domingo, 23 de marzo de 2014

Entrevista a Clodoaldo Parada, músico de la Nueva Trova Cubana


Nacido en Morón, Ciego de Ávila, Clodoaldo ha participado en la gestación del Movimiento de la Nueva Trova cubana. Actualmente reside en Santa Fe, Argentina, donde su carrera artística cobra un nuevo impulso. Lo entrevistamos en la víspera de su espectáculo en un café céntrico de esa ciudad.



¿Cómo nace tu afición por la música?

Mira, en mi familia no hay ningún músico. Decía mi abuela que su papá—mi bisabuelo sería—tocaba el tres, una guitarra con tres pares de cuerdas que se usa para tocar el son tradicional. Pero aparte de él,en mi familia no hubo ningún músico. Como muchos jóvenes, me acerqué a la música cuando era adolescente, en los años 60. Era el boom del rock, es decir, del buen rock, y tenía (tengo) un vecino de casa, Jorge Dager, que hoy es un músico excepcional, y que él daba ya clases de guitarra. Todos querían tocar en guitarra la música de los Beatles y de los combitos de rock en el barrio, por las muchachitas, y así empezamos a aprender. Además era la única guitarra que había en todo el barrio, la que tenía él. Con Jorge aprendí los primeros acordes en la guitarra, después seguí. Cantábamos en un grupito de rock hasta que un día descubrimos a Silvio Rodríguez gracias al  bajista que tocaba en el grupo de rock conmigo. Después hicimos un dúo con Larry Morales: se llamó Paz y Amor. Cuando oímos a Silvio nos dimos la vuelta y no hicimos más rock. Y nos fuimos a las tropas de la Nueva Trova. Así es como empezamos. Hicimos unas cuantas cosas con el Dúo, conocimos a Silvio, a Vicente (Feliú). Te estoy hablando del año 1973.

Ya se había fundado el Movimiento de la Nueva Trova

Sí, el Movimiento de la Nueva Trova como tal empezó en 1972.

Pero ya se venía gestando…

..desde finales de los años 60.

A partir de la trova tradicional comenzaron a buscarse nuevos caminos…

Y el filin, que es una trova pero más orientada hacia la canción romántica, muy influenciada por el jazz. Los músicos que hacían, y aun hacen, filin en Cuba son unos monstruos de la guitarra. Y hay muy buenos compositores que los habrás oído nombrar: (César) Portillo de la Luz, José Antonio Méndez.  Toda esa mezcla (el filin, la trova tradicional, el son tradicional cubano, el rock) dio origen a la Nueva Trova. Por eso es que hoy tú escuchas esas cosas viejas de Silvio, de Vicente, de Noel (Nicola) y te das cuenta que hay una mezcla ahí. O la música de Pablo (Milanés), que es mucho más sonero, más trovador “clásico”, digamos. La gente que fundó la (Nueva) Trova como tal era un puñado de tipos de La Habana, sobre todo, y en el exterior casi ninguno se conoce. Por ejemplo, aquí en Argentina son muy conocidos Silvio y Pablo. Salvo aquellos a quienes consideramos trovadictos ¿quién conoce, por ejemplo, a Eduardo Ramos? Era el bajista de Pablo Milanés y es uno de los fundadores de la Nueva Trova.  Otro de ellos es Martín Rojas, quien fuera guitarrista durante muchos años de Omara Portuondo. Mike Porcel también, él se fue a los Estados Unidos y no ha querido regresar a Cuba. Hay mucha gente cuya obra es una lástima que no se conozca.

Han hecho un aporte fundamental…

Sin esos nombres, quizás desconocidos en otras partes, no sé si la Nueva Trova hubiese llegado a ser lo que es.
 
 
 

¿Y cómo está la Trova hoy? ¿Qué nos puedes decir?

Tengo que decirte la verdad: hace ya muchos años que salí de Cuba. Aunque regreso cada vez que puedo y trato de mantenerme informado. Por ejemplo, cuando yo salí de Cuba empezaba a ser famoso Carlos Varela, Frank Delgado…

Santiago Feliú…
Santiaguito era ya conocido, se había unido (formando un dúo) con Donato Poveda, quien hoy también reside en los Estados Unidos. Y después empezó lo que llamaron la Novísima Trova. Ahí se me empiezan a escapar los nombres de los muchachos, porque es en ese entonces donde primero regresé a mi tierra y luego me fui a Italia. Esos muchachos de hoy, que son muy famosos allá en Cuba, yo casi no los conozco así como tampoco su obra. Kelvis Ochoa viene ahora a tocar con Yusa acá, pero sinceramente no los conozco. He leído algunos comentarios de algunos periodistas cubanos. Y parece que las cosas no andan tan bien. Quizás nosotros seamos un poco esquemáticos en ciertas cosas, porque es lógico que los trovadores de hoy no sean los trovadores de hace 30 años. Es imposible, por ejemplo, que Silvio sea igual a Sindo Garay. O a Piñeiro, qué sé yo. Leí hace poco un artículo de una periodista cubana que me pareció bastante acertado: ¿cómo explicarlo? El comercio nos ha invadido, y probablemente la gente ya no anda pensando tanto en hacer una canción bien  poética como las que hacía Silvio, sino que dice “deja ver si le pongo algo que pegue”, porque ahora hay que vender. Y eso es lo que está conspirando contra este arte. Y es una lástima porque los trovadores de hoy, esos muchachos que hoy tienen 30 y pico, 40 años, son casi todos gente que tiene una gran formación profesional. Son casi todos muy buenos músicos, cosa que no soy yo, por ejemplo. Yo aprendí cuatro acordes con el muchacho del dúo y después tocaba con los muchachos de la esquina de mi casa. De ahí no salí. Y con eso construyo mis canciones. Pero esos jóvenes, casi todos, han ido a Escuelas de Arte. Y tienen una formación profesional tremenda. Y es una lástima que no se preocupen un poco más por las letras, que se han ido quedando en un segundo plano. Yo creo que las últimas letras decentes que oí en un trovador se las escuché a Santiago Feliú. De esa generación para adelante creo que empezó a tambalear un poco.

Santiago Feliú
(foto: Kaloian Santos Cabrera)
 
 
 
¿Qué te parece la repercusión que logran los trovadores, especialmente cubanos, en los países de la región (Argentina, Chile, Uruguay)?
Es una pena que aquellos trovadores de los que hablábamos antes no se hayan conocido, pero aquí tú dices que eres trovador cubano y se te abren algunas puertas. Al menos creo que el público es muy receptivo. Yo siento que por primera vez en mi vida mis canciones tienen un público que las acepta, las asimila y las disfruta. Y ese público es de aquí.
¿Has podido actuar en otros países?
Yo trabajé en otros países, pero no hacía trova. Yo tenía que ganarme el pan, y como vivía en Italia te imaginarás que este repertorio que yo hago,en que la letra tiene un peso, no te podías poner a traducirle las canciones a la gente. Era un poco engorroso todo eso y entonces cantaba en un grupo de salsa. Yo no soy salsero ni nada que se parezca pero los cubanos tenemos una cara muy dura y yo me metí en eso y viajé un poco: estuvimos en Suiza, en Austria; Italia la recorrí casi toda. Como trovador, no. He cantado en Cuba y he cantado aquí. Y espero, si la suerte me acompaña y voy ampliando poco a poco mis horizontes de trabajo, poder ir a otros lugares: a Chile, a Uruguay, a Ecuador, Perú. Hay mucho interés con eso así que espero poder llegar a hacerlo. Esto está empezando ahora: yo tengo el ímpetu de los 15 años. Creo que va a ser interesante. Y he tenido la suerte de encontrarme aquí músicos que se han “arriesgado” a trabajar conmigo y han puesto su talento al servicio de lo que yo hago. Es algo que allá en Cuba nunca pude hacer. Sin embargo, aquí pude hacerlo, grabé un disco con otros compañeros que hoy no están en el grupo por varios motivos, cada cual ha tomado su rumbo. También hay motivos de índole económica, muchas cosas, y como se dice en Cuba “hemos reducido la plantilla” y nos hemos quedado así, en tres. En el grupo la última que entró fue la Paula (Rodríguez), quien prácticamente se incorporó al grupo cuando yo iba a presentar el disco en junio del año pasado. El Maxi (Maglianese) sí fue el primero que se sumó y hemos ido así, creciendo, disminuyendo, y ahora creo que vamos a volver a crecer con un músico más, un pianista cubano que vive aquí cerca.
Maxi Maglianese, Paula Rodríguez y Clodoaldo Parada
 
 
¿Tienes pensado algún proyecto diferente a lo que has venido haciendo o simplemente te gusta hacer trova?
Mira, ni yo mismo me quisiera encasillar en eso de la trova, porque la trova en los 80 tuvo una influencia muy grande del rock (Carlos Varela, Santiago Feliú) y yo casi todo lo que estoy haciendo es son. Yo quiero ir rompiendo un poco ese esquema que se ha creado respecto a lo que hacemos. Me erizo un poco a veces cuando me dicen “hay una fiesta…”, porque la gente quiere que yo vaya a tocar para bailar, y eso me pone mal. Si quieres bailar con mi música, puedes bailarla, pero no es música para bailar. Y quiero romper un poco con eso. En todos estos años no le canté a nadie, seguí escribiendo, y yo creo que tengo un poco de todos los géneros: tengo cosas más rockeras, cosas de blues, tengo baladas, entonces es eso lo que quiero, ir ampliando el repertorio. A él (Maxi) lo quiero hacer trabajar un poco más. Como él es un gran percusionista quizás agregar algún elemento de la batería o redoblante para hacer otras músicas. Pero así como estamos me gusta mucho. Yo les digo: esto suena a Nueva Trova “Old School” (Vieja escuela) con el sonido de la flauta (traversa). Porque todos los grupos en los 70 tenían flauta: el Moncada, Manguaré, Mayohuacán… Y así que, ahí vamos. Y lo que más me ha permitido expresarme es el saber que puedo contar con músicos para ello. Porque un tipo solo con una guitarra debe ser aburrido como el c… Nicolás Guillén tenía un verso que decía: sólo él y la luna. Y yo digo: sólo Silvio y la luna. Está solito ahí con su guitarra. Es dura esa. Tienes que ser demoledor. Y eso lo logra muy poca gente.


Maxi me contaba que tiene un instrumento llamado marímbula, que era en antecesor del contrabajo en los grupos de son tradicional cubano. Es un cajón con unos flejes de metal. Y él me decía: “estaría bueno hacer algo con la marímbula, un son del 800”. Y eso mismo me dio pie de ir construyendo algo que cuando lo termine lo vamos a hacer. Está bueno que los músicos se sumen al trabajo creativo. A Maxi yo siempre le he dicho: “haz lo que tú quieras”, a Paula la he tenido más cortica porque es indisciplinada. (risas). Maxi me ha dicho: dale la canción a Paula y que ella ponga la flauta encima de la forma que a ella le parezca. Y tiene razón. Porque a lo mejor yo veo la cosa de una óptica que no es la correcta. Y sí, quiero ampliar un poco el repertorio, que sea más variado. Quizás hacer un set de sones, guaracha, guaguancó, y hacer otras cosas.
 
Maxi: Ya hemos hecho esa fusión…
Clodo: Cuando éramos más en el grupo había un bajista
Maxi: Igual el cuarteto mismo tenía el set completo con timbales, todo…
Clodo: Sí, también había un pianista. Yo hacía baladas con piano solo y contrabajo. En los agudos aparecía un violonchelo. Es otra cosa. Así que vamos a ver si volvemos a las andadas por ahí.
Muchas gracias.
 
Agradecemos especialmente a Daniela Cescut, de Zita Café.
Calle Crespo 2649, Santa Fe. Tel. 0342 15 467 7211
 

1 comentario:

  1. Aparte de ser buenos músicos buena gente,hermosa nota gracias a la producción.Un abrazo Clodo y a su gente.

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