir al otro en un beso o en la mano.
Si es antiguo lo que añoro es muy probable,
con fuerza por rescatarlo yo me esmero.

Aunque digan que yo vivo "en blanco y negro"
me resisto a ser un software descartable.

Enrique, el antiguo.

(Aplausos).

El poeta recibe su obsequio y su diploma como mención a su participación en este encuentro.






Claudia: "Vamos a convocar a Federico Filippo Gelosa. Qué gusto de tenerte aquí con nosotros. ¿Cómo estás, Federico?"

Federico: "Todo bien. (...) Yo escribo desde muy, muy chico. Siempre fue una puerta a encontrar justamente cosas nuevas, [así] como a entender lo que me venía pasando. Creo que fue un acto natural. Me acuerdo de tener que ir al trabajo de mi vieja y en el momento de espera escribir un cuento. Más adelante comencé a escribir relatos bastante poéticos. Aunque fuera un cuento, tendía a ir hacia la poesía. Estaba como medio negado a eso de escribir poemas, pero finalmente en quinto año, no hace tanto, di el paso de hacer poesía..."

Federico Filippo Gelosa

Claudia: "Y la poesía es un proceso que fluye. Yo creo que uno nunca busca la poesía. La poesía un día salió, nació, la escribimos. Uno encuentra otro tipo de palabras, otro tipo de rítmica para decir lo mismo. Yo creo que es catártica la poesía, son versos más cortos, es como que sale así de golpe, como el llanto y como la risa, de borbotón".

Federico: "Totalmente. De hecho no hago poesía que rime, en general lo hago en verso libre. Tenía como referencia poesía que está muy alejada de mi realidad actual: poesía clásica que es hermosa pero no la tenía como algo que yo pudiera escribir. Y cuando me di cuenta que para hacer poesía no hacía falta rimar ni hablar de batallas gloriosas, que podías hablar de otras cosas, me acercó mucho más a ella. Por ejemplo, Mario Benedetti es un autor que escribe sobre cosas que todos conocemos y encontrar eso fue una puerta para escribir poesía. Publiqué un poemario llamado "Goteo", por la Editorial Dunken. Lo que yo sentí al escribir este poemario fue una salida, es como que me senté y lo escribí. No fue pensado. Sentí que era un sentimiento que goteaba, de allí el título. Goteaba de lo que estaba viviendo y sintiendo en ese momento. Este poema no tiene que ver con "Goteo", tiene que ver con el amor, de hecho no es un poema tampoco, es prosa poética. El titulo es "Si pudiera, el cielo sacaría una foto".

Si pudiera, el cielo de esta noche, de este momento,
sacaría una foto, estoy seguro.
Suena en tu celular una canción tranquila
y los cadáveres de nuestros cigarrillos descansan
antes de ser definitivamente desechados
a nuestro lado, en el piso.

Vos estás justo delante mío,
acorralándome deliciosamente contra la pared.
Tenés una mano en mi nuca y la otra en mi cintura.
El toque justo de positividad, agresiva para nada, 
sino casi como de triunfo, de confianza en la estabilidad
que ese agarre representa, y cariño.

Bueno, cariño sé que hay en todo lo que hacés,
en lo que hacemos, 
en esa mano que apenas sugiere algo más
e invita a que me / nos imaginemos
porque alcanzamos ese plano, lo explicita.

No nos valemos ya solamente de lo concreto,
de la cantidad de besos o de que te gustó
cómo te encaré la segunda vez,
porque ya nos conquistamos, ya nos convencimos
no a la fuerza, más vale, sino que cada pequeño detalle
ya nos hizo sentido, ya no se cerró.

Ya nos conocemos.
No quiero decir con esto, por supuesto, 
que no queden novedades.
Eso vos y yo lo sabemos.
Nos permitimos posicionarnos en el imaginario
y guiarnos por la ley del "ya llegará".

Nunca tuvimos que forzar una sola cosa.
A veces lo que llega viene con trabajo,
pero tan placentero.
Nos damos uno, dos, tres besos, o uno largo.
¿Cuál será el límite? Desconozco.
Sólo sé que se nos rozaron los labios,
que nos comimos la boca.

Que la cercanía construida en nuestras personas
se materializó a la perfección 
en nuestros contactos.
Nos separamos para reírnos de que YouTube 
reproduzca en automático algo que no conocemos.
¡Que loco! Ahí ya hay novedad.

Si el cielo hubiera podido sacar una foto
lo habría hecho, estoy seguro.
Pero también estoy seguro de que habría sido ahí,
en ese instante, que sonreímos mirándonos,
con tanta naturalidad asumida a nuestro dominio.

¿Quién nos interrumpió? 
Ninguno lo pensó siquiera.
Todo el tiempo es nuestro, somos sus reyes.
La cinemática continúa con su altura.
Levantamos aquellas colillas,
tan adecuado como cualquier otra cosa
que hubiéramos podido hacer.

Toda la vida es nuestro momento:
se nos nota en los ojos.
A eso le hubiera sacado una foto el cielo.
Estoy seguro.

(Aplausos)

Claudia: "¡Precioso!"

Federico:  "Me alegro que te haya gustado".




Claudia: "La Tertulia pasada comentaba que los escritores y las escritoras son gente como nosotros, sólo que les fluye contar muy bonito lo que sienten. De repente una cantidad de imágenes de lo cotidiano, de lo simple, del día a día. Algo que me encanta de este encuentro es que tenemos [escritores] de los más diversos lugares, de trabajos dentro de la casa del Banco Nación, también de edades. (...). Una alegría haberte recibido."

Federico recibe, a continuación, su obsequio y la mención por haber estado compartiendo con nosotros este encuentro.





Claudia: "[Esta es la] segunda de las cinco Tertulias que vamos a tener aquí, donde los empleados y las empleadas del Banco Nación están mostrando su obra literaria. Verónica Rosenberg es una compañera que está trabajando aquí, en la Feria. Bienvenida."

Verónica: "Yo estoy en Marketing, en Casa Central desde hace unos años (...) Escribo desde los once años, cuando tenía mis diarios íntimos. En esa época no había celular, así que nos arreglábamos con el papel. Escribía mis historias y sentimientos y le ponía un candado para que nadie se entere. Era el diario más preciado, lo llevaba a todos lados."

Verónica Rosenberg

Claudia: "¿Y para qué escribías, además de hacer catarsis?"

Verónica: "Escribía lo que me pasaba a los once años: poesías, poemas, si me gustaba un chico. Todo quedaba ahí, en esas hojas, y le ponía el candado para que mis hermanos no lo vieran, y lo escondía."

Claudia: "Les voy a mostrar este libro. No es una temática sencilla esta. "La psicología del éxito". ¿Cómo llegamos de registrar a los novios a los once años en un diario con hojas amarillas y candadito con llave a este título?"

"Verónica Rosenberg se recibió de Contadora Pública y luego de una intensa indagación personal se licenció en Psicología. Realizó cursos de formación de posgrado en relación a la psicología y el marketing . Trabajó de manera particular en diferentes instituciones del ámbito público y privado. A partir de la propia historia personal comenzó una búsqueda continua de herramientas que le permitieron salir adelante y ser feliz. (...)"


"Aquí tenemos "La psicología del éxito", "La psicología del dinero" y "Los secretos de la mente". ¿Cómo se conjuga tu trabajo en el área de Marketing en una entidad tan exigente como el Banco Nación, con tanta actividad externa e interna (como es esta Tertulia) con la psicología y la literatura?

Verónica: "En la vida van pasando cosas, van pasando momentos: en un momento es importante conseguir trabajo, en otro poder contribuir con los demás, y en otro momento uno quiere dejar un mensaje, un legado, dejar algo que trascienda, de algún modo poder ayudar a la gente para que encuentre su propio camino, para que encuentre su misión en la vida, para que encuentre su propósito..."

Claudia: "¿Y cuánto influyó la interacción que vos tenés con tu trabajo en el BNA para escribir estos libros?

Verónica: "El marketing tiene mucho que ver con la psicología porque uno está buscando que la persona, que el cliente también se sienta feliz con uno. Uno está buscando la forma de llegar y de que se sienta bien. Cuando hacemos estos eventos estamos buscando un lazo emocional entre los clientes y nosotros. No es solamente un tema de números o de dinero, sino que estamos tratando de llegar a las personas. A todos nos pasan cosas a diario. Buscamos que la persona tenga un recuerdo intenso, que esté ligado a nuestra marca, que la pase bien".



Claudia: "Y en el día a día el lazo emocional no es un eslogan, es real".

Verónica: "Sí, por supuesto. Uno está buscando que cada acción que produce también le emocione, le provoque cosas. Por ejemplo, hoy estamos todos con la emoción a flor de piel. Cuando uno escribe y viene acá a leer, a exponer, a mostrar sus trabajos llega en un estado totalmente distinto. (...) Estos libros están escritos en un lenguaje totalmente llano. De hecho, tienen bastante humor porque, a veces, las cosas que nos pasan únicamente  son posibles de tramitar con un poco de humor. Hay como un collage, hay que ir mezclando y manejando para que no sea tan fuerte. Porque pasa esto: uno se emociona, empieza a leer. Hay mensajes que nos transmiten, que nos llegan, que nos tocan. Para tocar la fibra también tenés que entrar con un poco de humor. A veces es la única forma de procesar lo que es difícil".

Claudia: "¿Me podés contar algunas características de cada uno de los libros?

Verónica: "Bueno, el primero lo escribí rápido pero lo venía pensando desde hace mucho tiempo. Es "La psicología del éxito", que es el que tiene más humor y ejercicios para que las personas practiquen o se involucren y puedan determinar sus metas, sus propósitos, puedan pensar qué es lo que quieren hacer en la vida. Lo que trato es de darles un "norte" a las personas para que puedan descubrir sus propósitos..."

Claudia: "Hay una máxima en la navegación que dice: Nunca hay buen viento norte para quien no tiene rumbo. A veces uno tiene un montón de herramientas, un montón de deseos, pero como no sabe para qué... ¿A ese libro cuál le sigue?"

Verónica: "La psicología del dinero", porque en mi infancia me lo pasé escuchando a [el periodista Marcelo] Bonelli en la radio las 24 horas del día.  Mi papá era quien traía el tema económico permanentemente al hogar".

Claudia: "¿Es verdad que la plata no trae la felicidad pero calma los nervios?"

Verónica: "La plata ayuda, no voy en contra de que la gente busque el progreso. En el total desarrollo de su persona me parece que la plata termina siendo a veces una consecuencia, no siempre un fin. Mucha gente lo que está buscando es lograr sus propósitos y después, claro, se encuentra con que todo eso va a generar cuestiones, entre ellas el dinero, que terminan siendo consecuencias".

Claudia: "¿Cuánto tiene que ver la organización y/o la previsión en la tranquilidad económica?

Verónica: "Que una persona pueda desplegar totalmente su ser, todo lo que trae, lo que tiene dentro tiene que partir de las necesidades básicas resueltas, por supuesto. Entonces, yo planteo que es importante y hace que después la persona pueda concentrar sus recursos en otros temas. Sino está permanentemente agotándose para resolver la situación más inmediata y no te queda resto. Es imposible hablar de realización personal, de propósito de vida, de metas si uno no tiene una mínima situación económica resuelta".

"Luego viene "Secretos de la mente. Ahí explico por qué es tan importante ponerse metas, cuáles son las funciones del cerebro, cómo trabaja el cerebro, saber a donde uno va y enfocar todas sus energías ahí, así que los recursos se potencian. Mucha gente no termina de llegar a una parte porque está todo el tiempo cambiando el rumbo y allí se dispersan los recursos, que es lo más rico que uno tiene".

Claudia: "O sea, que para llegar a algo necesitamos darle tiempo..."

Verónica: "Tiempo, enfoque, constancia. No hay otra cuestión que pueda distinguir a una persona que logra lo que quiere de aquella que no lo logró. Es la perseverancia, el esfuerzo, el trabajo".

Claudia: "¿Cómo se consiguen tus libros?"

Verónica: "En mi página web https://veronicarosenberg.com.ar/ tengo mi tienda y estoy en las redes sociales".

Para finalizar su participación en la Tertulia, Verónica posa junto a su diploma y recibe los aplausos del público.



De manera previa a su presentación, se pidió a cada uno de los escritores que expresaran un deseo en una hoja de papel.

Claudia: "Queríamos compartir, además de su obra, algo que definitivamente es el pensamiento de estos hombres y mujeres que son parte del Banco de la Nación Argentina"

Tamara: "A pocas horas de la operación de mi madre pido salud para ella y para todos los seres de este mundo con buen corazón. Que vivamos pensando en los demás, que todos lo necesitamos para crecer como personas en nuestros trabajos y en nuestro país. Salud, paz y humildad".

Verónica: "Quiero llevar mi mensaje a millones de personas en todo el mundo".

Pablo: "Deseo que volvamos a leer (...)" 

Claudia: "Estos son los pensamientos, los deseos de los empleados y las empleadas del Banco Nación. Los invito a que los aplaudamos y nos reencontramos el próximo lunes a las siete de la tarde en la tercera Tertulia del BNA".