miércoles, 4 de septiembre de 2013

Conferencia de Chalena Vásquez inaugura "Sonamos Latinoamérica" Perú

María Elena Vásquez Rodríguez es etnomusicóloga y folkloróloga, cantautora, poeta y artista plástica. Hoy nos ofrece su visión sobre instrumentos musicales de nuestro continente.




Festival  Internacional de Música Popular
“Sonamos Latinoamérica”
Conferencia:
“Instrumentos de cuerda de América Latina”
Por Chalena Vásquez
Sala Auditorio del
Centro Cultural de España en Lima
Av. Natalio Sánchez 181
(altura cuadra 5 de la Av. Arequipa)
Lima – Perú
Lunes 2 de septiembre de 2013



Celeste Acosta Román: “Bienvenidos a la primera edición peruana del Festival Sonamos Latinoamérica, que recuperará la idea original de difundir y acercar al público a las mejores expresiones de la música popular latinoamericana. En el camino, en el Perú, se iniciará el día de hoy, 2, y culminará el día 7 de este mes cuando nos demos un abrazo fraterno entre todos. Este espacio, con conciertos y recitales, va dirigido a gente joven y adultos que gusten de la música popular peruana y latinoamericana. Asimismo, los seminarios, charlas, clínicas y talleres están dirigidos a músicos, investigadores, profesores de arte, estudiantes de música, melómanos y público en general que deseen ampliar sus conocimientos en folklore y técnicas en los diversos instrumentos latinoamericanos. Este es un esfuerzo de Producciones Eterno Perú, que está liderado por Marisa Tidú Pérez, quien trajo al Perú este proyecto que comenzó en 2006 en Santa Fe (Argentina) gracias a un compañero, Oscar Gomítolo, quien llega el día de mañana. Estamos esperándolo con ansias. Esperemos, pues, que ustedes nos acompañen cada noche. Los que tienen los folletos podrán ver las charlas, las intervenciones, las clínicas, los talleres musicales, todo lo que se va a brindar en esta casa es completamente libre. Como nosotros somos parte de este conjunto de razas, parte de este conjunto de naciones, de colores, vamos a darles fuertes palmas a la maestra Chalena Vásquez que nos acompaña hoy”. (Aplausos)


Celeste Acosta Román


“Amigas y amigos: buenas noches. Muchísimas gracias, Celeste. Muchísimas gracias a  Marisa Tidú por la organización. Bienvenidos, bienvenidas todas las personas que desde otros países nos visitan. Esperemos que lo pasen muy bien y que tengamos momentos hermosos de compartirlos. Les traigo ahora una charla, una conversación, una propuesta de reflexión sobre diferentes tópicos de lo que son las culturas musicales en nuestro continente. He estado leyendo un libro sumamente interesante que les recomiendo, de Juan Carlos Estenssoro, quien es un historiador y músico también. Hizo su tesis doctoral. Publicó un libro con IFEA y con la [Universidad] Católica que se llama “Del paganismo a la santidad” (1). Un libro sumamente interesante basado en los escritos antiguos, como hacen los historiadores que encuentras los documentos clave, aquellos documentos que no han sido publicados, sino que se encuentran en archivos, y analizando él una serie de documentos de las órdenes religiosas nos muestra lo que sucedió en ese encuentro, desencuentro, encontronazo: la invasión española y todo ese proceso de cristianización. Yo quiero plantear varias rutas de análisis y de reflexión. En primera instancia darnos cuenta que cuando los europeos, los españoles, llegaron a América no encontraron un espacio vacío. Vacío no estaba de ninguna manera, sino que se habían desarrollado grandes civilizaciones que tenían conocimientos científicos, tecnológicos, religión, formas de ver la vida, de honrar la naturaleza, formas de relacionarse social, económica, políticamente y también estéticamente, artísticamente. Se habían desarrollado lenguajes musicales sumamente complejos y eso cada vez más lo estamos comprobando a través de la investigación de los instrumentos de origen prehispánico, los instrumentos del antiguo Perú, del antiguo México, de la antigüedad de todo el continente. Porque en los restos arqueológicos se van encontrando maravillas, realmente,  de objetos sonoros. Objetos sonoros que han sido hechos con mucha minuciosidad, con un  gran conocimiento tecnológico, con un objetivo claro: de hacer sonar de tal o cuál manera un objeto. Muchas veces no sabemos para qué los usaron, cómo se usaron. Por ejemplo, las botellas silbadoras que son de cerámica y que se les echa agua, y que al mover el agua suena, y suena de acuerdo al ser que está representado, sea un ave, sea una foca, sea un ser humano. Cuando se mueve ese instrumento suena distinto, suena acercándose a la voz de ese ser que está representado. Solamente en el Museo [Nacional] de Arqueología, Antropología e Historia [del Perú] (2) tenemos cerca de 2.000 instrumentos prehispánicos de diferentes culturas. Han llegado de todas partes: a veces por decomiso, a veces por excavación regular, arqueológica. Allí están los instrumentos de viento y de percusión. Además la iconografía nos muestra la presencia del canto: del canto colectivo, del canto personal, de ceremonias y rituales. Y en los instrumentos de viento encontramos el uso de tecnologías diversas. Si nos fijamos solamente en las quenas [las hay] de caña, de cerámica, de plata, de oro, de calabaza, de hueso, de plumas, en fin… Es impresionante realmente la diversidad de materiales con que se construyeron instrumentos. Y al observarlos y tratar de hacer las réplicas también nos damos cuenta que hay una serie de sutilezas que no pudieron ser hechas al azar. O sea, había intencionalidad sonora, acústica, escalística y armónica. Entonces habían los conceptos que podemos apreciar en cualquier música del mundo puesto que las músicas en el mundo siempre ordenan el sonido hacia el ritmo, determinan timbres, seleccionan timbres. Somos capaces los seres humanos, aun cuando no se use la escritura, de crear lenguajes complicados, géneros que sabemos distinguir uno de otro, simplemente por la práctica y por esa capacidad asombrosa del ser humano de tener una memoria auditiva.

Entre los grandes acontecimientos socio-musicales que existían están los taki. Es importante recalcar esto porque el taki era una palabra difícil de traducir, porque a veces han dicho que es “canto que se baila” o “baile que se canta”. Takinakuy existe en un dibujo de Huamapoma cuando está tocando el huahuco: es un instrumento que se toca entre dos, alternadamente. Es un cráneo de venado el huahuco y se toca de igual manera que el siku o zampoña en la actualidad. Los documentos históricos, las referencias históricas que tenemos en principio son los instrumentos musicales. Tenemos la iconografía, tenemos los escritos de los cronistas y tenemos algunos documentos muy interesantes que nos muestran la complejidad y ya la primera etapa en que se están haciendo inclusive danzas indígenas con instrumentos de cuerda. Volviendo un poquito atrás: cuando los españoles llegan encuentran culturas altamente desarrolladas. No venían en un afán armonioso, a relacionarse con esas culturas, sino que llegan en plan de invasión, de depredación, de extirpación, de violencia. Una invasión violenta por el afán de dos cosas: por un lado el dominio socioeconómico y por otro lado la expansión del catolicismo. Tanto la iglesia, con todos los sacerdotes, como las autoridades civiles del régimen colonial siempre tuvieron una alianza para conquistar, para dominar, para imponer, para convencer, para hacer trabajar, para que se rindan tributos, etc. Era muy diversa nuestra América: muchos pueblos, diferentes idiomas, diferentes religiones, tecnologías agrarias, pesqueras, ganaderas, en fin. Pero lo que venía no era homogéneo. A veces pensamos lo español y metemos todo en un saco. Tampoco lo americano podemos homogeneizarlo: sabemos que hubo muchas culturas distintas y que se interrelacionaban, y esas interrelaciones tampoco eran siempre armoniosas ni nada de eso. Eran dinámicas sociopolíticas de largo alcance y aliento, etc. Cada vez más se descubre esa relación entre los pueblos indígenas: los incas y su relación con los chancas, los huancas, etc. Entonces nos muestra un poblamiento en América de sociedades sumamente dinámicas y no debemos verlo como un remanso de paz sino vital, relacionándose con conflictos, etc. España tampoco venía de un remanso de paz ni tampoco era un bloque homogéneo culturalmente hablando, ni siquiera religiosamente hablando. Vinieron con esclavos, con gente esclavizada del África. Desde antes de venir a América, cuando los árabes estuvieron en España, ya llevaron africanos esclavizados. Los árabes que invadieron España y Portugal también tuvieron el sistema de esclavitud de pueblos africanos. Los árabes, al someter pueblos, al relacionarse con pueblos diferentes del África subsahariana, del África negra, llamada así, se relacionan con diferentes culturas, pueblos como los kumbo o los hausa, bantúes, etc. Hay una diversidad grande en África: hay más de 1.800 lenguas. [Estos pueblos] se relacionan con los árabes, que entran en España y allí están 800 años. Hay una diversidad africana en España. Cuando vienen los españoles no es que vinieran solamente los castellanos. En una ocasión, estando en España, un amigo de origen gallego me dice: “nosotros no conquistamos América, por si acaso. Fueron los castellanos”. Entonces los vascos dirán lo mismo, los de Cantabria dirán lo mismo, los catalanes dirán lo mismo. Hay muchas culturas vigentes dentro de España. Y las relaciones no siempre son, como les digo, armónicas, sino que se trabajan en espacios--como llaman los sociólogos—de negociación. Me parece interesante la palabra porque debemos tomarla más allá de una negociación en un mercado capitalista. Un intercambio, un trato, una manera de ponerse de acuerdo o no en ciertas cosas. Entonces al invadir los españoles acá, teniendo un grupo hegemónico que era castellano y católico, tratan de extender la doctrina católica al uso o las maneras que ellos reprimían y trataban de eliminar el islamismo. Ellos venían también de una lucha religioso-política. Las luchas religiosas no son sólo religiosas sino también políticas: cuando vienen los españoles se establece un sistema específico de dominación, de implantación de la religión, de cristianización y una estructuración social sumamente compleja. De eso habla Juan Carlos Estenssoro en su libro “Del paganismo a la santidad”. Y entre los ejemplos que describe nos hace acordar a Arguedas. Arguedas decía que los pueblos fuertes al ser invadidos con elementos foráneos son capaces de tomar ese elemento y transformarlo a su manera hasta expresar su propia manera de ser, su propia identidad. Estenssoro también menciona que las formas de cristianizar son parte de una misma moneda: cristianizar e indigenizar a la vez (o “andinizar” a la vez, dice él). Tomemos ejemplos concretos: el diablo. Cuando se cristianizaba se enseñaba el catecismo y se enseñaban los dogmas de fe de los católicos. Enseñarlo de memoria, así como el Ave María, el Padrenuestro, el Credo, el Salve, enseñaban de memoria el catecismo. Los indígenas se suponía que estaban cristianizados si es que repetían el catecismo, si se sabían el Ave María, el Credo, el tal y cual ya estaban preparados para ser bautizados. El ser bautizado significaba ser incorporado a la sociedad en cierto orden jerárquico. Porque hasta en los censos dice: “cristianos (se supone españoles o hijos de españoles) tanto. Indios bautizados: tanto”. Indio bautizado era algo así como incorporarlo al cristianismo pero hasta ahí nomás. No era cristiano. Era indio bautizado. Tremendamente jerarquizada la sociedad. Era como incluirlo pero hasta ahí nomás. A la vez que el diablo, como parte de la doctrina, se enseñaba que existía y que castigaba, etc. Ustedes saben que la religión católica es la religión del chantaje permanente. Entonces “si eres bueno te salvas, te vas al Cielo”, sino “te vas al infierno y al diablo”. Tuvieron un gran problema en escoger las palabras para la doctrina católica. Con qué palabra se decía en quechua o aimara o en otras lenguas “Dios”, con qué se decía “Virgen”, con qué se decía “diablo”. Y trataban de encontrar los conceptos sustanciales importantes. Y encontraron el Supay como un ser maligno dentro del quechua y dijeron: “el diablo es el Supay”. Entonces al enseñar estaban cristianizando porque la otra persona se supone que creía ya, era un creyente, que empieza a creer en una nueva fe. Pero esa nueva fe no necesariamente eliminaba la otra fe. Y además ese concepto que se difundía, que se imponía, era transformado por la cultura indígena que era la receptora de ese concepto. Y entonces transformaba ese concepto de manera que se cristianizaba a su vez que se andinizaba. Esa es la idea. La cosa no es tan mecánica. Con el tiempo, los que tenemos respeto a la música y respeto a los instrumentos de cuerda (la guitarra barroca, la vihuela, los laúdes, el arpa, el violín) sabemos que esos instrumentos se tocaban en ciertos contextos, en ciertos momentos, y a eso me voy a referir luego. Esos instrumentos, con el tiempo se transformaron de tal manera que llegan a la actualidad con una identidad totalmente distinta. La transformación de los instrumentos es por un lado técnica: cómo se toca. Un instrumento no es un instrumento sin la memoria, sin la cultura, sin la práctica del músico que lo toca. Eso es importantísimo. A veces con los compañeros discutía sobre el cajón. Les digo: “se pueden llevar una caja los flamencos, pero no se pueden llevar la memoria de [Eusebio Sirio, alias] “Pititi”, ni de Caitro Soto, ni de Ronaldo Campos, ni de Chocolate [Julio Algendones]. Se pueden llevar la caja para hacer su música flamenca, con otros ritmos, etc. Pero el cajón no es solamente la caja. Como cualquier instrumento musical cobra vida con la memoria, el sentir y el pensar musical, aparte de los afectos, las emociones y las subjetividades que suscita. Los instrumentos se hacen para satisfacer necesidades: acústicas, estéticas, sociales, políticas. Quién toca el instrumento, cómo lo toca, cómo lo aprende, quién le enseña, cómo accede a ese lenguaje. Un poco es decir: “dime qué tocas o cantas y te diré quién eres. De qué clase social eres, de qué religión eres, de qué barrio eres, cuántos años tienes”. Tantas cosas se podrían decir a partir de la práctica musical de la gente. Aunque tampoco es absolutamente rígido esto. A lo que voy es que los instrumentos de por sí no son sino como parte de la cultura viva de las personas que lo tocan. Por otro lado los instrumentos en sí no son tampoco para ser tocados solamente como ermitaños o en soledad, absolutamente aislados. Por eso los instrumentos se convierten casi como en un soporte interesantísimo de relaciones sociales específicas. Porque un instrumento se toca (la música se hace) para compartir. No se hace solamente para el deleite personal (aunque puede haber músicos que se deleitan solos). Pero en las sociedades en general cuando se hace música se hace en contextos socioculturales específicos. Dónde se tocan los instrumentos. Cuándo se tocan los instrumentos. Podemos hablar de espacios físicos o de tiempo también social. Las sociedades ordenan, en sentido de estructuración, el tiempo y el espacio. Hay tiempos además, el trabajo mismo y la relación con la producción de la tierra o con cualquier otro tipo de trabajo que se haga, para reproducir la vida. Implica, exige, un ordenamiento de las actividades humanas. También de las estéticas y las artísticas. Los taki, como les decía, eran representaciones integrales de música, danza, teatro, de enmascarados, poesía, e inclusive había personas que elaboraban esos guiones teatrales que se llamaban los takikamayuq. Eran personas especialmente encargadas de elaborar como un guion y pensemos que en ese tiempo los taki eran culturas andinas que no poseían escritura alfabética. Se tornaba sumamente importante porque a través del arte de los taki, a través del canto, la danza, la gestualidad del teatro, etc se estaba transmitiendo conocimiento, filosofía, cosmovisiones, tecnologías, una serie de aspectos de la vida social, del trabajo y las tecnologías para reproducir la vida. Esas prácticas no estaban desligadas del trabajo físico concreto de la agricultura, por ejemplo. Les doy un ejemplo bien bonito que Arguedas contaba: Jaychalla se llama ese canto, es un canto de cosecha. Cuando se cosechan cereales, inclusive cuando se carga la chala, el maíz (al ser recogidos los choclos queda para cargar la chala) se hacen unos bultos grandes atrás, en la espalda. Yo lo he visto en Cusco, cuando vivíamos en Cuyo Grande, de Písac pa’arriba. Los comuneros (campesinos) cargan bultos muy grandes y van en fila. El primero empieza a cantar: “jaychalla”, el segundo sigue el canto, el tercero sigue el canto, y van por caminos muy angostos con este bulto tan grande. No se pueden voltear a ver si el compañero de atrás viene o no viene. Escuchan. Entonces el canto cohesiona al grupo. El canto sirve para cohesionar al grupo pero además para reafirmar una jerarquización del grupo de trabajo en ese tipo de traslado de un sitio a otro de los granos, reconociendo que el que canta primero no es el que tiene más linda voz, sino el que le toca como capitán. Arguedas cuenta que luego llegan a la era, ponen allí los productos de la tierra y se entona ese mismo canto. El ritmo del caminar va dando un ritmo a la respiración; el esfuerzo de cargar y además el trabajo del diafragma son parte de un esfuerzo corporal para cargar, para caminar al ritmo y para cantar a la vez. Todo está tan integrado en ese arte de cantar, integrado al esfuerzo personal y colectivo para cumplir con cierto trabajo. Hay danzas que vienen también del trabajo agrario: la chaquitaria, por ejemplo: se pone en la tierra, se levanta así, se dan dos pasos para atrás, etc. Eso [Policarpio]Caballero lo describía muy bien y decía que la música de ese tipo de trabajo determinaba frases musicales en cinco tipos, porque cinco tiempos se tenían que hacer para trabajar con la chaquitaria. En la actualidad muchísimas danzas son muy simbólicas, significan gestos que están ligados al trabajo agrario. Pero los taki eran un evento teatral de otra naturaleza, porque había un argumento teatral y habían, por ejemplo, mitos, cuentos, o la representación de las batallas de los incas cuando fueron a relacionarse con los kollas o los chanchas, etc. Y entonces representaban, había un teatro, pero teatro integral, tipo ópera, con canciones, con situaciones, etc. Y estaba el ritual católico, que trataba de cristianizar esos cantos tanto de los taki como de los cantos que se hacían a la Pachamama, las ceremonias, los jallis, trataban de adaptarlos, apropiárselos para el culto católico. Se apropiaban del canto para cantarlo en quechua en la iglesia. Suponían los que cristianizaban que bastaba con cambiar el sujeto a quien se dedicaba la canción para ya estar cristianizado. Pero resulta que detrás de cada símbolo católico se pusieron los seres, las formas de la naturaleza o de la cosmovisión indígena de manera que hasta la actualidad existen pruebas de qué manera se transforman las imposiciones y cómo se trabajan, se expresan formas de ver el mundo que no se ajustan exactamente a la doctrina católica.

En 1995 estuvimos con un equipo de estudiantes que ya son musicólogos en Coracora para la fiesta de la Virgen de las Nieves, con Camilo Pajuero, con Carlos Mansilla, que es de allá, con Federico Tarazona y con Idelión Mamani y en un momento estábamos afuera tratando de grabar las danzas de fuera del atrio de la iglesia. La iglesia está acá, detrás, y al fondo lo que estamos enfocando es el apu Pumahuiri. El apu es la deidad de la montaña principal de esa región. Y una señora que estaba ahí [me decía]: “venga, venga, venga. Vamos a filmar adentro”. Y yo la verdad no estaba muy entusiasmada de grabar a la Virgen. Pero la señora insistió tanto que le dije: “ya, pues, vamos”. Y entonces ahí está la Virgen de las Nieves que se celebra el 4 o 5 de agosto, al igual que en España, y en este momento es que también se espera que haya agua para después hacer limpieza de canales y para sembrar, etc. Ahí están las vicuñas y alpacas dibujadas en el cerro Pumahuire. Y allí clavan, en las andas de la Virgen, a todo alrededor le ponen esas tablas donde están dibujados los camélidos y el Pumahuire. Clavan eso ahí y luego le ponen el faldón de la Virgen encima. De manera que cuando sale en procesión la Virgen nada se ve de que debajo está el Pumahuire. De eso se preocuparon mucho los sacerdotes desde la época colonial. Incluso en la iglesia catedral de Cusco existe una piedra importante, grande, y hay lugares… Las iglesias se hicieron en huancas, en lugares sagrados, en lugares importantes.

Aparte de la necesidad política de dominación cultural, religiosa y de implantar el catolicismo había una serie de actividades que no estaban dentro del marco religioso. No estaban dentro de la iglesia. Entre ellos estaba el huayno o las kashwas, que se hacían en otras instancias, en otros momentos de la vida. De la vida, del ciclo vital de las personas, de los nacimientos, de la adolescencia, del enamorarse, de hacer casa, de tener familia, etc. O de la muerte. Una serie de actividades que reunía a la gente para la producción económica de otras cosas. Pero que se hacía con música, con danza. El huayno está en esa noticia. Para mí ha sido noticia, porque la verdad es que hace poco me he dado cuenta. El huayno (wayño) como palabra estaba en el diccionario de [Fray Diego] González Holguín: decía que era un baile asido de las manos. Si ustedes se dan cuenta, si han visto danzas andinas, hay muchas danzas andinas en el Perú, (más de 3.000 danzas) muy pocas son las que se abrazan. Casi no hay danzas abrazadas, enlazadas. Y el huayno es uno de los pocos que tiene esa [característica] de tomarse de las manos. Muchísimas danzas son colectivas y de parejas interdependientes, que hacen una serie de coreografías más o menos fijas o nuevas pero dentro de estilos claros coreográficos. [Felipe] Guamán Poma (3) escribe que los familiares y los amigos se reúnen para ayudarse en ciertos momentos. Es la reciprocidad, alega. Y dice: “compadre huayno”. “Se ayudan y hacen compadre huayno, comadre sojna. Y critica a los españoles que van a la iglesia, que rezan, que son muy devotos pero que después se olvidan de todo eso. Y que son unos sinvergüenzas. Se olvida y ya no existe ese respeto a las niñas, a los niños, ese respeto a los compadres, esa hermandad y reciprocidad no existen porque “ya no existe compadre huayno”. O sea, los temas musicales muchas veces han surgido (sus nombres han surgido) por la función que están cumpliendo. Decimos “canto de trilla”, por ejemplo. En este caso huayno se dijo que provenía de wayna, que significaba “joven”. Por otro lado, el morfema way significa “sonido” y hay muchos géneros musicales con nombres propios que tienen way: wayno (huayno), waylía, waylijía, kashwa (cashua). Es una sílaba muy significativa en el mundo quechua que denota sonido. Entonces interesante es que aparece la kashwa como un género de danza pero no lo dicen mucho del huayno como género, que más bien nos da el contexto. Una de las maneras de entenderlo es [saber] que es la música que ritualiza la amistad. Eso me gusta. Y tiene sentido porque el huayno es uno de los géneros musicales que está todo el año en cualquier circunstancia. Se toca con cantidad de instrumentos musicales distintos. Lo tocan los niños, los grandes, los adultos, etc. Y hay muchas otras músicas que están puramente adscriptas a ciertos momentos de la vida social, productiva, cultural. Hay instrumentos musicales que solamente se tocan en Carnaval o se deben tocar solamente cuando llueve, o sólo en tiempo de sequía, como los sikus. Sólo en mayo, cuando no hay lluvia. Las tarkas se tocan en tiempos de lluvia. Hay una interrelación importante que tiene sentido, que no es lo que tantas veces desde occidente han dicho de mala manera: que son supersticiones, que son costumbres, que se tienen que superar por la modernidad, por la ciencia, etc. Por eso yo refuto el término “folklore”: porque meten en un solo saco todo lo que es de tradición oral, no escrita, no académica. Como si los conocimientos no tuvieran validez científica. Entonces así es la música. Debemos considerar la gran complejidad y el objetivo que cumple la música y el poder que tiene la música. Quiénes hacen música. Quiénes no hacen música. Hay un momento en que los taki quieren aprovecharse. Los españoles quieren aprovecharse de los taki y darles otros contenidos. Los cantos a la Pachamama, las huacas meterlos a la iglesia y que canten a Dios, a la Virgen, etc. Hay una novela magnífica de José María Arguedas que se llama “Diamantes y pedernales” (4), donde habla del poder de la música en la subjetividad humana. Pero antes de entrar a eso les cuento porqué les decía eso del poder de la música, dónde se toca, dónde se canta, etc. Quien se apropia de esas expresiones es parte del poder en el control político y social. Hay un momento en que los españoles tratan de erradicar los taki. Y los encomenderos dicen que están cometiendo idolatría y que deberían terminarse los taki. Los encomenderos eran los españoles, los invasores, conquistadores, que tenían a cargo tierras, indios y que cobraban los tributos. A los encomenderos se les confió, también, cristianizar, enseñar el catecismo, etc. Se les dio un poder político, económico, social y religioso. Hay un momento en que ellos quieren apoderarse de los taki. Que no lo hicieran los curacas, porque los curacas seguían existiendo, eran líderes nativos, jefes de sus pueblos. Y además a los españoles les convenía tener una estructuración clara porque dependían de los indígenas para comer y para lucrar. Y eso está muy claramente escrito por Juan Carlos Estenssoro. Eso me parece muy interesante. Había escritos que decían “se prohíbe tal cosa y tal otra”. Los encomenderos querían aprovecharse del taki porque es parte del poder y del control. El controlo no es solamente “yo te controlo” en tu fuerza de trabajo, en tu cultura, en lo que haces, en lo que no haces, lo que piensas o no piensas, en la religión, etc. El control se ejerce a través de volver objetos a las personas, de la deshumanización de la gente, para deculturizarla. Se le niega su historia, se le niega su derecho a hacer arte, música, etc, a crear, a imaginar. Y eso va a ser más fuerte después de la revolución de Túpac Amaru. Se prohíben los taki por problemas más que religiosos y por problemas de control político. Se prohíben  esas reuniones de música y danza, como ocurre también con los africanos esclavizados. Una de las primeras prohibiciones escritas que existen acá en Lima es contra los africanos porque hacían mucho ruido con los tambores. Pero en realidad era porque los españoles temían la organización de los esclavos para rebelarse. Tenían que disgregar esas instancias culturales donde la gente se ponía de acuerdo. Una buena jarana une a la gente.


Traje varios videos. Hemos hablado de la tecnología para hacer los instrumentos. Hemos hablado que existen lenguajes musicales elaborados por tradición oral con géneros precisos. Hemos hablado de los contextos donde se realizan esas producciones. Y que detrás de cada producción hay relaciones sociales. Hemos hablado de cómo la religión trata de utilizar el arte para cristianizar y que, a la vez, los pueblos nativos transforman eso y nace otra cosa. Arguedas decía: “todo ha cambiado desde la época de los españoles. Pero nada ha permanecido igual que como ellos lo trajeron.” Él hablaba de una indianidad, de una transformación permanente que, como síntesis, resulta en nuevos productos. Y así en los instrumentos musicales podemos verlo: podemos ver, por ejemplo, el arpa, el violín, el cuatro, el tres, la jarana, la mejorana, lo que vamos a ver luego. Les decía del otro aspecto que me falta. Hemos visto el arte unido al trabajo. El otro aspecto es el arte como poder sobre las personas, porque mueve los afectos, porque mueve los objetivos. Es una fuerza poderosa porque nos lleva a actuar, nos lleva a decidir. Ahí está su poder, su capacidad de decidir. Uno ama, uno obra, uno quiere y uno decide hacer cosas porque también está sintiendo, no solamente por una cuestión del intelecto, del pensamiento teórico en abstracto. Y el arte es el que más ayuda a esa parte subjetiva. En la novela de José María Arguedas “Diamantes y pedernales”, hay un arpista que se llama Mariano, que es medio jorobado y que tiene poderes especiales. El hermano lo lleva hacia el pueblo. Prácticamente lo expulsan de su comunidad y se va a un pueblo pequeño de la sierra. Allá está el hijo de una señora gamonala, que se llama Aparicio. Era dueño de tierras, de ganado, de caballos, de la gente, y era dueño de amantes a las que criaba. Así dicen. Este Aparicio tenía una amante especial, que era Irma, la ocobambina. Cuando llega Mariano, el arpista, a este señor le fascina cómo toca y se emociona mucho. Porque, dice, se le ahonda el alma. Entonces le dice: “vas a tocar sólo para mí”. Le prohíbe tocar para otros. Se emborrachaba, escuchaba el arpa, lloraba. Transcurría así hasta que llegó al pueblo una limeña con su madre. Aparicio, como señor poderoso de todo, también quiso a la joven limeña. Se enamora de ella y empieza a distanciarse de la ocobambina, de la amante principal, porque tenía varias. Irma cantaba, se habían conocido en una fiesta. Ella cantaba huaynos, que a él le gustaban mucho. La ocobambina, cuando él se está alejando le dice al arpista: “venga a tocar a mi casa”. “Cuando él llegue tú estate ahí en el otro cuarto y toca”, para un momento romántico, para ablandar su corazón. Entonces eso hicieron. El arpista se pone ahí, en el otro cuarto, cuando llega este señor todopoderoso a visitar a su amante empieza a tocar el arpa. Entonces Aparicio monta en cólera. Va, ve y destruye el arpa, y se va a su casa-hacienda. Mariano, el arpista, lo sigue y le dice “papay, ¿qué pasa?”. Él monta en cólera, lo agarra y desde el balcón lo arroja al patio y lo mata. Luego la comunidad indígena acoge a Irma y le dice: “tú eres nuestra, y vamos a enterrar a Mariano como a uno de los nuestros”. Las mujeres cantan su harawi de despedida y lo entierran como a uno de la comunidad. Y ahí el gamonal hace otras cosas despiadadas: agarra un cuchillo y le abre un tajo al caballo, cosas crueles, fuertes. Entonces la pregunta es: ¿por qué lo mata? ¿por qué mata al arpista? Pensando y pensando el asunto es que perdió el control. La música lo ablandaba, lo volvía vulnerable. Esa novela mueve toda la música por el poder que tiene en el mundo subjetivo de las personas. Así como todos los elementos simbólicos que las artes en general nos brindan a las sociedades tienen ese poder. Y ese es el poder al que los políticos, los dictadores tienen miedo. Tratarán de que no exista porque se puede volver contra ellos.

Referente a las cuerdas, podríamos hablar mucho sobre diferentes instrumentos: sobre arpa, violines, etc. Pero esta vez yo les traje algunos ejemplos que derivan de la guitarra barroca. Estas son las imágenes de [Baltasar] Martínez Compañón, del año 1782 aproximadamente. Este caballero, que era un cura, era dueño de tierras, cobraba los impuestos, reubicaba pueblos, levantó mapas y mandó a hacer más de 1.500 láminas de todo su Obispado, que era: todo Trujillo, La Libertad, Lambayeque, Piura, Tupes, Cajamarca, Amazonas, parte de Áncash. Era un territorio enorme. En el norte mandaba este poderoso señor, mientras que en el sur estaba Túpac Amaru. Es la misma época. Esto en 1782-1785. Dejó partituras, las más antiguas que tenemos, aparte de una de Hanaq Pachap [Kusikuynin, o Reino de los Cielos]. Esta es una de las piezas. La imagen es la del “baile del chimo”. Yo no sé si estos señores son unos señores mochicas. El señor no llegó a escribir nada. Él quería hacer la historia de su diócesis. Quien sí escribió fue su sobrino, José Ignacio Lecuanda. Pero sobre la música y la danza no dejó nada. Vamos a escuchar la “Danza del chimo” por la Camerata Renacentista de Caracas.



Video: Danza del chimo

Quería mostrarles eso porque es, al parecer, es una danza chimú o chimo, es una danza indígena con instrumentos españoles de cuerda. Hay un fragmento que va con flauta y percusión. Eso me llamó mucho la atención, porque tempranamente los instrumentos se empezaron a incorporar, inclusive para ceremonias de origen nativo. En varios lugares de Latinoamérica los mismos músicos, investigadores, conocen la guitarra barroca, de cuatro o cinco órdenes dobles, como una de sus fuentes. Después se transforma a esto que ahorita vamos a ver. 


Video: Jarana y requinto jarochos


Quiero destacar aquí el otro aspecto importantísimo que es el cantar, el hacer las letras de las canciones. Ese también es un espacio, un momento y un decir donde la propia voz es la que sale. La guitarra barroca era preferentemente punteada, era preferentemente pulsada, y los rasgueos así fuertes. De allí pasa al mundo más popular: a acompañar la canción, a acompañar la danza.  Eso hace que la técnica sea distinta. Lo que se academiza, en cierta manera, de la guitarra es esa técnica de digitación y de pulsación más que en los rasgueos. La guitarra clásica, inclusive, “prohíbe” los rasgueos. Diferentes tipos de rasgueos están ligados expresamente a lo popular. Vamos a ver ahora este Cascabel con zapateado. La difusión que se hace trasnacionalmente nos oculta unos a otros, nos divide. Respecto a México, pues conocemos a los mariachis y nada más. Entonces eso sí que da pena. Y eso no es casual: dicen “divide y reinarás”. Quiero decirles también que algunas de algunas de estas canciones, como El cascabel, el Cielito lindo, La Malagueña, una serie de temas que nosotros conocemos se difundieron por el cine, por la radio, etc. Es un proceso que los mexicanos llaman “cancionización” de eventos musicales que eran mucho más complejos , más largos, que no eran sólo una canción, sino que eran como en la actualidad hacen los fandangos, que se reúnen los jóvenes…Estuve en México y fui a un fandango, donde los jóvenes llegan con su jarana y tocan y tocan, y se dicen versos, contrapuntean, etc como una jarana interminable. Es como cuando se canta el canto de jarana en Lima. Como si escogemos una sola marinera de un disco y decimos “ese es el canto de jarana”. Mentira. No es así. Se “cancionizó”, se hizo canción de un evento musical que es mucho más amplio. De todas maneras, además, esas reuniones en fandango se llevaban al disco y hay muchos grupos interesantísimos que están haciendo su trabajo. Un trabajo musical, popular, que a veces recibe el apoyo del Estado porque desde hace tiempo reivindicaron ese derecho. Y los grupos van haciendo su tarea de hacer música. Éste es Cascabel con zapateado:



Video: Cascabel con zapateado


¡Bravo, bravo! (aplausos al finalizar la proyección del video)

Lo que estamos observando además es la síntesis española, indígena y africana. Porque otra cosa que se nos ha ocultado mucho tiempo es la presencia africana en México. Se están haciendo estudios y realmente los datos son elocuentes de la presencia africana. Lo que yo venía a traerles como parte de la reflexión era que si bien en la zona andina—siguiendo a Arguedas—se andinizan los instrumentos y sale el charango, por ejemplo, o se toca el violín como se toca, por otro lado estaba la criollización. Pienso que estos procesos [en el caso mexicano] con la presencia africana especialmente y con el uso de los instrumentos de cuerda, con el uso del castellano y de cierto tipo de escalística y de ritmo, si bien forman una identidad  mexicana y de cierta zona , etc,  son una forma de criollización. Sus características estéticas son distintas a las que se desarrollan en los Andes. Arguedas tenía razón en el sentido que una cultura fuerte transforma lo de fuera. En el caso de Centroamérica y de México también la cultura fuerte de los sectores populares transforma lo impuesto por los sectores hegemónicos. La complejidad en México es increíble porque también nos han ocultado que hay más de 60 lenguas indígenas vigentes. Vamos a ver algo que es sumamente interesante para terminar de redondear la idea con México. Hay un movimiento fuerte del son jarocho, que tiene muchas formas. “La bamba” es un son jarocho, para que sepan. Ustedes saben los problemas que hay entre México y Estados Unidos de Norteamérica. Hay un evento muy interesante que se hace con este tipo de música y que se hace en la frontera. Ustedes saben que mucho tiempo estuvo la Cortina de Hierro que dividía Alemania del Imperio Ruso, separando la ciudad del otro imperio. Siempre se habló del “muro de la vergüenza”. Era una vergüenza en verdad ese muro. Y resulta que ahora hay un muro en la frontera entre Estados Unidos y México. Y entonces los jóvenes mexicanos se van a la frontera y un grupo está del lado mexicano y el otro grupo está del lado norteamericano: hacen allí el fandango.



Video: fandango fronterizo

Eso es tremendo. En YouTube ustedes pueden buscar “Fandango fronterizo” 2012, 2013. Esa es una forma de decir kachkaniraqmi” (“seguimos existiendo”). Aquí estamos, en medio de la frontera. Hacen un fandango de preguntas y respuestas musical allí. Me parece tan simbólico y tan interesante. Y recordar tanta desgracia que ocurre en esa frontera. Injusticia tenaz.
Vamos a ver ahora algo que grabé yo misma y les digo así, con placer: yo misma grabé esto. Esas cosas que la vida ofrece a veces. Fui invitada a un congreso en Cuba y siempre se hace escala en Panamá. Yo dije: “pues, no. Esta vez me quedo en Panamá a conocer, pues una escalita nomás qué…Me quedo en Panamá por unos “diítas”. La idea era ir a conocer a Rubén Blades. (Risas). En serio. Me quedé, fui hasta su oficina. Decían que era ministro pero era jefe del Instituto de Cultura Panameño, tenía rango de ministro aunque no era tal. Y los taxistas me decían: “no, que siga cantando”, “que siga haciendo cine”, “¿cuál ministro?”. No para en Panamá este “ministro”. La idea era traer a Rubén Blades a un congreso acá, de investigación de la música y para que hablase de la relación entre política y música, pero se descurrió. Hablé por teléfono con él pero no. No quiso. Se chupó[avergonzó]. En esos días que estuve en Panamá pude conocer a personas muy chéveres, entre ellas a un maestro que nos brindó una entrevista. Y un grupo que se llama Los Juglares. Aquí comparto una parte de la entrevista que nos brindó el maestro Juan Andrés Castillo.



Juan Andrés Castillo
(foto: Telesur)

J.A. Castillo: “…ésa se llama peralta baja. El afinamiento es mi-sol-la-fa-re. El afinamiento de la mejorana [instrumento de cuerda] natural es mi-si-la-la-re. Por 25.”
Chalena: “Y eso de ‘por 25’, ¿qué es?”
J.A.C.: “ Hay muchas versiones. Según tengo entendido que es(…) porque tiene dos quintas justas.”
C: “La forma de afinar es por quinta”
J: “Yo sé que el afinamiento por 25 es m-si-la-la-re. 5 por 5 = 25.”
C: “Pero hay ciertas canciones o cierta música que sale con estos 25, o sea, con esa afinación”.
J: “Sí, con este afinamiento se tocan muchas cosas: cumbia, tamboritos, de todo…”
(toca)
……………………………………………………………………………………………………………………
J: Esta cumbia se la he dedicado a mi nietecita de 2 años. Se titula: Son socavón.
(toca y canta)


Mejorana
(foto: Telesur)


Este señor se llama Juan Andrés Castillo y es un compositor revolucionario. A veces ya no dicen eso. Estuvo dos veces preso, fue amigo de Torrico. Tiene muchísimas composiciones y una larguísima experiencia. El señor creo que nació en 1930. Lo interesante son varias cosas acá: una, el instrumento, que parece tan rústico y cómo se toca maravillosamente. Socavón es el término que también Nicomedes Santa Cruz parece ser que trajo y dijo que era para acompañar las décimas. El socavón es un género en Panamá. Al instrumento lo llaman mejorana o mejoranera. Ellos cantan décimas en unos eventos que todos los fines de semana existen y que se llaman “cantaderas”. Yo esta vez no traje cantaderas porque quería mostrar al maestro cómo canta décimas de socavón y cómo hay aquí dos formas de cantar: una es de Raúl Vital.

(canta en video)

Los músicos que están acá, como el maestro Juan Castillo, son del grupo Los Juglares, que está cumpliendo cuarenta años.  También les recomiendo que los busquen en internet. Realmente hay información interesante. Ellos trabajan para la Universidad de Panamá. En ese momento estábamos en una construcción especial para los conjuntos de música y danza que tenían apoyo de la Universidad. El compositor ya no está con Los Juglares, pero es don Juan Andrés Castillo. Es importante que así como vamos reconociendo los géneros, músicas y la forma de hacer, debemos reconocer a los maestros, los cultores, los que componen, los que tocan, etc. A esta forma de cantar toma le llaman cantadera.



Video de Los Juglares


Les insisto en que busquen en You Tube las cantaderas de Panamá y van a encontrar allí improvisadores impresionantes, repentistas. Se acompañan con la jarana, a veces con guitarra y a cada forma de acompañar la llaman “torrente”. Es un torrente por 25, por ejemplo. Hay códigos que perfilan los géneros musicales, códigos que identifican los géneros y que la gente reconoce como suyos y allí está el trabajo de la gente. En todas las músicas del mundo hay un trabajo de la gente para crear y desarrollar el lenguaje musical. Técnicas precisas, formas del canto. En este caso dos formas de cantar: una, que es eminentemente campesina,  que sé que los panameños gritan así, impresionante cómo gritan, y dicen que si un panameño, en cualquier parte del mundo,  pega un grito así seguro que otro le va a contestar. Es una forma de imitar las aves del bosque. Muy interesante. Quería mostrarles ahora un fragmento del tres cubano. Pienso que la civilización se da por transformación de lo español, no solamente por los propios hijos de españoles, criollos, sino también por los afrodescendientes.  Es muy interesante lo que aquí explica un musicólogo cubano. Es sumamente interesante porque además el tres tiene una afinación que es la-re-fa#. Y cuál es la afinación del cuatro: la-re-fa-si.  Y esa interrelación, esa interválica está en el charango también. Son instrumentos hermanos: provienen de la guitarra barroca, y además tienen como un eje fundamental en la forma de afinar que facilita los acompañamientos.  Claro que también se han desarrollado formas del cuatro, del tres, como instrumentos solistas. Pero eso ha sido posterior. Mucho tiempo han sido instrumentos de acompañamiento.  Este video creo que está hecho por vascos:


Documental ALAMBRE DULCE


Una maravilla. La democratización de conocimientos a través de la internet y la participación de los músicos y musicólogos…La participación de Efraín Amador, quien ha escrito un libro sobre el tres y el laúd. También está Radamés Giro. Hay una participación interesante de ellos. Quería contarles que con don Efraín nos escribíamos porque yo le estaba consultando sobre las guitarrillas, y hablábamos sobre el charango y la mandolina. El me escribió un día y me dijo: “compañera, mándeme las partituras  de la música en mandolina que tocan en su país”. Y le digo: “maestro, no hay”. (Risas). Y me dice: “compañera, como que a usted y a su pueblo, a su país, le está faltando una revolución”. (Risas y aplausos). Cuba tiene más de 150 musicólogos, aquí en Perú no somos ni 10. Y muchos están fuera.
El maestro Fredy Reyna fue uno de los primeros que desarrolla el cuatro solista. El cuatro sigue cumpliendo la función de acompañamiento y también hace unos rasgueos increíbles. Realmente tienen un virtuosismo para tocar el cuatro. Yo quería aquí recordar a Fredy Reyna:



 Video: Fredy Reyna


Busquen en internet porque todo está para continuarlo mirando y disfrutando la diversidad. Voy a terminar ya. Es verdad que queda mucho pero quería mostrarles otro fragmento de este video que hicimos con “Presencia cultural” sobre los hermanos de cuerda: el charango, el cuatro, el cavaquinho, etc. Esta es la segunda parte y también está en You Tube. En los Andes, aparte del charango, se toca el chillador, es un instrumento muy chiquitito y aquí lo toca un amigo, maestro, Ricardo García


Video: Hermanos de cuerdas


Les agradezco mucho. Deseo saber si quieren hacer alguna pregunta. Si tenemos tiempo y no nos botan…Bueno, faltaron varios instrumentos, pero me pareció interesante remarcar algunas ideas al comienzo de esa capacidad de los pueblos para gestar su propia cultura, su propia manera de ser y pienso que es una manera de afirmar permanentemente el derecho a la cultura. Es una forma de ejercer la libertad, a pesar de cualquier condición o circunstancia adversa. Es la creatividad humana la que nos hace florecer, es una forma de plenitud humana el hacer música y compartirla. Bien dice el pensamiento indígena que el arte es la flor de los humanos y entonces debemos florecer. Muchas gracias.

(Aplausos)

Celeste Acosta Román: “Hemos escuchado a la maestra Chalena Vásquez en esta primera intervención sobre los instrumentos de cuerda de América Latina. Las personas que hemos tenido la oportunidad de escucharla en varias ocasiones no me van a dejar mentir: no hay momento en que ella no nos sorprenda con algo nuevo, con aquellas cosas que descubre y cuando las descubre al instante están subidas a su página web. O como dice el maestro Manuel Acosta Ojeda en son de broma: “Chalena, ¿a qué hora duermes?”. Bueno, el día de mañana los esperamos aquí también, en esta casa que nos va a albergar toda la semana. Le agradezco mucho su presencia. Bienvenidos y muchísimas gracias”.


Los videos que se muestran en esta nota pertenecen a sus respectivos productores. La mayoría de ellos son los que ha mostrado la maestra Chalena Vásquez en su conferencia y se ofrecen a modo didáctico y de difusión.


(1)              Estenssoro Fuchs, Juan Carlos. “Del paganismo a la santidad. La incorporación de los indios del Perú al catolicismo. 1532 – 1750”. Pontificia Universidad Católica del Perú / IFEA. Lima, 2003.
(2)              http://mnaahp.cultura.pe/
(3)              Felipe Guamán Poma de Ayala, ocasionalmente escrito también como Felipe Huamán Poma de Ayala (San Cristóbal de Suntuntu, Ayacucho, 1534 - Lima, 1615), fue un cronista indígena de la época del virreinato del Perú.
(4)              Arguedas, José María: Diamantes y Pedernales. Agua. Juan Mejía Baca y P.L. Villanueva, editores, Lima, 1954. / Editorial Losada, Buenos Aires, 1974 (reeditada en 2011)






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