lunes, 26 de agosto de 2013

El grupo Negros de Miércoles presentó su primer CD, “Pisco Sour”


ND Teatro

Paraguay 918

Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Viernes 23 de agosto de 2013
 

Hubert Reyes
 
 


La música afroperuana tiene su origen en las expresiones culturales desarrolladas por diferentes etnias africanas llegadas a Perú en épocas coloniales. A través de un profundo mestizaje, estos pueblos transformaron diferentes ritmos europeos y africanos en músicas y danzas como festejo, ingá, landó y zamacueca, que poseen un lenguaje rítmico muy especial, marcado por las percusiones y diferentes posiciones corporales. Hubert Reyes Mesías, nacido en 1972 en Lima, reside desde hace varios años en Buenos Aires. Músico sesionista, ha acompañado a grandes músicos argentinos, desde Patricia Sosa hasta Pedro Aznar, León Gieco y Fito Páez. El interés de algunos de estos músicos por elementos de la música peruana llevó a Hubert a interesarse en formar una agrupación típica del folklore de su país. De esta manera nace en 1998 Negros de Miércoles. El conjunto cuenta con una importante trayectoria que se corona con su primera grabación, presentada en uno de los teatros más emblemáticos de Buenos Aires y con una gran afluencia de público.

 

Antonio Solís
 

Con gracia y simpatía, los cantantes Antonio Solís y Luis Mina nos invitan a una fiesta a todo ritmo. No Valentín, festejo de José “Pepe” Vázquez y Ritmos negros del Perú, de Nicomedes Santa Cruz son claros ejemplos de la riqueza que ha ido adquiriendo la música afroperuana a lo largo de los años, consolidándose definitivamente en el siglo XX. Cabe destacar la importancia de la labor que ha realizado Santa Cruz (1925-1992) llevando la cultura de su país por diferentes rincones del mundo. Músico, poeta, periodista, su preciosa obra continúa viva en las voces e instrumentos de sus compatriotas, a través de una profusa difusión.

Luis Mina

 

 

 

Otra de las canciones tradicionales es Inga, que ha conocido diferentes versiones en Chile y en Perú. Una de las primeras curiosidades de la noche es la muy buena interpretación de La bikina, un clásico de la música romántica latinoamericana compuesto en 1964 por el autor mexicano Rubén Fuentes.

Julie Freundt es una invitada “de lujo”. Cantautora peruana, Julie tuvo su primer contacto con la guitarra a sus ocho años. Su infancia estuvo “llena de poesía y danza”. La primera actuación importante la brindó en el limeño Hotel Sheraton en 1988. Dos años después aparece su primer CD titulado “Algo de mí”. Con innegable carisma y un talento privilegiado, Julie nos invita a compartir el canto en sus creaciones. Hoja Redonda cuenta la historia de una morena que deja su pueblo para buscar un futuro mejor en Lima.  A esa linda canción trovadoresca le sigue el festejo Saca las manos, que cuenta con la entusiasta participación de toda la platea.

Julie Freundt
 


El siguiente segmento del recital nos permite tomar contacto con otras obras tradicionales: Mamá Juanita, festejo de Pepe Contreras y el landó Si no hubiera negros, de Freddy Lobatón. A los buenos recursos vocales de Luis se agrega la particular pericia rítmica de los niños Bruno y Coquito.

 

 
 
Hubert Reyes dirige con precisión un conjunto que ha trascendido los límites de la música tradicional peruana para incursionar en la interpretación de algunas expresiones caribeñas. Lo que logra aunar a culturas tan diferentes como la cubana, la peruana y la dominicana es, sin duda alguna, el aporte de los afrodescendientes. El muy reconocido músico y actor Juan Palomino se luce como solista vocal en Abrazo latinoamericano (o Canto latinoamericano), de Nicomedes Santa Cruz.

 
Juan Palomino
 

A esta excelente interpretación le sigue El manisero, son – pregón del cubano Moisés Simons, que nos presenta al versátil Vitucho (Víctor Antonio Cruz), todo un personaje, quien a través de canto y baile entusiasma a una audiencia completamente “hechizada” por el arte de Negros de Miércoles, agrupación que nada tiene que envidiar a las orquestas o “combos” tropicales.

 


Vitucho
 

Carlos Andrés Mandros Gallardo recita décimas con recio sentimiento. A la muy rítmica Mandinga le sigue el popularísimo El cuarto de Tula, son montuno de Sergio González Siaba, conocido en las versiones de Compay Segundo y otros grandes artistas cubanos. Francisco Huici ejecuta el saxo y tiene a su cargo los arreglos para instrumentos de viento.

 
 
Carlos Andrés Mandros
 
Francisco Huici
 

En una noche llena de sorpresas, un segmento del programa está dedicado a una de las bebidas más populares. Al recitado El café (N. Santa Cruz) por parte de Juan Palomino se suma el merengue Ojalá que llueva café, popularísima creación de Juan Luis Guerra, luciéndose especialmente Toño Arroyo (teclado) y José Rangel Hume (trombón).

 

José Rangel
 
Toño Arroyo
 

Lautaro Matute, integrante del grupo Chancho a cuerda, destaca su talento tocando la guitarra, mientras que Joaquín Moreno (percusiones) y Martín Morales (bajo) realizan un importante aporte que contribuye a la solidez del conjunto. Finaliza el recital el mambo Mayoral, basado en la zarzuela cubana Amalia Batista, de Agustín Rodríguez y Rodrigo Prats.

 

Lautaro Matute
 
Joaquín Moreno
 
Martín Morales
 
 



 


martes, 20 de agosto de 2013

Cristina Fernández canta a Rosalía de Castro


La recopilación que homenajea a la poeta gallega está nominada al Mejor Álbum de Folklore de los Premios Graffiti 2013.

 
Ayuí A/E 375 CD
Edición uruguaya
 
Rosalía de Castro (1837 -1885) ha sido una figura emblemática del Rexurdimento Galego (Resurgimiento Gallego). Escribir en idioma gallego no resultaba fácil en el siglo XIX. La lengua había sido reducida a mero dialecto por la clase dominante minoritaria, que consideraba al castellano el idioma de la cultura. Si bien Rosalía logró trascender a través de su obra en esta última lengua, sus Cantares gallegos se convirtieron en la primera gran obra de la literatura gallega contemporánea. Tal ha sido la popularidad de sus escritos, en verso y prosa, que no sólo revalorizaron el idioma de Galicia sino que rápidamente trascendieron fronteras, publicándose en diferentes idiomas.
Cristina Fernández Fernández, cantante montevideana de ascendencia gallega, es conocida por el dúo que integra desde 1976 con su compañero Washington Carrasco. Cristina estudió guitarra con Daniel Viglietti y canto con Nelly Pacheco y Mabel Moreno. A partir de 1983 desarrolló, paralelamente a la labor del dúo, una carrera solista plasmada en varios discos donde rinde homenaje a Rosalía de Castro. La feliz idea de rescatar varias de esas canciones, descatalogadas desde hace varios años, se plasma en un disco bellísimo. Tal ha sido la trascendencia de este fonograma que está nominado a Mejor álbum de folklore para los Premios Graffiti 2013.
 El cantautor leonés Amancio Prada ha puesto música a varios de los poemas de Rosalía a mediados de los 70. Tal es el caso de Adiós ríos, adiós fontes, Repoludo gaiteiro y Campanas de Bastabales, vertidas por Cristina con hondo sentimiento, remarcado por un logrado acompañamiento acústico que enmarca su bella voz. Una emotiva composición titulada simplemente A Rosalía de Castro (Ramón Cabanillas / Xoán Pardo) , grabada en 1983 para el disco Falade Galego, es una de las más logradas expresiones de esta edición excepcional.
Cristina Fernández se luce también en el recitado, con impecable dicción, de los poemas Has de cantar, Eu cantar y Xan. Otros surcos contienen las canciones Negra sombra, con música de Juan Montes, Castellanos de Castilla, musicalizada por Washington Carrasco y la intensa A xusticia pola man. La propuesta gráfica está a la altura del contenido musical: hermosas fotografías, datos de los músicos participantes y fechas de grabación completan una cuidada edición.

lunes, 19 de agosto de 2013

Víctor Heredia: la vigencia de un trovador

 
 

VÍCTOR HEREDIA PRESENTA “ALGÚN DÍA”

TEATRO COLONIAL

Avenida Mitre 141

AVELLANEDA (Buenos Aires)

Sábado 17 de agosto de 2013

 
Víctor Heredia comenzó a ser conocido artísticamente a partir de su consagración como Revelación Juvenil en Cosquín, 1967. Muy joven, Víctor se relacionó con importantes personalidades de la cultura argentina como Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui y Armando Tejada Gómez. Su canción El viejo Matías, que da título a su tercer disco, de 1970, es la que le brindará la mayor popularidad. Sin embargo, parece alcanzar su madurez interpretativa en su siguiente disco, De dónde soy, publicado un año después. El recordado crítico Miguel Ángel Merellano así lo afirmaba: “…esta evolución no es gratuita ni caprichosa, sino el resultado de su dedicación al trabajo, de su maduración como ser humano, lógica en un hombre que no se preocupa solamente de él mismo sino que, observando la realidad circundante, la capitaliza para beneficio de sus pares”. (1) Es precisamente ésta una de las claves para la vigencia de la obra de Heredia a más de cuarenta años de sus inicios artísticos.
 
Esta noche asistimos a la segunda presentación en Buenos Aires del nuevo disco Algún día, tras el exitoso concierto de abril en el Teatro Ópera. Con cuidada producción, sobrevuela en esta obra el tema de la melancolía. Quizás por esta razón las nuevas canciones se alternan con obras muy conocidas por el público. El recital comienza con Los ojos del Che, inspirada en los ideales de los años 60 y 70 que parecen comenzar a cristalizarse en América Latina de manera diferente a la soñada en aquella época. Cenizas de ayer, con aires tangueros, es una poética muestra de honda nostalgia muy al estilo de Heredia, ayudada por grandes arreglos de Panchi Quesada. Novicia, grabada en 2001 junto al gran Chico Buarque, es una de las creaciones de Víctor que denotan su preocupación por los males actuales: en este caso la prostitución infantil. Esta noche está dedicada a su amiga y colega Mercedes Sosa, con quien la grabara para su último álbum, Cantora.
De los vibrantes y esperanzadores años 80 llega Ahora, imagínalo, coreada por toda la audiencia:
Cómo será nuestro futuro,
 me he preguntado una vez más
 mirando el turbio desayuno
 que siempre tomo al despertar.
 
 E imaginé que será hermoso
 como un niño al caminar,
 como una flor que despereza
 su color en libertad.
 
Ahora vuelve a sumir a Víctor en la melancolía, con tiernos acordes de guitarra en una peculiar canción de amor. Tal como sucediera con las canciones anteriores, se alternan temas nuevos con viejos éxitos, como integrando dos caras de una misma moneda, quizás intentando exorcizar la pena de los tiempos actuales. Por ello llega Nada sé de la muerte (1983):
 
Nada sé de la muerte,
 me interesa la vida,
 aunque a veces me roce
 con su mano tendida
 la parábola extraña
 de una hoja caída.
 
A toda batería comienza Vuela conmigo, una de las nuevas canciones que parece reflejar una mirada más optimista: El anhelo nunca es viejo / cuando corre hacia el mañana (…) Cabe afirmar que el sonido de sala no ha sido el mejor, sobre todo en la primera parte del espectáculo, ya que a pesar de la poderosa voz de Víctor era difícil seguir la letra de algunas canciones.
Ricky Zielinski
 
 
La veleta de Armando, dedicada al citado poeta Tejada Gómez, es un lindo homenaje al pensamiento político del vate. Víctor aprovecha un intermedio instrumental para presentar a los músicos. Lo acompañan viejos compañeros de ruta: Raúl “Babú” Cerviño (dirección musical, piano y teclados), Ricky Zielinski (bajo), Panchi Quesada (guitarras, arreglos) y Gustavo López (batería).
Babú Cerviño
 
 
Una de las primeras sorpresas de la noche es la presentación de Daniela Heredia, inmortalizada en la popular canción Dulce Daniela (1983). En esta ocasión brindará dos canciones. La primera, a dúo con su papá, es la hermosa Bailando con tu sombra (Alelí), cantada con profundo sentimiento y cuidados recursos vocales. La segunda es una obra de la propia Daniela, titulada Mil otoños, en la que sólo el acompañamiento de una guitarra enmarca su linda voz.
 
 
 
Daniela Heredia
 
Daniela y Víctor Heredia
 
Un aire de zamba titulado Parte del cielo “debiera haber estado en el nuevo CD” según nos cuenta Víctor. Gabino Fernández, el nuevo integrante de su banda (saxo, guitarra, teclados y voz) lo acompaña en teclados y canto, mientras bailan los hermanos Koki y Pajarín Saavedra junto a una talentosa dama presentada como Marta.
 
Para interpretar la siguiente canción, la aclamada Razón de vivir, Heredia convoca a Luciana Jury, cantante bonaerense nacida en los 70, quien con histriónicos recursos y una voz quebrada que evoca las particularidades del cante flamenco, brinda una personalísima versión junto a Víctor. Posteriormente, acompañándose con guitarra, Luciana nos brinda una obra de Gabo Ferro titulada Tu amor es como el hambre. El desgarro del canto no deja de recordar a la famosa Chavela Vargas, en una interpretación intensa, profunda.
Luciana Jury
 
Un segmento dedicado a los grandes éxitos de Víctor comienza con Aquellos soldaditos de plomo, perteneciente al disco del mismo nombre. Con esta obra, Víctor transitó una época de nuevas esperanzas y realizaciones, compartiendo escenario con grandes artistas. Tras la emotiva interpretación, el público canta entusiasmado Ojos de cielo, luciéndose Gabino Fernández en el acompañamiento con saxo. Por su parte, el poema de  Atahualpa Yupanqui El adiós, creado en 1962, alcanzó su condición de canción gracias al talento de Víctor. Forma parte del CD “Yo tengo tantos hermanos”, creación colectiva para la cual grandes personalidades pusieron música a poemas hasta entonces inéditos del recordado compositor.  Sin pausa entre temas, comienza una hermosa recreación del tema Bebe en mi cántaro, creado en 1975 con la colaboración de Gustavo Beytelmann.  Los arreglos originales para orquesta son recreados fielmente por el grupo, para permitir una potente interpretación junto a Víctor.
 
 
 
 
La fiesta terminó, tema introspectivo que se había barajado como posible título del disco es definido por Víctor como “una bella canción de amor”. Algún día… también nos brinda reflexiones que intentan dejar atrás los tiempos difíciles en busca de nuevas esperanzas. A pedido del numeroso público presente, Heredia brinda una selección de sus temas más populares: la bellísima Veinte mil años patria, perteneciente a la cantata Taki Ongoy (1986), Informe de la situación, compuesta e interpretada casi clandestinamente en los años duros de dictadura y Sobreviviendo, esta última con algunos cambios en su letra:
Tengo cierta memoria que me lastima,
 y no puedo olvidarme lo de Malvinas.
…………………………………………………………..
Tengo la carne joven, roja la sangre,
 la dentadura buena y un sueño urgente.
 Quiero la vida de mi simiente.
 
Víctor y su grupo
 
Como brillante cierre, con el público enfervorizado, el canto compartido se plasma en Todavía cantamos, el “himno” de una generación que se levantó esperanzada a construir la concreción de nuevos sueños.
 
 
Nota:
(1)     Lámina interna del CD “De dónde soy” (Microfón C-11125) Publicado en 1992
 
Producción general: Adrián Serantoni
Enlaces: