El compositor e intérprete entrerriano Javier
Colli, residente desde pequeño en Santa Fe, ha publicado su tercer material discográfico,
recreando y renovando las músicas del noreste argentino.
Javier Colli
“Sonido Litoral”
SFR
ECD 10.218
Santa Fe,
Argentina
Referenciado como una manifestación cultural
que incluye la música y danza propia de la provincia de Corrientes, el chamamé es un ritmo que ha trascendido
fronteras y se cultiva desde hace muchos años en una amplia región geográfica
que comprende, además de esa provincia, importantes zonas de Argentina (Santa
Fe, Chaco, Misiones, Formosa, Entre Ríos), Brasil (Rio Grande do Sul), Uruguay
(departamento de Paysandú y algunas regiones aledañas), Bolivia (oriente) y Paraguay. Si bien hay ciertas
variaciones en el estilo de interpretar esta música el acordeón es el principal instrumento de este y otros ritmos
similares como la polca y la chamarrita.
Javier Colli
recorrió
Argentina con los conjuntos “Alma chamamecera”, formado en 1988, y “La Tríada”,
creado un año después. Ha participado de
los festivales más importantes dedicados a la música litoraleña, compartiendo
escenario con Raúl Barboza, el Chango Spasiuk, Carlos Pino y otros referentes
de este arte. Javier comenzó a aprender
música de manera autodidacta a los 12 años, recibiendo la influencia de Los de
Imaguaré, Rudi y Nini Flores y otros cultores del chamamé que habían renovado
la manera de abordar y recrear esta música. La participación en diferentes
encuentros nacionales le ha permitido al artista un saludable intercambio y
aprendizaje que hoy puede escucharse en cada una de sus interpretaciones.
La polca Sonido Litoral, compuesta por
Javier, es un buen ejemplo de estas afirmaciones. Secundado por Yunez Paiduj y Osvaldo Lucero
en guitarras, Colli “pinta” un maravilloso paisaje musical en su acordeón, lo
que nos permite adentrarnos en la riqueza cultural de esta región. En este
primer tema suma una tercera guitarra el artista invitado Tolato Trzuskot. Los sonidos más novedosos se mixturan con clásicos
del género como Los inundados (Isaac Aizenberg y Ariel Ramírez, 1962)—con
percusiones de Gonzalo Díaz-- y Granja
San Antonio (Tarragó Ros y Ángel Guardia, 1950), tema en que se luce
como invitada la pianista Silvia
Teijeira. La conjunción instrumental resalta la belleza inherente a esta
pieza musical, logrando una interpretación emotiva y refinada.
Tiemponiño y Suspiros
del alma, chamamés de J. Colli y Mario Prieto Linares (quien canta en
el primero de ellos) brindan otra faceta de esta hermosa música a través de una
interesante elaboración melódica y lírica. El rasguido doble Iguaquarí
(Raúl Barboza) es otra acertada inclusión en el disco. Osvaldo Lucero
toca bajo y guitarra, complementando magníficamente al acordeón de Javier.
El estilo más tradicional del chamamé está
dado en dos composiciones de Paquito Aranda: La parcería, con la
participación de Beto Colli en
acordeón, y Estancia La Nora. En el caso de Sauce de Luna (Carlos y
Javier Colli) aparece nuevamente el canto, protagonizado por Carlos Colli y el conjunto Entre Ríos 5, de importante trayectoria
artística.
Dos orillas, tema del
propio Javier Colli, retrata en sus sensibles notas el verde paisaje
litoraleño. Otro protagonista de ese paisaje es el ceibo, flor nacional de
Argentina y Uruguay: está presente en el disco a través del chamamé El
ceibalito, cantado apasionadamente por Santiago “Bocha” Sheridan y Mario
Prieto Linares.
Don Arístides (polca de
Bartolomé Palermo y Roberto Galarza) está tocada a dúo de acordeones por Javier
y Beto Colli, con interesantes secciones de guitarra. Un “clásico de clásicos”,
Kilómetro
11 (Constante Aguer y Mario del Tránsito Cocomarola) es vertido con
gran expresividad por Javier y sus músicos acompañantes. Como yapa podemos disfrutar la polca Yo de
Fabio Zini, quien participa como invitado tocando guitarra.
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