La conocida artista presentó dos poemarios en el stand de la provincia de Salta.
Esta nueva edición de la Feria Internacional del Libro generó gran expectativa entre el público aficionado a la lectura, ya que por la pandemia de covid-19 el evento no se realizó los años 2020 y 2021. Además de la venta de publicaciones en papel, esta Feria cuenta con presentaciones de libros, números musicales y otros atractivos que vale la pena conocer año tras año. Una de las primeras expositoras de esta 46a. edición ha sido Sara Mamani, quien se presentó en el stand de la provincia de Salta acompañada por el editor de sus dos libros.
Milagros: "Muchas gracias por estar acá. Para nosotros es un honor presentar a Sara Mamani y su libro "Ovillos". También contar con la presencia de Carlos Aldazábal, gran poeta y editor porteño. Para no olvidarme de nada voy a leer algunas de las obras de Sara. Sara Mamani nació en Salta en 1952. Es cantante, autora y compositora, profesora de filosofía egresada de la Universidad Nacional de Salta. Ha editado "Cantos de tierra" [con Sara Mamani Grupo, 2004] "Agüita el alma" [2006], "Warmi" [2009], "Yo tengo palabras" [2011], "Re-vivir" [2017] y "Trazos" [2020]. Es integrante del Foro Argentino de Compositoras y de MujerTrova. Ha trabajado con Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, en el Servicio de Paz y Justicia. Recibió, entre otras, la distinción "Nelly Omar" por su aporte a la cultura popular. En 2020 publicó, por la editorial El Suri Porfiado, que dirige Carlos, su primer libro de poemas, "Décimas", y en 2021 se publica "Ovillos", el libro que estamos presentando ahora".
Carlos: "Muchas gracias a Milagros por la presentación. [Estoy] muy contento que hablemos de estos libros, de la obra de Sara. Sara ahora está siendo sujeto de una película documental que se proyectó en el cine Gaumont [de la ciudad de Buenos Aires]. Yo la conozco a Sara hace mucho. Es una de nuestras cantautoras más importantes, en mi opinión. De repente, y en plena pandemia, Sara me dijo que quería publicar un libro. Me sorprendí un poco; Sara venía muy interesada en la poesía (hemos hecho una suerte de presentación conjunta para hablar de la obra de Olga Orozco. Sara cantaba algunas canciones, yo leía algunas obras de Olga y unos poemas míos en un lugar que se llama "La Paila", en [el barrio porteño de] Palermo). Y así me llegó "Décimas". Lo hicimos en este formato, que es la colección estándar de la editorial El Suri Porfiado, una editorial que nació en 2007, que tiene más de cien títulos publicados de poetas de toda la Argentina y de Hispanoamérica en general. Y hay muchos poetas salteños, empezando por Carlos Hugo Aparicio [1935 - 2015], un libro llamado "Pedro Orillas", que fue un libro parte aguas dentro de la obra de Dino Saluzzi, porque la musicalización que hizo Dino de ese libro lo que lo fue llevando un poquito al mundo del jazz. Los que conocen la obra de Dino Saluzzi saben que se mueve con mucha comodidad".
"Sumar la obra de Sara, que hasta ese momento venía haciéndose en canciones, con una producción prolífica, como leyó Milagros, con siete discos [a los antes nombrados hay que sumarle "Quimera", de 1997 con el grupo Allaquí]. El grupo Allaquí contaba con la presencia de La Negra Chagra".
Sara: "Sí, he publicado varios discos. Acabo de publicar un disco instrumental ("Sara Mamani. Música instrumental"). Con La Negra Chagra hicimos un grupo acá en Buenos Aires que se llamó Allaquí y grabamos un disco que se llamó "Quimera". Una historia linda con La Negra y otros dos amigos. Y los demás discos ya han sido solistas".
Carlos: "En 2020, de alguna forma, decidiste publicar este libro que te prologó Teresa Parodi, donde elegiste una forma clásica de poesía que es la décima. Para quienes no lo sepan, por ejemplo, el "Martín Fierro" está escrito en décimas. Es un largo poema, si bien es la particularidad de la [poesía] gauchesca. En el caso de Sara, una tradición que fue elegida por Violeta Parra, por ejemplo. Un libro de poemas de Violeta se titula "Décimas". Mi primera pregunta es: ¿por qué esta elección?¿ Por qué elegiste a Mario Simpson, dibujante que acompaña el libro, para que ilustre esta obra tuya?
Sara: "Después de componer estas décimas surge mi interés en compartirlas, en publicarlas . En el caso de las décimas, en realidad empecé a escribir a pedido de un amigo que quería hacer un blog de décimas en plena pandemia. Accedí a hacerle un par de décimas. Mi amigo quería una por día y a mí me parecía que era mucho. Pero empecé y ahí me di cuenta que la décima estaba de alguna manera en mí. Inmediatamente recordé la canción "Volver a los diecisiete", que está escrita en décimas y es de Violeta Parra. Me sentí familiarizada con esa forma poética y empecé a trabajar en ella, a expresar sentimientos que, en realidad, esa falta de certeza, esa incertidumbre en medio de la pandemia. Eso es lo que me guió. No tengo en este libro, al menos, ninguna décima que sea de carácter social, aunque todo lo es. Comencé a escribir replicando sentimientos íntimos, experiencias de dolor o de incertidumbre misma. Así que ahora les leeré una décima. Se llama "Aguas":"
Es del agua lo que digo,
no sé de qué modo y tanto
que se va transparentando,
sin embargo lo persigo.
En silencio soy testigo
de lo que son las canciones,
raro enredo de emociones
que quieren verde este cielo,
también derretir el hielo
y lograrlo en ocasiones.
Mis versos de agua
la lluvia que baila
el dolor ya se fue.
(Aplausos)
"Otra, dice Carlos. De paso, agradezco la presencia de ustedes acá. Muchas gracias. Se llama "Aprendiz":"
¿Qué otra cosa puedo ser?
Una aprendiz de la vida.
No me asustan las caídas
y no voy a detener,
ni tampoco forzaré
si llega una despedida.
Aprendo de las heridas
y mi llanto es infinito,
que se cura despacito
a pesar de las estrías.
Mas no sé si llegaré
a ser valiente del todo
porque el amor de algún modo
te da y te quita la fe.
Si vuelve desarmaré
mis escudos, mi defensa.
Es que su sola presencia
cambia todo de lugar.
Puedo volver a borrar
lo que la vida me enseña.
(Aplausos).
Carlos: "Al año siguiente, Sara estaba muy prolífica con la pandemia, se ve que la inspiré, porque entremedio grabó discos, filmó la película ["Sara Mamani. El nombre resiste", dirigida por Susana Moreira]. Al año siguiente apareció "Ovillos", donde dejás la forma del verso medido y vas más hacia los versos libres. A mí me sorprendió gratamente. Hay algo de la tradición de la poesía de Salta, esa contratapa de Santiago Sylvester, uno de nuestros mayores poetas vivos, muy querido, opinando también la grata sorpresa que significó para él descubrir a la Sara poeta libre, porque él conocía a la Sara cantautora. Comentame cómo ha sido esta experiencia de esta escritura y cómo pensás tu libro "Ovillos" y también tu libro "Décimas" en relación a la tradición de la poesía de Salta".
Sara: "Digamos que somos deudores de una tradición poética muy amplia. Yo siempre he leído poesía, no tengo lectura de novelas, por ejemplo, pero sí de poesías. Manuel José Castilla, por ejemplo, también se explayó hacia las canciones folklóricas, es un referente "inevitable". Y "Ovillos" nace buscando otra manera de seguir expresándome más allá de la música. Fue grato, amable para mí, poder encontrar el camino que no tuviera métrica. Porque mis canciones siempre han tenido métrica, ya fueran un bailecito, una zamba, una chacarera. Hay que guardar una forma, una métrica. Pero acá, cuando yo empiezo a ovillar ya me siento no sé si más libre pero ya sin la métrica. También podía expresar otras cuestiones, llamémosle existenciales, o sea, de la vida misma. Porque todos los creadores tenemos temas que son los más humanos, como los versos de Miguel Hernández que dicen":
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
"Es sobre eso lo que escribimos, que cantamos, que pintamos, que actuamos. Hacemos eso, hablar de eso. Entonces "Ovillos" fue una manera de hablar de las cosas de una forma distinta a la que lo había hablado en las canciones. Porque en las canciones tengo una predominancia, debo reconocer, sobre el tema del carnaval. Es algo muy central en mí, en mis canciones, aparece en casi todo. Y en este "Ovillos" también tenía que estar un poquito. Así que es como que voy ovillando tradición, voy ovillando sentires contemporáneos míos, mi actualidad existencial de la mejor manera ponerlo acá en "Ovillos".
Carlos: "Les cuento para quienes compren los libros de Sara que con ellos va de regalo un disco de Sara. Es una buena oportunidad para conocer más de la obra de Sara. Yo te pediría que leas un par de poemas de "Ovillos", así la gente conoce un poco cómo son, cómo suenan esos poemas en tu voz".
Sara: "Gracias, Carlos. Este poema se llama "Arenilla":
Tengo arenilla en mis ojos,
dormida o despierta.
Con mis dedos la escarbo.
Si hay arenilla seguro que hay mar.
Trato de convencerme
porque quiero nadar
en aguas que me hablen
de amor, ilusiones, torpezas
De flores, juventud, inocencia.
Me sugiero que estas cosas son la vida
y quiero llorar por ellas.
Pasto
Quiero que crezca el pasto
Tierra, agua, semillas
Y la paciencia,
que no se vende en ningún lugar
¿Qué color
tiene la paciencia,
si el agua ya cotiza
en el mercado?
¿Qué hace falta
para destruir el mercado?
Que crezca el pasto.
(Aplausos).
"Este se refiere a mi infancia. Se llama "Chapas":"
Siempre escuché la lluvia
sobre los techos de chapas,
tan fuerte a veces
que no podíamos hablar
No recuerdo adónde
me llevaba ese golpeteo
Sólo una llovizna era imperceptible,
entonces me aburría
Salíamos a la vereda
con barquitos de papel
y con unos frutos, como pececitos,
que caían de un árbol
Lejos hoy de todo aquello,
tengo mi casa, un patio
En tormentas y lloviznas,
el mismo sonido
Los barquitos,
quietos en el recuerdo,
en mi tristeza
(Aplausos).
Carlos: "El carnaval es muy importante en tu obra musical, pero aparece también en algunos de estos poemas. Hay uno de ellos dedicado a una señora llamada Titina. Contanos quién era Titina, por qué le escribiste ese poema, qué significa esa persona para vos".
Sara: "El carnaval me recorre entera, es algo que no me alcanzan las palabras para expresarlo. He ido cada vez que pude al carnaval de Tilcara, a la casa de Titina Vega, una amiga. En su casa he pasado muchos carnavales. Yo la seguía, así que el carnaval que he vivido siempre ha sido"familiar", más allá de ese carnaval más "público". Por eso tiene mucha importancia el carnaval en esa parte de mi vida. Mañana [el martes 3 de mayo pasado] viajo a Jujuy. El 5 de mayo estaré en Tilcara para estrenar la película. Desde el carnaval de 2020 que no viajo a esa ciudad. Cuando recibí la noticia de su partida estaba armando "Ovillos" y le dediqué un único poema del libro que se llama "Ruinas":
Han comenzado a construirse
las ruinas,
de a pedazos
grandes y pequeños,
dolientes
y a carcajadas,
con panes y serpentinas
La chicha se disuelve
y la arrastra
el agua de la montaña
Sólo queda una flor,
la que sembraste vos,
comadre.
"Ella para mí simbolizaba el carnaval, la casa del carnaval. El carnaval de 2020 ha sido el último para mí también. Ojalá pudiera ir de nuevo".
Carlos: "¿Alguien quiere hacer alguna pregunta a Sara"? Sino vamos a pedirle que lea otro poema como despedida. Si compran hoy los libros se llevan un disco de regalo. Recomiendo que aprovechen la oferta. Vamos a pedirle que lea un poema de cada libro".
Sara: "Las personas que tienen mascota entienden ese amor irracional que uno tiene hacia ellas. Pero en el caso de los gatos no es un amor correspondido. Este poema dedicado a mi gato Brando se llama "Rendición"."
Yo busqué su aparición
sabiendo apenas lo que eran
los cambios en primavera,
si le gustaría el sol...
Me dio vuelta la canción
y a la casa la domina
cada noche, cada día.
Desde arriba, desde abajo
sabe todos los atajos,
a su modo es compañía.
Estoy pendiente y atenta
de todo su recorrido,
tendrá calor, tendrá frío,
no hallo correspondencia.
Imposible que su esencia
se cambie para mi bien.
Y nada reprocharé,
yo voy detrás de su abrazo,
hay enseñanza en su paso
su rendición no tendré.
(Aplausos).
"Voy a cerrar agradeciendo su presencia acá, escuchando. este poema se titula "Marrón". Quizás sepan que hay todo un movimiento acerca de esto, del color marrón, de las personas de color marrón. Por ahí yo me aclaré un poco estando en Buenos Aires, pero creo que conservo algo de ello. Entonces escribí esto:"
Una niña marrón
curiosa del mundo
Antes de primer grado
aprendió el secreto del abecedario
Y sumaba y restaba
con escarbadientes
La rodeaban patronos milagrosos
No entendía nada
Y más temprano que tarde,
el golpe del martillo
Su madre sólo le decía
que sea fuerte, le decía
La injusticia quebró
tantos idiomas
Pero una a una,
las letras propias
van apareciendo
en el mes de agosto.
"Muchas gracias".
(Aplausos).
Agradecimiento especial a la Sra. Sara Mamani.










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