miércoles, 26 de marzo de 2014

Miryam Quiñones: la magia de la trova


Con estilo personalísimo e impecable voz, Miryam nos propone un recorrido por diferentes expresiones de la canción popular peruana, además de un par de sorpresas musicales.

Miryam Quiñones:
“Ritmos y canciones del Perú”
Hasta Trilce -  Teatro / Música / Bar
Maza 177
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Argentina
Sábado 22 de marzo de 2014
 
El canto popular latinoamericano, basado en sus ricas raíces, comienza a perfilarse hacia nuevos horizontes a mediados del siglo XX, gracias al talento de grandes cantautores como Violeta Parra, Chabuca Granda y Atahualpa Yupanqui, entre muchos otros. Los movimientos de la Nueva Canción se cimentan en el camino que han comenzado a trazar estos precursores, sumando nuevas voces y composiciones que destacan el devenir del ser humano en su realidad y en sus anhelos. Miryam Quiñones, nacida en Lima (Perú) es licenciada en Comunicación Social de la Universidad de Lima y ha cursado estudios artísticos en el Conservatorio Nacional de Música de su país y en la Escuela de Artes Vocales de Santiago de Chile. Cuando sintió su fuerte vocación por el canto, supo que esta vertiente artística no podría ser sino una expresión con contenido poético, con un mensaje para quien lo escucha. De esta manera, Miryam comienza a descubrir a los grandes creadores del Perú y del continente americano. Entre 1998 y 2003 forma parte del conjunto “Silvio a la carta”.  En esta etapa, graba en calidad de solista su CD “Locuras” (Miryam Quiñones canta a Silvio), difundido generosamente por el portal cubano La Jiribilla. La inusual calidad del fonograma sitúa a la intérprete en un lugar de privilegio y recibe los elogios de grandes trovadores como Augusto Blanca, Vicente Feliú y el propio Silvio. Todos ellos participarán años después de una nueva producción de Miryam.
Los discos siguientes poseen un repertorio más ecléctico: “En vivo (2002), “En vivo II” (2003) y “Transparencias” (2009) contienen creaciones de Alejandro Lerner, Andrés Soto, Pedro Guerra, Alejandro Filio y Noel Nicola, por citar sólo algunos de los autores recreados con particular estilo por Quiñones. Por su parte, “Eternamente Chabuca” (2012) es un bellísimo homenaje a la creadora de Puente de los suspiros y tantas obras imperecederas. Finalmente, “Con el alma en vilo (2012) es un disco grabado en Buenos Aires junto a Teresa Parodi, Silvio Rodríguez, Jorge Fandermole y Vicente Feliú, entre otros artistas.
Pablo Juárez
 
 
En esta oportunidad, Miryam nos presenta una selección de canciones del Perú compuestas en diferentes épocas y estilos. La primera de ellas es la conocida Ritmos negros del Perú de Nicomedes Santa Cruz (1925 -1992), cantautor afroperuano de gran influencia en la música de su país. El espectáculo comienza con los músicos tocando sus respectivos instrumentos; Miryam aparece en escena y se suma al espectáculo ante el aplauso  del  público. Pablo Juárez, habitual acompañante de Quiñones en Argentina, realiza interesantes arreglos en piano que realzan cada uno de los temas. Alicia Maguiña, cantautora limeña, aporta una linda creación: Indio, grabada por Mercedes Sosa en 1976. La versión de Quiñones aporta dulzura y musicalidad a la canción extraordinariamente bella en melodía y en poesía.De Chabuca, Las flores buenas de Javier, sentido homenaje al poeta Javier Heraud (1942 -1963). La versión es muy emotiva, melancólica pero firme, intensa. La veta romántica aparece en el vals Hay días como hoy, de Mario Cavagnaro:
Hay días como hoy,
 en que te extraño más,
 que quiero hasta creer
 que un día volverás.
 
 Hay días como hoy,
 en que todo es tan gris,
 que tiemblo al recordar
 que un día fui feliz.
Victoria Polti
 
 
Victoria Polti (flauta traversa) y Fernando Bruno (percusiones) realizan un aporte decisivo a los artesanales arreglos del conjunto acompañante. Daniel “Kiri” Escobar, nacido en 1947 se formó de manera autodidacta, escuchando en la radio a artistas de diversas nacionalidades. Recorre el Perú en calidad de guitarrista del grupo Los Dreams (1967 -1969) y graba su primer disco solista en 1981. De su autoría es Azúcar de caña, composición que suma a su raíz peruana elementos de la música caribeña. Por su parte Omar Camino, cantautor nacido en el distrito limeño de Magdalena nos presenta a través de Miryam una linda creación trovadoresca: Los caminos, interpretada sin el aporte del piano.
Fernando Bruno
 
 
Rafael Delgado (cello) y Diego Norris (guitarra) completan el grupo que acompaña a Quiñones con profesionalidad y creatividad. La siguiente canción es la muy conocida Negra presuntuosa, grabada por Inti-Illimani y Susana Baca, entre otros artistas. Pertenece a Andrés Soto Mena (1949), cantautor elogiado nada menos que por Chabuca Granda y Mario Vargas Llosa, dos grandes personalidades de la cultura peruana. Miryam desarrolla su versión con soltura y simpatía, sumadas a sus ya ponderadas condiciones vocales.
Rafael Delgado
 
Soledad es un tema creado por José Alberto Villalobos Ruiz (Lima, 1955), más conocido como Pepe Villalobos. Importante cantautor, ha formado parte del colectivo “La otra canción” y de diferentes conjuntos musicales. Entre sus muchas influencias, una de las más importantes ha sido la de su propio padre, el también compositor Pepe Villalobos Cavero.  Uno de los ritmos más interesantes del Perú, el landó, se hace presente a través de Fuegos disimulados, cuya autoría pertenece a Olga Milla, creadora radicada en los Estados Unidos. A su obra se atribuye “un fino lirismo y vivacidad rítmica y sonora”. En la versión que podemos disfrutar, la melancolía del cello sirve de introducción al canto de Miryam, que también es secundado por piano y cajón. Cierra este segmento una obra de Javier Lazo (Lima, 1973), presentado por la intérprete como un “estupendo compositor, muy talentoso”. La obra elegida para el espectáculo se titula De los amores.



Como una yapa, dos canciones que no pertenecen al repertorio peruano. Un pequeño recreo musical antes del final. Son inspiradas versiones de Barro tal vez (Luis Alberto Spinetta), vertida en esta ocasión en ritmo de landó, y la muy difundida El necio, de Silvio Rodríguez, a través de la cual Miryam reafirma los conceptos vertidos anteriormente: carisma, musicalidad y una bellísima voz que hacen posible la magia de este lindísimo espectáculo.

Diego Norris
 
 
Volvemos a Perú con canciones muy populares: El surco (Chabuca Granda) y No me cumbé (o No me cumbén), tradicional, que permiten a la artista un cabal lucimiento de sus dotes canoras y danzantes. Como bises, las dos canciones más populares de doña María Isabel Granda y Larco: Fina estampa y La flor de la canela, broche de oro de un espectáculo impecable.
 



 
 
Agradecimientos especiales a Miryam Quiñones, Julián Cerasuolo y Hasta Trilce Teatro.
Enlaces:


 

lunes, 24 de marzo de 2014

“La tierra hechizada” rescata el aporte literario de Yupanqui


Los periodistas Schubert Flores y Héctor García Martínez presentan una lujosa edición que recopila artículos escritos por Atahualpa Yupanqui entre 1961 y 1967 para la revista “Folklore”, complementados con documentos y entrevistas inéditos. La ardua y valiosa investigación se presenta acompañada de fotografías y facsímiles de las publicaciones originales, que otorgan a este libro un atractivo poco común entre las ediciones actuales.

 

 
 

Presentación del libro “Atahualpa Yupanqui. La tierra hechizada”.

Biblioteca Nacional

Sala Juan L. Ortiz

Agüero 2502

Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Argentina

Jueves 20 de marzo de 2014

 

 

Schubert Flores Vasella es periodista e investigador, estudioso de las vertientes del canto popular sudamericano. Nacido en el Departamento de Paysandú, Uruguay, Flores Vasella ha llevado adelante un importante trabajo de difusión de la música oriental en Argentina a través de programas radiales y espectáculos musicales. Héctor García Martínez es periodista y guitarrista, nacido en Buenos Aires. Como músico ha ofrecido conciertos en buena parte de Argentina y Uruguay; también ha dado conferencias y ha escrito en importantes medios nacionales acerca del Movimiento Tradicionalista Argentino y sobre la obra del guitarrista Abel Fleury. Comparte con Schubert Flores la admiración por la obra de don Atahualpa Yupanqui. Este especial interés por el compositor pergaminense ha quedado plasmado en un primer rescate de su obra literaria: "Hombres y caminos. Yupanqui, afiliado comunista”, aparecido en 2012 y reseñado en estas mismas páginas. Este nuevo esfuerzo, que implicó la búsqueda de los diferentes números de la desaparecida revista Folklore por diferentes instituciones y en archivos particulares, ha dado como fruto una edición exquisita, complementada con fotografías e ilustraciones de gran interés para el público.

Como parte del marco telúrico que representa la obra de Yupanqui, la artista Andrea Bernardini inaugura la presentación interpretando una baguala, canto ancestral y ceremonial con su voz y su caja.

 “Estamos concretando un sueño, que es poder tener al par un libro con  recopilaciones, escritos, artículos de don Atahualpa Yupanqui. Y un libro muy especial, “La tierra hechizada”, que además de su extraordinario contenido que nos lega este maestro, referente que fue don Ata, tiene un diseño especial, es un libro – arte, un libro muy difícil de poder hacerse en estos momentos por los costos editoriales…” comienza diciendo Schubert Flores, en relación a la gestación de este nuevo esfuerzo en la difusión de una de las facetas artísticas de Yupanqui: la literatura.

Schubert Flores
 
 
 


El periodista radial Ricardo Luis Acebal ha sido invitado a presentar la nueva edición: “En “La tierra hechizada” uno encuentra una sabiduría pocas veces dimensionada. Yo que me precio de pretender conocer bastante la obra de Atahualpa, me encontré una vez más con sorpresas: gracias a Schubert Flores y Héctor García Martínez, que hace rato venían trabajando en esta recopilación, gracias a la vieja revista Folklore, de don (Alberto) Honegger, que publicó esto en su momento capítulo a capítulo, al igual que “El canto del viento”, después se transformaron en obras eternas y medulares de Atahualpa Yupanqui. Yo debo decir que me emocionaron muchos momentos de lecturas de este libro” (…) “Debo decir también que las fotografías son maravillosas”(…) Al referirse a las pinturas de Oscar Pintor incluidas en la obra opina:  “Nuestros libros han sido ilustrados de esta manera cuando teníamos más clara nuestra identidad nacional. Después nos vinieron a convencer que teníamos que hablar de otra cosa, que teníamos que hacer revistas parecidas a las francesas, inglesas,  norteamericanas y qué se yo…Pero con la industria editorial que teníamos en Argentina se hacían este tipo de ilustraciones. Yo vuelvo a ver esto en esta tapa del libro de Atahualpa realizado por estos dos muchachos amigos de tantos años. Y  acá hay demasiados motivos para estar contentos, para celebrar…” “Cada uno de nosotros tenemos que ser un “predicador” de este libro. Atahualpa Yupanqui nos va a seguir sorprendiendo  mientras haya autores como Schubert Flores y Héctor García Martínez. Muchas gracias”.


Ricardo Acebal
 
 
Retoma la palabra Schubert Flores. Refiriéndose a algunos materiales que pone a su disposición Héctor García, nos cuenta: “Un buen día se aparece y me dice: ‘Mirá, ¿conocías este material?’, y eran algunos artículos de la revista Folklore escritos por Yupanqui. Realmente quedé impresionado. Recuerdo que uno de ellos era La guitarra y su misterio. Y lo que decía allí Yupanqui ¡era de una profundidad! Porque en Yupanqui estamos acostumbrados a ver al artista: al músico y al poeta, pero también está el pensador, con rasgos de sabiduría y absolutamente enraizado en nuestra tierra. Es un gran pensador. ¡Y las cosas que allí dice sobre la guitarra en los años 60! Si el viejo viviera hoy se moriría en un instante porque advierte todo: la deformación, la mala utilización que sufre, el avasallamiento que sufre la guitarra, condenada a sonidos estridentes, voluminosos, sin matices, sin hondura, sin mensaje”. “Nos pusimos a armar la colección de Folklore para poder tener acceso a todos esos artículos. Y ahí nos dimos cuenta que Yupanqui había publicado aquella serie conocida como El canto del viento,(…) una obra cumbre de Yupanqui. Luego publicó una serie llamada La tierra hechizada. Ese es el material medular que conforma el libro, al cual con Héctor le adicionamos material que también se publicó en ese entonces, material que tiene relación con las andanzas de Yupanqui por Japón, notas y entrevistas a Yupanqui, juicios de los contemporáneos sobre Yupanqui, y también un material epistolar y un reportaje inédito que Héctor, quien trató a Yupanqui, le hizo por los años 80. De manera que ese es básicamente el contenido del libro. Habla Yupanqui a través de sus escritos (…) “

A continuación, el guitarrista Arturo Zeballos, quien ha transcripto toda la obra de Atahualpa Yupanqui, protagoniza un segmento musical, interpretando las obras La catamarqueña (zamba anónima), Paisano errante (milonga, A. Yupanqui), Melodía del adiós (Pablo del Cerro) y Danza rústica (Pablo del Cerro).

Arturo Zeballos
 
 


Al finalizar el número musical, Schubert Flores destaca y agradece la presencia de Ovidio Ottaviano, el maestro Carlos Di Fulvio, el gran payador oriental José Silvio Curbelo y Miguel Vicente, de Radio Nacional. Por su parte, Héctor García Martínez, quien tiene la palabra, agradece a Analía Rego, concertista, Ricardo Rodríguez Molina, guitarrista y cantante, Julio Rodríguez Ledesma, historiador y folklorólogo, y Francisco Vera, guitarrista de concierto y gran admirador de Atahualpa Yupanqui.


 Según García Martínez: “cuando uno tiene la posibilidad de realizar un sueño, piensa que ese sueño le pertenece a uno, pero no. Está lo que nos rodea(…) Allá lejos y hace tiempo, en mis años mozos, ocurría ese movimiento tan emblemático que fue el auge del folklore de los años 60, que llegó a influenciar en Sudamérica, por obra y talento de músicos  y poetas salteños, fundamentalmente y de otra gente que, posteriormente, fue surgiendo. Aquí los queridos y admirados Carlos y Edgar Di Fulvio, de Córdoba, Lucas Braulio Areco , en fin,  mucha gente que sumó a ese proceso de rescate y afirmación del ser nacional y americano. En ese contexto surgió esta revista Folklore que yo empecé a comprar desde el primer número, fundada por el señor (Alberto) Honegger. Y el primer director fue Julio Márbiz. Hay algo muy significativo que me contó el maestro Yupanqui: le dijeron ‘¿Por qué no escribe su vida?’ Y así empezó a hacerlo en pequeñas entregas tituladas El canto del viento. Y entonces descubrí algo fascinante: aparte de la faz musical de Atahualpa estaba esa condición de pensador, y en ese momento me aclaró muchas dudas existenciales. Porque no es filosofía. Es cómo debe uno encarar su acción en los caminos del arte, de la cultura, de la emoción. Él destacaba una palabra: conciencia. Y eso es fundamental cuando uno hace las entregas. Por ese motivo yo quedé realmente fascinado. Y después el señor Honegger, de la editorial homónima, decidía editar esas publicaciones en formato de libro. Posteriormente vino esta serie de notas, La tierra hechizada, y claro, mi deslumbramiento fue en aumento. Y yo empecé a juntar todo eso (…) y pensé: ‘qué lindo sería alguna vez editar esto en forma de libro’. Pasó el tiempo, y en una curva, una esquina de la vida, lo conozco a Schubert Flores Vassella, de espíritu inquieto, sensible, culto, entonces cuando vio eso se puso manos a la obra: conseguir la revista Folklore. Y cuando llegó  ya la concreción del sueño, de mandarlo a imprenta, es notable el trabajo que hizo Schubert ahí, de diagramación, de controlar, a él le tocó “bailar con la más fea”. Por eso yo, particularmente agradecido, pido un aplauso para él. El trabajo lo hicimos en conjunto los dos, pero él hizo un trabajo fundamental: la revisión (…) Otra cosa fundamental es que consiguió el editor. Por eso mi gratitud, no solamente mía, sino de todos nosotros”.

 
Héctor García Martínez
 
 
 
 

“Pasando al trabajo en sí, en síntesis, diré que Atahualpa Yupanqui, como decía el sacerdote jesuita, era un campeador de misterios. A ello agregaría que era un despertador de conciencias. Y es notable cómo cada cosa simple de la vida la asociaba al arte, a la cultura (…) Decía conciencia y no espectáculo, porque él detestaba la palabra espectáculo. En La guitarra y sus misterios dice: ‘ En los pueblos, en los escenarios, la gente toca la guitarra para la gracia, para la danza, para el “espectáculo” también.’ Esto lo tenía bien asimilado. Decía que cuando un intérprete toca y hace gala de su malabarismo, de su virtuosismo, corre el riesgo de fijar en primer plano la forma habilidosa de tocar y no el mensaje que debe dar el artista. (…) La satisfacción de poder rescatar esto, no solamente por la obra de Yupanqui, sino porque yo a veces comento que en materia folklórica hay figuras muy destacadas que han trabajado muy bien la parte científica, pero de la parte biográfica de la producción folklórica realmente hay muy poco. (…) Con Schubert nos sentimos muy satisfechos porque es una forma de, como decía Yupanqui, ‘apuntalar el ayer para que sea más firme la luz del mañana’. Muchas gracias.”
La última parte de la presentación está protagonizada por Arturo Zeballos, quien interpreta Danza del maíz maduro y el malambo Cruz del sur, ambas obras de Yupanqui. Luego se incorpora Andrea Bernardini quien canta con sentimiento El árbol que tú olvidaste (A. Yupanqui / Pablo del Cerro), la zamba La arribeña (Yupanqui) y Guitarra, dímelo tú (Yupanqui / Del Cerro).
 
Video: La arribeña
© Fogón Latinoamericano, A. Zeballos y A. Bernardini
 
 

Atahualpa Yupanqui. La tierra hechizada

Recopilación de Schubert Flores Vassella y Héctor García Martínez

Del Cerno Ediciones, Buenos Aires, 2013

250 páginas, 30 x 20 cm




 
 

 
 

domingo, 23 de marzo de 2014

Entrevista a Clodoaldo Parada, músico de la Nueva Trova Cubana


Nacido en Morón, Ciego de Ávila, Clodoaldo ha participado en la gestación del Movimiento de la Nueva Trova cubana. Actualmente reside en Santa Fe, Argentina, donde su carrera artística cobra un nuevo impulso. Lo entrevistamos en la víspera de su espectáculo en un café céntrico de esa ciudad.



¿Cómo nace tu afición por la música?

Mira, en mi familia no hay ningún músico. Decía mi abuela que su papá—mi bisabuelo sería—tocaba el tres, una guitarra con tres pares de cuerdas que se usa para tocar el son tradicional. Pero aparte de él,en mi familia no hubo ningún músico. Como muchos jóvenes, me acerqué a la música cuando era adolescente, en los años 60. Era el boom del rock, es decir, del buen rock, y tenía (tengo) un vecino de casa, Jorge Dager, que hoy es un músico excepcional, y que él daba ya clases de guitarra. Todos querían tocar en guitarra la música de los Beatles y de los combitos de rock en el barrio, por las muchachitas, y así empezamos a aprender. Además era la única guitarra que había en todo el barrio, la que tenía él. Con Jorge aprendí los primeros acordes en la guitarra, después seguí. Cantábamos en un grupito de rock hasta que un día descubrimos a Silvio Rodríguez gracias al  bajista que tocaba en el grupo de rock conmigo. Después hicimos un dúo con Larry Morales: se llamó Paz y Amor. Cuando oímos a Silvio nos dimos la vuelta y no hicimos más rock. Y nos fuimos a las tropas de la Nueva Trova. Así es como empezamos. Hicimos unas cuantas cosas con el Dúo, conocimos a Silvio, a Vicente (Feliú). Te estoy hablando del año 1973.

Ya se había fundado el Movimiento de la Nueva Trova

Sí, el Movimiento de la Nueva Trova como tal empezó en 1972.

Pero ya se venía gestando…

..desde finales de los años 60.

A partir de la trova tradicional comenzaron a buscarse nuevos caminos…

Y el filin, que es una trova pero más orientada hacia la canción romántica, muy influenciada por el jazz. Los músicos que hacían, y aun hacen, filin en Cuba son unos monstruos de la guitarra. Y hay muy buenos compositores que los habrás oído nombrar: (César) Portillo de la Luz, José Antonio Méndez.  Toda esa mezcla (el filin, la trova tradicional, el son tradicional cubano, el rock) dio origen a la Nueva Trova. Por eso es que hoy tú escuchas esas cosas viejas de Silvio, de Vicente, de Noel (Nicola) y te das cuenta que hay una mezcla ahí. O la música de Pablo (Milanés), que es mucho más sonero, más trovador “clásico”, digamos. La gente que fundó la (Nueva) Trova como tal era un puñado de tipos de La Habana, sobre todo, y en el exterior casi ninguno se conoce. Por ejemplo, aquí en Argentina son muy conocidos Silvio y Pablo. Salvo aquellos a quienes consideramos trovadictos ¿quién conoce, por ejemplo, a Eduardo Ramos? Era el bajista de Pablo Milanés y es uno de los fundadores de la Nueva Trova.  Otro de ellos es Martín Rojas, quien fuera guitarrista durante muchos años de Omara Portuondo. Mike Porcel también, él se fue a los Estados Unidos y no ha querido regresar a Cuba. Hay mucha gente cuya obra es una lástima que no se conozca.

Han hecho un aporte fundamental…

Sin esos nombres, quizás desconocidos en otras partes, no sé si la Nueva Trova hubiese llegado a ser lo que es.
 
 
 

¿Y cómo está la Trova hoy? ¿Qué nos puedes decir?

Tengo que decirte la verdad: hace ya muchos años que salí de Cuba. Aunque regreso cada vez que puedo y trato de mantenerme informado. Por ejemplo, cuando yo salí de Cuba empezaba a ser famoso Carlos Varela, Frank Delgado…

Santiago Feliú…
Santiaguito era ya conocido, se había unido (formando un dúo) con Donato Poveda, quien hoy también reside en los Estados Unidos. Y después empezó lo que llamaron la Novísima Trova. Ahí se me empiezan a escapar los nombres de los muchachos, porque es en ese entonces donde primero regresé a mi tierra y luego me fui a Italia. Esos muchachos de hoy, que son muy famosos allá en Cuba, yo casi no los conozco así como tampoco su obra. Kelvis Ochoa viene ahora a tocar con Yusa acá, pero sinceramente no los conozco. He leído algunos comentarios de algunos periodistas cubanos. Y parece que las cosas no andan tan bien. Quizás nosotros seamos un poco esquemáticos en ciertas cosas, porque es lógico que los trovadores de hoy no sean los trovadores de hace 30 años. Es imposible, por ejemplo, que Silvio sea igual a Sindo Garay. O a Piñeiro, qué sé yo. Leí hace poco un artículo de una periodista cubana que me pareció bastante acertado: ¿cómo explicarlo? El comercio nos ha invadido, y probablemente la gente ya no anda pensando tanto en hacer una canción bien  poética como las que hacía Silvio, sino que dice “deja ver si le pongo algo que pegue”, porque ahora hay que vender. Y eso es lo que está conspirando contra este arte. Y es una lástima porque los trovadores de hoy, esos muchachos que hoy tienen 30 y pico, 40 años, son casi todos gente que tiene una gran formación profesional. Son casi todos muy buenos músicos, cosa que no soy yo, por ejemplo. Yo aprendí cuatro acordes con el muchacho del dúo y después tocaba con los muchachos de la esquina de mi casa. De ahí no salí. Y con eso construyo mis canciones. Pero esos jóvenes, casi todos, han ido a Escuelas de Arte. Y tienen una formación profesional tremenda. Y es una lástima que no se preocupen un poco más por las letras, que se han ido quedando en un segundo plano. Yo creo que las últimas letras decentes que oí en un trovador se las escuché a Santiago Feliú. De esa generación para adelante creo que empezó a tambalear un poco.

Santiago Feliú
(foto: Kaloian Santos Cabrera)
 
 
 
¿Qué te parece la repercusión que logran los trovadores, especialmente cubanos, en los países de la región (Argentina, Chile, Uruguay)?
Es una pena que aquellos trovadores de los que hablábamos antes no se hayan conocido, pero aquí tú dices que eres trovador cubano y se te abren algunas puertas. Al menos creo que el público es muy receptivo. Yo siento que por primera vez en mi vida mis canciones tienen un público que las acepta, las asimila y las disfruta. Y ese público es de aquí.
¿Has podido actuar en otros países?
Yo trabajé en otros países, pero no hacía trova. Yo tenía que ganarme el pan, y como vivía en Italia te imaginarás que este repertorio que yo hago,en que la letra tiene un peso, no te podías poner a traducirle las canciones a la gente. Era un poco engorroso todo eso y entonces cantaba en un grupo de salsa. Yo no soy salsero ni nada que se parezca pero los cubanos tenemos una cara muy dura y yo me metí en eso y viajé un poco: estuvimos en Suiza, en Austria; Italia la recorrí casi toda. Como trovador, no. He cantado en Cuba y he cantado aquí. Y espero, si la suerte me acompaña y voy ampliando poco a poco mis horizontes de trabajo, poder ir a otros lugares: a Chile, a Uruguay, a Ecuador, Perú. Hay mucho interés con eso así que espero poder llegar a hacerlo. Esto está empezando ahora: yo tengo el ímpetu de los 15 años. Creo que va a ser interesante. Y he tenido la suerte de encontrarme aquí músicos que se han “arriesgado” a trabajar conmigo y han puesto su talento al servicio de lo que yo hago. Es algo que allá en Cuba nunca pude hacer. Sin embargo, aquí pude hacerlo, grabé un disco con otros compañeros que hoy no están en el grupo por varios motivos, cada cual ha tomado su rumbo. También hay motivos de índole económica, muchas cosas, y como se dice en Cuba “hemos reducido la plantilla” y nos hemos quedado así, en tres. En el grupo la última que entró fue la Paula (Rodríguez), quien prácticamente se incorporó al grupo cuando yo iba a presentar el disco en junio del año pasado. El Maxi (Maglianese) sí fue el primero que se sumó y hemos ido así, creciendo, disminuyendo, y ahora creo que vamos a volver a crecer con un músico más, un pianista cubano que vive aquí cerca.
Maxi Maglianese, Paula Rodríguez y Clodoaldo Parada
 
 
¿Tienes pensado algún proyecto diferente a lo que has venido haciendo o simplemente te gusta hacer trova?
Mira, ni yo mismo me quisiera encasillar en eso de la trova, porque la trova en los 80 tuvo una influencia muy grande del rock (Carlos Varela, Santiago Feliú) y yo casi todo lo que estoy haciendo es son. Yo quiero ir rompiendo un poco ese esquema que se ha creado respecto a lo que hacemos. Me erizo un poco a veces cuando me dicen “hay una fiesta…”, porque la gente quiere que yo vaya a tocar para bailar, y eso me pone mal. Si quieres bailar con mi música, puedes bailarla, pero no es música para bailar. Y quiero romper un poco con eso. En todos estos años no le canté a nadie, seguí escribiendo, y yo creo que tengo un poco de todos los géneros: tengo cosas más rockeras, cosas de blues, tengo baladas, entonces es eso lo que quiero, ir ampliando el repertorio. A él (Maxi) lo quiero hacer trabajar un poco más. Como él es un gran percusionista quizás agregar algún elemento de la batería o redoblante para hacer otras músicas. Pero así como estamos me gusta mucho. Yo les digo: esto suena a Nueva Trova “Old School” (Vieja escuela) con el sonido de la flauta (traversa). Porque todos los grupos en los 70 tenían flauta: el Moncada, Manguaré, Mayohuacán… Y así que, ahí vamos. Y lo que más me ha permitido expresarme es el saber que puedo contar con músicos para ello. Porque un tipo solo con una guitarra debe ser aburrido como el c… Nicolás Guillén tenía un verso que decía: sólo él y la luna. Y yo digo: sólo Silvio y la luna. Está solito ahí con su guitarra. Es dura esa. Tienes que ser demoledor. Y eso lo logra muy poca gente.


Maxi me contaba que tiene un instrumento llamado marímbula, que era en antecesor del contrabajo en los grupos de son tradicional cubano. Es un cajón con unos flejes de metal. Y él me decía: “estaría bueno hacer algo con la marímbula, un son del 800”. Y eso mismo me dio pie de ir construyendo algo que cuando lo termine lo vamos a hacer. Está bueno que los músicos se sumen al trabajo creativo. A Maxi yo siempre le he dicho: “haz lo que tú quieras”, a Paula la he tenido más cortica porque es indisciplinada. (risas). Maxi me ha dicho: dale la canción a Paula y que ella ponga la flauta encima de la forma que a ella le parezca. Y tiene razón. Porque a lo mejor yo veo la cosa de una óptica que no es la correcta. Y sí, quiero ampliar un poco el repertorio, que sea más variado. Quizás hacer un set de sones, guaracha, guaguancó, y hacer otras cosas.
 
Maxi: Ya hemos hecho esa fusión…
Clodo: Cuando éramos más en el grupo había un bajista
Maxi: Igual el cuarteto mismo tenía el set completo con timbales, todo…
Clodo: Sí, también había un pianista. Yo hacía baladas con piano solo y contrabajo. En los agudos aparecía un violonchelo. Es otra cosa. Así que vamos a ver si volvemos a las andadas por ahí.
Muchas gracias.
 
Agradecemos especialmente a Daniela Cescut, de Zita Café.
Calle Crespo 2649, Santa Fe. Tel. 0342 15 467 7211
 

lunes, 17 de marzo de 2014

Clodoaldo Parada: del Caribe al Litoral argentino

 
 

Recital de Clodoaldo Parada y Son del Sur

Zita Café

Gobernador Crespo 2649

Ciudad de Santa Fe

Argentina

Sábado 15 de marzo de 2014

 

Nacido en 1957 en Morón (actual provincia Ciego de Ávila, Cuba), Clodoaldo Parada Cobas ha vivido una relación profunda con la música desde muy joven. En su adolescencia formó el dúo Los Salish junto a Jorge Dager; tiempo después, con su amigo Larry Morales, da vida al Dúo Paz y Amor. En diciembre de 1972 viajan a Manzanillo, en el oriente cubano, para ser partícipes del Primer Encuentro de Jóvenes Trovadores, génesis del Movimiento de la Nueva Trova, junto a artistas que más adelante serán muy conocidos en Cuba y en el exterior: Pablo Milanés, Noel Nicola, Vicente Feliú y Silvio Rodríguez, entre muchos otros.

En los años 80. Clodoaldo participa en el grupo Yawar (“Sangre” en idioma quechua), formado  por un grupo de jóvenes estudiantes interesados en difundir ritmos latinoamericanos. En 1995, Parada sale de Cuba y se radica en Italia, donde reside 16 años. En esa nación europea conoce Ana, quien será su compañera. Con nostalgias de su idioma y de su gente, la pareja se afinca en la ciudad de Santa Fe, donde “Clodo” continúa dando muestras de su innegable talento como cantautor.
 
Clodoaldo Parada
 
 
En esta oportunidad, Parada se presenta junto a Paula Rodríguez (flauta traversa, segunda voz, percusión) y Maxi Maglianese (percusión), recreando los sonidos de Son del Sur, el conjunto que aportó su musicalidad en la realización del CD “Son Corazón”, producción independiente lanzada en 2013. Podemos escuchar diferentes ritmos cubanos en inspirados versos y cuidada melodía, todos ellos en temas de su propia autoría. Donde quiera te voy a encontrar (canción – son) y la tonada campesina Canción de amor para Beatriz develan no sólo el encanto de una muy buena voz, sino también una búsqueda creativa que con buen gusto plasma elementos literarios y sonoros que sitúan a Clodoaldo en un lugar de privilegio entre los autores de esta época.
La experiencia vital se manifiesta de diferentes maneras, como en el bolero Feeling desesperado o en la Máxima del camarón (en el video adjunto). Personalísimo, Clodoaldo canta con carisma y disfruta de su labor a través de la música de su tierra.

Video: Máxima del camarón
© Fogón Latinoamericano y Clodoaldo Parada

Tenemos oportunidad de asistir al estreno en nuestro país de la Versión verdadera sobre la historia de Robin Hood, canción inspirada en un dibujo en stencil en un libro español, descubierto durante una visita a un amigo residente en Madrid. En este único tema Clodoaldo se acompaña solamente con su guitarra. Ritmos cubanos bien definidos aparecen en la inspiración del artista: Guaguancó de Cuba y Son corazón (son montuno: inspirado en el son cubano pero con acentuación en la síncopa).
 

Bongó y jam block son los instrumentos de percusión que le bastan a Maxi Maglianese para acompañar impecablemente cada una de las melodías caribeñas que canta Clodoaldo Parada. Con más de veinte años de trayectoria en diferentes agrupaciones, Maxi constituye uno de los pilares fundamentales del conjunto Son del Sur.

Maxi Maglianese
 
Su antiguo oficio de jardinero de un centro cultural ha inspirado al cantautor caribeño para componer su Retrato:
Soy un gran cuidador de empeños
Cobro por mi servicio un beso
Y no hay quien me haga un cuento
En tener de enemigo al viento.
Por su parte, Son con acto de fe intenta exorcizar los recelos con que se recibe en su patria al cubano emigrado. Paula Rodríguez deleita a los oyentes con hermosas melodías en su flauta traversa que completan el panorama que nos remonta a la mayor de las Antillas.

Paula Rodríguez
 
 
Se acabó lo que se daba es para su autor “más que una remembranza de la infancia”. En tanto, Décima y tumbao recupera décimas escritas en 1978 acerca de la guitarra y la mujer. El excelente recital finaliza con la única composición de otro autor, la célebre guajira Hasta siempre, de Carlos Puebla.

 
 

 
 
Agradecemos especialmente a  Clodoaldo, Maxi y Paula por su gentileza. Del mismo modo un especial reconocimiento a Daniela Cescut, propietaria de Zita Café, por su cálido recibimiento y las facilidades brindadas para realizar esta nota.

Zita Café
Gobernador Crespo 2649
Santa Fe
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