lunes, 29 de agosto de 2011

Trova Cubana: 100 temas en MP3

La compañía discográfica EGREM anuncia en La Habana la aparición de un disco compacto con un centenar de canciones. La antología, que comienza en los años 60 y llega hasta la actualidad, nos invita a recordar los orígenes y el desarrollo de aquel movimiento artístico.


         Antes de conocerse como “Nueva Trova Cubana” ya existía en la isla un amplio espectro de creadores que se nutrían artísticamente de las raíces musicales: sones, trova, timba y también de otras sonoridades más novedosas a principios de la década de 1960: el rock y el filin, género similar al bolero cuyo nombre deriva del vocablo inglés feeling (“sentimiento”). La Revolución de 1959 tendrá un peso importante en la génesis de la Nueva Trova, ya que a través de distintos mecanismos facilita las vías para la creación. Surgen jóvenes cantantes como Pablo Milanés, Noel Nicola y Silvio Rodríguez, que tendrán un protagonismo fundamental en esta nueva etapa.

         Pablo Milanes, nacido en 1943, se destaca entre los creadores más originales de este período. Su canción “Mis veintidós años”, compuesta en 1965, es el fruto del sincretismo entre distintas tendencias musicales presentes en la formación del cantautor originario de Bayamo, y como él mismo lo dijera, de coincidencias estéticas entre compañeros de labor artística como Eduardo Ramos y Martín Rojas, quienes también planteaban las inquietudes por plasmar la canción de esos tiempos. En 1967 comienza a conocerse la obra de Silvio Rodríguez, que demuestra singular cohesión entre letra y música. Entre el 24 de julio y el 8 de agosto de ese año, se realiza el I Encuentro Nacional de la canción Protesta, como se denominaba por ese entonces la creación trovadoresca. Este evento, al que asistieron los cantautores Daniel Viglietti, Raimon y los hermanos Isabel y Ángel Parra, entre muchos otros, permitió tomar conciencia de las similitudes de movimientos renovadores que surgían en muchos países—y especialmente en América Latina y España—además de atraer a un gran número de espectadores.


Pablo Milanés


         Hacia finales de 1969 se crea el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC (Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica). La experiencia del movimiento brasileño Tropicália alentaba a llevar adelante una empresa tan audaz como interesante. El objetivo del ICAIC era reunir a músicos experimentados junto a jóvenes creadores para realizar nuevas composiciones que sirvieran de marco sonoro para las próximas realizaciones cinematográficas del organismo. En una primera etapa se integran Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Noel Nicola junto a Eduardo Ramos, Sergio Vitier y Leonardo Acosta. Tras un año y medio de formación intensiva (musical y técnica), los integrantes del Grupo comenzaron la tarea de musicalizar obras fílmicas y registrar las canciones en discos que tendrán gran éxito popular.

         En diciembre de 1972 se realiza en la ciudad de Manzanillo (provincia oriental de Granma) el I Encuentro de Jóvenes Trovadores, cuyo objetivo es propiciar el intercambio de experiencias de cantautores de toda Cuba. Este encuentro es, a su vez, la génesis del Movimiento “Nueva Trova Cubana”, que rápidamente se proyecta a los países de habla hispana. Por otra parte, la obra que se produce en otras naciones repercute positivamente en el mundo cultural de la isla, y de esa manera visitan Cuba importantes personalidades de la canción como Joan Manuel Serrat, Mercedes Sosa y Víctor Jara, cuyos testimonios quedan felizmente registrados en sendos discos. Isabel Parra y Daniel Viglietti graban junto al Grupo de Experimentación Sonora con resultados notables. A su vez, Silvio, Pablo y Noel visitan Santiago de Chile y se edita un disco con sus primeras canciones en Uruguay y en Argentina.

         Pero la efervescencia política en varios países de América del Sur choca con los intereses estadounidenses en la región y se producen golpes de Estado que impiden ese saludable intercambio cultural. Habrá que esperar varios años para conocer los discos solistas de los creadores citados. En España comienzan a aparecer algunos discos de la Nueva Trova, aunque la censura aun prohíba canciones como “Días y flores” o “Yo pisaré las calles nuevamente”. A pesar de todo esto, el Movimiento de la Nueva Trova se consolida con las nuevas producciones, tanto de los cantautores consagrados como las de quienes comienzan a ser conocidos, como Sara González y Amaury Pérez. En el Chile gobernado por Pinochet, el sello independiente Alerce publica casetes de Silvio y Pablo, a pesar de los grandes riesgos que esto conlleva. No obstante, se evita el repertorio más explícitamente político. En tanto, en la vecina Argentina, se publican de manera semi clandestina algunas cintas de ambos cantautores, hasta que a finales de 1982, con los militares a punto de dejar el poder, comienzan a publicarse los primeros discos de Silvio y Pablo. El clímax de esta época se produce con la realización de multitudinarios conciertos en el Estadio Obras, en Buenos Aires. El álbum doble “Silvio y Pablo en vivo en Argentina” (1984) ingresa al primer puesto de los discos más vendidos, posición en la que se mantendrá por mucho tiempo.

Silvio Rodríguez




         Los años 80 incorporan al Movimiento nuevas voces y sonoridades: Santiago Feliú (hermano menor de Vicente), Liuba María Hevia y Frank Delgado aparecen con menor difusión en esta parte del mundo, pero con un talento que no tiene nada que envidiar a otros creadores. Santiago graba en Argentina con Juan Carlos Baglietto, Fito Páez y otros importantes artistas vernáculos, visitando nuestro país a menudo. En cambio, poco y nada se conoce en Sudamérica de los artistas más noveles, surgidos en los años 90, como Heidi Igualada y Eduardo Sosa.

         Respecto al disco, la EGREM ha tenido una loable iniciativa al publicar estos títulos en formato MP3: de esta forma puede acercar a los jóvenes buena parte de la historia musical de los últimos 40 años. Por otra parte, al venderse en moneda local pone en manos del público un producto cultural asequible, a diferencia de lo que ocurría hace poco más de una década, cuando el novedoso formato CD sólo estaba al alcance de quienes podían pagarlo en moneda extranjera. En cuanto al contenido, podemos destacar algunas de las canciones más recordadas por el público, tanto por su calidad como por su relación con los momentos históricos en que surgieron.

La canción de la trova, de y por Silvio Rodríguez
Masa, poema de César Vallejo musicalizado por Pablo  Milanés
Mis 22 años y Los caminos, de y por Pablo Milanés
Para una imaginaria María del Carmen, compuesta y cantada por Noel Nicola
Créeme, autor e intérprete: Vicente Feliú
Girón: la victoria, de y por Sara González
Acuérdate de abril, creada e interpretada por Amaury Pérez
Para Bárbara y Vida, de y por Santiago Feliú
No olvides que una vez tú fuiste sol, de y por Augusto Blanca
Candil de Nieve, de Raúl Torres, por su autor junto a Pablo Milanés



Más información:







          

martes, 9 de agosto de 2011

Muchacha, cántame así (Parte 3 - Semana A. Sampayo)

Cierre de la Cuarta semana Aníbal Sampayo
Centro Universitario
Montevideo 1028
Paysandú, Uruguay
06 de agosto de 2011

                Con animación de Schubert Flores y Horacio Merlo comenzó la última noche de la Semana Aníbal Sampayo, evocando los 85 años del nacimiento de tan importante artista sanducero. Por estar trabajando en otras ciudades, enviaron saludos y adhesiones al evento los cantautores Daniel Viglietti (desde Santiago de Cuba), Ana Prada (desde Córdoba, Argentina) y Daniel Drexler (desde Montevideo).
                Abrió el ciclo de artistas femeninas Graciela Castro Bagnasco, excelente voz y muy buena interpretación guitarrística para un repertorio tan variado como exquisito. Graciela comenzó interpretando la obra de Sampayo “Verde litoral”, con su hermosa descripción de flora y fauna del paisaje. Tras un cálido y merecido aplauso, el recuerdo de Mario Castro Vergara, designado “Sanducero Ilustre” en 2006, músico y poeta fallecido este año, papá de Graciela. Las obras elegidas, “Por Ansina” y “Meditación”. Del recordado Miguel “Zurdo” Martínez y su padre Polo Martínez, Graciela nos regala su interpretación de “Madrugada del pescador”: “Pescador del Paraná / te acompañaré hasta el alba /para que la soledad / no logre tu llama” dicen sus emotivos versos. Como broche de oro de esta presentación, la obra de una gran creadora en la voz de otra grande: “Honrar la vida”, de Eladia Blázquez, vertida con fuerza y expresividad que conmueven.
Graciela Castro Bagnasco

También de Paysandú, actriz y cantante, Laura González Cabezudo demuestra su histrionismo en la interpretación de las obras de Aníbal Sampayo, tales como "Canción de verano y remo", “Cieguito cantor” y la muy conocida “Peoncito del mandiocal”. Laura declara: “nunca deja de conmoverme la poesía de Sampayo; a sus canciones les descubro cosas nuevas”. Tras interpretar el tema “Mi fortuna”, con muy buena voz, sigue comentando sus impresiones sobre la obra del gran artista: “Aníbal Sampayo representa su época de dureza pero de esperanza. Hoy se vive para sí mismo, paradójicamente conectados. Quiero creer que la solidaridad no pasó de moda”. Por otra parte, caracterizó la velada—con gran afluencia de público—como de “un fogón entre amigos”. Así, con naturalidad y hondo sentimiento, Laura logra transmitir cabalmente el pensamiento del cantautor homenajeado. Pero si no fuera suficiente lo interpretado hasta el momento, la versión que hace Laura de “Patrón” “se lleva las palmas”. Como buena actriz, se pone en el papel de obrero interpelando al patrón, elevando un poco la voz, sin gritar, con mucho énfasis. Tres integrantes del Cuarteto Irapú la acompañan magistralmente. En esta canción sus guitarras recuerdan a las que acompañaban a Alfredo Zitarrosa. Por supuesto que hubo bises para cerrar una magnífica actuación en todo sentido.


 Laura González Cabezudo

Guadalupe Romero, de tan sólo 17 años, llegó desde Canelones para compartir su arte con todos nosotros. Este año ganó el Premio Revelación en el Festival de Durazno, en el que ya había participado con éxito en 2010. Ha sido una grata sorpresa para mucha gente saber que Guadalupe incorpora a su repertorio obras de grandes creadores como Aníbal Sampayo y Osiris Rodríguez Castillo.  Del artista sanducero, Guadalupe nos ofrece maravillosas versiones de Cielo en flor  y El pardo Alejo, mientras que el poeta , investigador y cantautor montevideano nos regala su obra El montaraz. Contando con un muy buen trío de acompañantes, Guadalupe ejerce todo su poder de emocionar en la bellísima canción Melchora Cuenca, otra “joya” del repertorio autoral de Sampayo. Esta canción litoraleña rescata la figura de una de las mujeres olvidadas por la historia “oficial”: nacida en el Paraguay, en 1811 pasa a ser lancera artiguista en la Banda Oriental, sumándose a las luchas independentistas de esta región de América.
Además de ejercer tempranamente el difícil oficio de cantar, Guadalupe se encuentra en la última etapa de sus estudios secundarios, y como si todo esto no fuera poco, se ejercita en la guitarra con el célebre instrumentista Eduardo Larbanois. Todo un ejemplo de humildad y tenacidad en pos del bello arte musical.

Guadalupe Romero

El cierre del ciclo queda a cargo de Sonia Godoy, arpista, hija del artista paraguayo Benicio Godoy. Sonia nos deleita con grandes clásicos compuestos para el instrumento que tan bien interpreta: Llegada, de Félix Pérez Cardozo, la muy célebre Cascada, que consagró a Digno García en todo el mundo, la motiva polca Pájaro campana y finalizando su breve pero intensa actuación, Pájaro choguy. Se destaca el acompañamiento del guitarrista Óscar Pina.

Sonia Godoy


Para finalizar la Semana Aníbal Sampayo, un cierre de lujo: todos los artistas participantes suben al escenario para compartir junto al canto del público el clásico de clásicos de Aníbal Sampayo: Río de los Pájaros, considerado “Himno Nacional no oficial” del Uruguay.
 

 

El autor de estas líneas desea expresar su enorme gratitud a:
Silvia y Schubert Flores, por la difusión del evento en Buenos Aires, así como por su afecto y su fraternidad.
Rosario Caamaño, representante del colectivo “Sampayeros” que ha organizado este maravilloso evento.
Miriam y Eduardo Cora, excelentes anfitriones sanduceros, por su calor humano.


También a Óscar Pina y Chichí Vidiella (músicos), Walter Díaz (antropólogo, docente y productor de los discos de Aníbal Sampayo), Rolando López (cineasta santafesino) y a todo el colectivo humano con quienes pudimos compartir cenas y charlas en un clima cordial y de hermandad.
Hugo J. Rodríguez Vilela
Buenos Aires, agosto de 2011


domingo, 7 de agosto de 2011

Cuarta semana Aníbal Sampayo (Parte 2)

Reseña de las actividades llevadas a cabo el viernes 5 de agosto de 2011 en el Centro Universitario Paysandú (calle Montevideo 1028)

“Clasificación del Cancionero de Aníbal Sampayo, siguiendo los preceptos de la ciencia folclórica”
 Charla del folklorólogo argentino Alfredo Miranda
            Continuando con los eventos que recuerdan el nacimiento de don Aníbal Sampayo, el jueves 5 de agosto de 2011 asistimos a la disertación del especialista en folklore Alfredo Miranda. Este investigador toma como base el Gran manual de folklore de Carlos Vega (año 1964, editorial Honegger, Argentina) y traslada a la obra de Sampayo las clasificaciones que realiza Vega sobre las obras de la música popular argentina. Resulta muy interesante apreciar que la obra de don Aníbal se integra a la mayoría de estas clasificaciones, conformando un espectro muy rico, tal como se reseña a continuación.
                Según cuenta Alfredo Miranda, durante el conflicto por las pasteras en el río Uruguay*, la gente cantaba “Río de los pájaros” sin saber quién era el autor de la obra. Sabiendo que el proceso de folklorización tarda unos cien años en concretarse, llama la atención que la obra de Sampayo atraviesa un proceso acelerado, incorporándose su obra al patrimonio inmaterial del pueblo. En el folklore se considera que las fronteras son regionales. Miranda parte de la base de datos de SADAIC (Sociedad Argentina de Autores y Compositores) para relevar los títulos de las canciones de Sampayo, quien cubre todos los roles de las grandes clasificaciones según la obra citada de Carlos Vega.
Alfredo Miranda


Poesía
            La poesía se clasifica en lírica y narrativa. En este último caso se distinguen, respecto a la obra de Sampayo, dos aspectos: jocoso y novelesco e histórico. A este último aspecto corresponde la milonga Mi picazo parejero
Líricas puras: son pasivas. Tienen preponderancia al paisaje y al amor. Su contenido es bucólico e idílico. Tienden al efecto emocional. Otra característica es que se cumplen en el oyente, esto es, cada uno las interpreta a su manera. Ejemplo de esto es la canción Peine de agua. En tanto, en la Canción de verano y remo se destaca una muy buena utilización de metáforas:
Con un torrente gris de paloma
 y una canción de verano y remo,
con una lluvia de sol y aroma
 se va la tarde, novia del viento.

Dame, isleñita, ese vino agreste
de tu racimo, nácar y miel,
todo el paisaje me huele a verde,
crece en mis venas y arde en tu piel.

En cuanto a líricas puras pasivas, aquí encontramos una preponderancia al testimonio o denuncia. El paisaje majestuoso contrasta con la desigualdad social. El autor utiliza formas afectivas; hay una poesía militante, una ideología. Contenido ético. El pasado se refiere al presente y se proyecta al futuro. Las líricas no terminan en el oyente, lo superan.  Ejemplos de esta clasificación son las conocidas canciones Peoncito del mandiocal y Canción de cuna navideña. Transcribimos unos versos de esta última canción:
Todos tan alegres
llegó Navidad
y en mi rancho pobre
y en mi rancho pobre
tristeza sonó igual
No llores mi niño
ya no llores más
que nadie se acuerda
que nadie se acuerda
que no tienes pan.

Allá en un pesebre
dicen que nació
un niñito rubio
rubio como el sol.

Dicen que es muy pobre
pobre como tú
destino de pobre
destino de pobre
destino de cruz.

Aníbal Sampayo


Otras canciones presentan un lenguaje combativo, guerrero, tal el caso de la milonga Patrón:
Patrón, esa sombra que tirita tras sus reses,
huella y harapos, comiendo a veces;
patrón, por sus intereses,
ahí va su peón.

Patrón, esa sombra que levanta sus galpones,
sudor trenzado con otros peones;
patrón, por sus ambiciones,
ahí va su peón.

Por otra parte, el tema Hasta la victoria traza una relación entre pasado y presente. Al acontecimiento histórico del Sitio de Paysandú y la Guerra del Paraguay lo lleva al presente:

Yo soy Ramón
Aquel, la luz del oprimido
La carne, sangre y piel
Del hombre redimido
Yo soy, el león que va
Cruzando la montaña
Por montes y quebradas
Rugiendo libertad
Yo soy Ramón
Aquel, que vive más allá

Por último, las líricas aplicadas se relacionan con la coreografía y el fundamento rítmico: la poesía y el canto son absorbidos por evoluciones, mímica y destreza (ejemplo: recopilaciones de chotis, chamarritas, etc.). Como muestra sonora, Alfredo Miranda nos ofrece una poco conocida versión de Río de los pájaros por el recordado cantautor mendocino Antonio Tormo, cerrando esta semblanza de Aníbal Sampayo como hombre folklórico.

(*)Ver: http.// es.wikipedia.org/wiki/Conflicto_entre_Argentina_y_Uruguay_por_plantas_de_celulosa


Homenaje a Miguel “Zurdo” Martínez, paranaense, recientemente fallecido, entrañable amigo de  Aníbal Sampayo
 por Schubert Flores.  
Miguel Martínez nació en Paraná, capital de la provincia argentina de Entre Ríos el 12 de febrero de 1940. Ha recibido en su formación musical lecciones de guitarra de distintos maestros, destacando el propio Miguel su técnica de estudio tomada del maestro uruguayo Abel Carlevaro. Como estudioso del folklore regional conoce a Aníbal Sampayo en 1964. De su primer disco, publicado en 1975 se destaca el tema La cañera, compuesta por su entrañable amigo y colega oriental.  Según la semblanza de don Schubert Flores, el “Zurdo” “vivió intensamente el paisaje, el río y el hombre de la zona” (sic). Para la identidad regional, el cancionero es relativamente nuevo.
Miguel "Zurdo" Martínez

El oficio de periodista e investigador le permitió al Sr. Flores entrevistar en varias ocasiones a Miguel, obteniendo testimonios de primera mano, destacándose un video filmado en el Islote Curupí, en el que el “Zurdo” canta “Río de los pájaros  y da una completa lección sobre folklore, flora y fauna del lugar a unos jóvenes que se habían establecido en ese islote. En cuanto a material documental escrito, Flores ha compartido con el público presente interesantes conceptos de Martínez, hombre muy comprometido, humilde y solidario. Como cultor de la instrumentación acústica pensaba: “A la guitarra hay que sacarle ese sonido a madera. Reniego de la guitarra enchufada…”
Con Aníbal Sampayo compartieron la grabación del casete “Sin fronteras”, editado sólo en Paraná, en 1992 . Con el recordado artista sanducero compartieron otras grabaciones informarles, entre las que se destaca el chamamé Kilómetro 11. Como solista, el “Zurdo” Martínez recorrió varios países de América Latina y musicalizó a importantes poetas como Marcelino Román, Leonardo Castillo y Polo Martínez, su padre. Participó en los Festivales Guitarras del Mundo 1999 (Buenos Aires) y Paraná (2000). Miguel falleció el 13 de enero de este año, estando muy enfermo. Deja como legado a las nuevas generaciones una obra tan rica como poco conocida fuera de la región litoraleña, que ojalá comience a reeditarse y difundirse como merecen los grandes artistas populares.