Adrián
Goizueta y Luis Enrique Mejía Godoy se conocieron en los años 70 en la capital
costarricense, San José. Coincidencias estéticas e ideológicas los unieron
desde entonces compartiendo escenarios y vivencias artísticas. Su primera
presentación conjunta en este país nos permite apreciar en vivo las canciones
de su flamante CD “viva VIDA”
“Latinoamérica
en Concierto”
Adrián
Goizueta y Luis Enrique Mejía Godoy
ND Teatro
Paraguay 918
Ciudad
Autónoma de Buenos Aires
Argentina
Jueves 25 de
agosto de 2016
Sabemos
que la trova se desarrolló en Francia en la Edad Media (entre fines del siglo
XI y fines del siglo XIII). Con diferentes motivos, este arte poético musical
trascendió en el tiempo y adquirió características propias en el Nuevo Mundo.
Repentistas o payadores cantaban en décimas improvisando su letra,
especialmente en las regiones rurales. Ya en el siglo XX, con el advenimiento
de la fonografía y otros medios de comunicación, la industria del entretenimiento se orientó a
lanzar canciones que no siempre cumplían con estándares de calidad aun llegando
a adquirir gran popularidad. Frente a la banalidad de estas expresiones, la
trova resurge en América Latina y en otras partes del mundo con diferentes
motivaciones o contextos políticos, aunque con la necesidad de ofrecer al
público canciones de mayor calidad. Así, en febrero de 1963 surge en Mendoza el
Manifiesto del Nuevo Cancionero
Argentino con claras premisas: “…Aspira a
renovar, en forma y contenido, nuestra música, para adecuarla al ser y el
sentir del país de hoy. (…) Alentará
la necesidad de crear permanentemente formas y procedimientos interpretativos,
así como obras de genuina identidad con
el país de hoy, que enriquezcan la sensibilidad y la cultura de nuestro pueblo.”
El
Primer Encuentro de la Canción Protesta,
realizado en La Habana entre el 27 de julio y el 8 de agosto de 1967, reunió a
más de 50 cantores de todos los continentes, realizando un aporte fundamental
al arte de la trova contemporánea. Las sucesivas dictaduras militares en
América del Sur costaron miles de vidas y llevaron a muchos trovadores a un
obligado exilio. Pasaron muchos años hasta el reencuentro de los artistas con
su público original.
Es
precisamente en el exilio que Adrián
Goizueta, nacido en Buenos Aires en 1951, conoce a Luis Enrique Mejía Godoy. El cantautor nicaragüense, nacido en
Somoto, Madriz, ya había grabado en Costa Rica en calidad de solista. Sus
discos “Hilachas de sol” (1970) y “Este es mi pueblo” (1972) contienen una profunda identidad poética y musical. Tras
el triunfo de la Revolución Sandinista, Mejía Godoy regresa a su patria y se
incorpora al Ministerio de Cultura junto al poeta Ernesto Cardenal. En 1980,
junto a su hermano Carlos, funda el sello ENIGRAC (Empresa Nicaragüense de
Grabaciones Culturales), que produce más de cien discos de música popular. En
1983, con el apoyo de varias instituciones europeas, los Mejía Godoy producen
el Concierto por la Paz en Centroamérica (“Abril en Managua”) con
la participación de artistas de buena parte del continente: Mercedes Sosa,
Chico Buarque, Daniel Viglietti, Alí Primera y Silvio Rodríguez, entre otros.
El concierto se registra en película y en disco; este último se publica en
varios países (en Argentina lo edita el sello Interdisc) y es el antecedente
más cercano de Goizueta y Mejía Godoy para muchos sudamericanos, ya que ambos
también grabaron su participación en ese disco.
Adrián
Goizueta
Adrián
Goizueta visitó la Argentina para presentar sus discos “Dúos del alma” (grabado
en 2005 y reeditado en 2011) y “Soy (de
San Telmo a San José)” (2012), mientras que Mejía Godoy se presentó en el
Centro Cultural de la Cooperación en 2010 con motivo de la edición de su CD “Tengo América en mi voz”. Luis también
participó en mayo de 2015 de la versión porteña del festival “Canto de Todos” junto a otros
trovadores latinoamericanos. La primera
presentación conjunta en Argentina nos permitirá disfrutar en vivo de las
canciones registradas en el CD “viva
VIDA”, grabado en vivo en Costa Rica
y editado localmente por B&M Registros de Cultura.
Luis E.
Mejía Godoy
El
concierto, a sala llena, comienza con una bella musicalización del poema Epigrama,
compuesto por Ernesto Cardenal a sus 20 años. Le sigue un enganchado de dos obras de distinto
origen pero aunadas por su similitud rítmica: Palomita guasiruca (del
folklore nicaragüense) y la muy célebre chacarera Añoranzas (Julio
Argentino Jerez), en la cual Adrián asume la voz principal. Otra composición
tradicional, esta vez de Costa Rica, es la canción Caña dulce, de José
Joaquín Salas Pérez y José Daniel Zúñiga Zeledón, compuesta en 1926. La versión
puede apreciarse, más allá de alguna imperfección técnica del registro, en este
video.
Video: Caña
dulce
Adrián
(canto, bajo, guitarra lead) y Luis (canto y guitarra) están respaldados por un
sólido grupo instrumental integrado por Facundo Guevara (percusiones), Pato Epíscopo (bajo eléctrico), Nicolás Guerschberg (piano y teclados)
y Santiago Lemos (batería). Luis
Mejía Godoy nos habla del máximo referente de la poesía nicaragüense: Rubén Darío
(Félix Rubén García Sarmiento, 1867 – 1916), adscripto al movimiento del Modernismo hispánico. Su poema Lo
fatal ha sido musicalizado por Mejía Godoy con arreglos de Adrián. Bien
podría haber sido un tango, pero este
profundo dolor que en él se expresa es atemperado por la música bien diferente.
Esta obra forma parte del disco “Palabras con flores” (Luis E. Mejía Godoy
canta a los poetas de Nicaragua) (Lemego Discos, 2015). Otra temática es la que
aparece en Tangrone, firmado por ambos trovadores y cantado a dúo en
vibrante versión. Como su nombre lo indica, asume la negritud del tango en sus
orígenes y su devenir.
La
canción de temática política estará presente en algunos momentos del recital,
alternándose con las canciones más recientes. La primera de ellas es A
Sandino (Eran 30 con él) (Gregorio Selser – Luis E. Mejía Godoy). Luis
adquiere carácter solista para interpretar esta emocionante composición, grabada
en 1979 en el disco “Amando en tiempos de guerra”:
quería tanto
a su pueblo no quería ser presidente,
aprendió de
la montaña y de su reino animal
que hay que
matar la serpiente y su veneno mortal.
Y se fue, y
se fue, eran treinta con él,
y se fue, y se
fue, eran treinta con él.
……………………………………………………………………………….
La
canción se engancha con un fragmento
de la canción mexicana Adelita, que el intérprete dedica “a
Ayotzinapa”, es decir, al pedido de aparición con vida de los estudiantes
desaparecidos en esa ciudad de la nación azteca.
Nicolás
Guerschberg
¿Qué tiene
la música? y Sólo el amor, ambas canciones de Mejía Godoy, apuntan hacia lo
más profundo de los sentimientos en inspirados versos y melodías. Adrián y los
músicos regresan al escenario para compartir con Luis una parte muy especial
del concierto. La primera de las obras, compuesta por Carlos Mejía Godoy es El
Cristo de Palacagüina, de gran popularidad en Latinoamérica. Le sigue
un popurrí de canciones aunadas bajo
el título Nicargenticos, cantadas a dúo y sin los músicos acompañantes: Nicaragua, Nicaragüita (Carlos Mejía
Godoy), Los ejes de mi carreta (Romildo Risso y Atahualpa Yupanqui), La
Guaria Morada (Roberto Gutiérrez y Carlos López) y el tango Volver
(Alfredo Lepera y Carlos Gardel). Los fragmentos de cada una de estas
obras sintetizan el ineludible origen de ambos músicos y la importante
influencia en sus composiciones.
El
próximo es un segmento de tres canciones interpretadas por Adrián Goizueta
junto al grupo musical: la primera de ellas es ¿Sabes qué? (A. Goizueta), una
bellísima canción de amor. Le sigue Mariposa de lujo (Humberto
Constantini y A. Goizueta), con aires de tango. Apareció en el CD “Dúos del Alma”, compartiendo la
interpretación con Marcelo Boccanera. La
“onda caribeña” que brindan las notas del teclado permanece en la canción ¿Y
cómo no? (A. Goizueta), que comienza con aires del ritmo calipso. Un
largo interludio instrumental rememora sones cubanos. Vuelve Luis al escenario
y expresa: “¡Qué maravisha, como
dicen acá!”
Si llego a
morir (No me llores, amor) tiene texto de un poeta desaparecido
identificado como A. Costa y fue musicalizado por Adrián. La primera grabación
apareció en el disco “Desde la Cárcel”
(Canciones de detenidos y desaparecidos argentinos 1976/80) de Adrián Goizueta
y el Grupo Experimental.
si llego a
morir amor
de muerte suave y tranquila
antes que la
tristeza sea terminante prohibida
por decreto oficial....
si todavía hay compañeros perseguidos
por hacer de la alegría su bandera,
si no hay puños en alto
si no hay flores y risas
no me llores amor....
Santiago
Lemos
VivaVIDA, “canción a
cuatro manos”, es decir, firmada por ambos músicos, es un manifiesto de la vida
del artista comprometido con su realidad.
Le siguen dos intensas canciones: Compañera (Nos hicimos el uno al otro) (Luis
Rodolfo Salinas y A. Goizueta), que también formó parte del disco “Desde la
cárcel” y Pobre la María (L. E. Mejía Godoy)
Video: Compañera / Pobre la María
Como
único bis, el dúo nos ofrece una antigua canción de Luis Enrique (1975)
titulada Congolí Shangó, inspirada en un libro de cuentos de Ángel
Pacheco. A pesar de los estruendosos aplausos y el pedido del público de “una
más”, los músicos no volvieron a escena. Habrá que esperar una próxima
presentación en estas tierras.
Agradecimientos
especiales a
Javier
Chalup
(B&M Registros de Cultura)
Silvia Majul
Prensa y
producción
www.silviamajul.com
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