sábado, 11 de marzo de 2017

Ha fallecido el cantautor Ángel Parra

Artista fundamental de la Nueva Canción Chilena, Ángel Parra ha fallecido en París afectado por un cáncer pulmonar, según ha informado la embajadora chilena en Francia.  Ángel Parra se ha destacado como compositor, intérprete y productor, entre otras facetas de su personalidad. Junto a su hermana Isabel fundó un exitoso dúo, promovió a otros artistas a través de la Peña de los Parra y difundió a los entonces jovencísimos Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Noel Nicola en Chile. Ha escrito los libros “Violeta se fue a los cielos”, “Al mundo niño le canto” y “Mi Nueva Canción Chilena. Al pueblo lo que es del pueblo”. 


Foto: Eduardo Frei / Wikipedia



Luis Ángel Cereceda Parra, primer hijo de Violeta Parra y Luis Cereceda, nació en Valparaíso en 1943. Comenzó a cantar en circos a sus 5 años; a los 10 ya tocaba el guitarrón chileno. La influencia de su madre, la multifacética artista Violeta Parra, a quien acompañó desde pequeño en sus investigaciones folklóricas por los campos chilenos, se hizo notar en la variedad y calidad de su obra. A sus 15 años grabó un EP, “Villancicos chilenos” junto al grupo Los Norteños. A principios de los años 60 Ángel y su hermana Isabel viajaron a París, donde residía su madre Violeta. En esa ciudad los tres compartieron actuaciones y grabaciones, entre ellas la del disco “Au Chili avec Los Parra de Chillán” (1963). La experiencia parisina llevó a los hermanos, a su regreso a Santiago, a fundar la Peña de los Parra en la calle Carmen N° 340. Desde su inauguración en 1965 la Peña de los Parra (…)se había convertido no sólo en importante y original centro de un nuevo tipo de movimiento de la canción, sino en lógico punto de cita de personas con opiniones de izquierda.”  [1]  Así recuerda Joan Jara el surgimiento de este importante recinto capitalino por el que pasaron las grandes personalidades de la canción: Víctor Jara, Patricio Manns, Atahualpa Yupanqui, Violeta Parra, Daniel Viglietti y los conjuntos Quilapayún e Inti-Illimani, entre muchos otros. 




La Peña de los Parra en 1970, según el disco homónimo


Entre 1965 y 1970 los hermanos Ángel e Isabel publicaron varios discos como dúo con un repertorio basado mayormente en canciones tradicionales chilenas y de otros países latinoamericanos. En 1964 Ángel firmó contrato con el sello Demon, que publicó varios simples como adelanto de su primer disco solista, “Ángel Parra y su guitarra” (1965). Grabó para el mismo sello “Oratorio para el pueblo” (1965), “Ángel Parra volumen II” y “Arte de pájaros” (ambos en 1966), además de tres discos compartidos con diferentes artistas. En 1967 Ángel e Isabel viajaron a Cuba para participar en el Primer Encuentro de la Canción Protesta, celebrado en La Habana entre el 24 de julio y el 8 de agosto. Esta experiencia inició un especial vínculo entre los Parra y la isla. El disco de Ángel “Canciones de amor y muerte” (Peña de los Parra, 1969) cierra con el Canto a Cuba, que comienza así:

Viendo crecer a mis hijos
contestando a sus preguntas
se me enreda en la guitarra
un país llamado Cuba.

Cuántos hijos van creciendo
sabiendo donde llegar,
tienen caminos de lucha,
caminos de libertad.
En cambio, aquí sólo tienen
dolor en su soledad

Unos años después, el disco “Canciones de Patria Nueva” (1971) incluyó una hermosa versión de la canción de Pablo Milanés Pobre del cantor, interpretada por Ángel con acompañamiento del conjunto Blops. Isabel también había registrado canciones de Pablo y de Silvio Rodríguez en su disco “De aquí y de allá”, también de 1971. Al año siguiente los hijos de Violeta fueron los anfitriones de Silvio, Pablo y Noel Nicola, las grandes promesas de la Nueva Trova cubana, quienes cantaron en la Peña de los Parra, compartiendo vivencias con sus colegas chilenos en el marco esperanzador del gobierno de la Unidad Popular. Durante ese año, 1972, Ángel publicó los discos “La cuecas del Tío Roberto” y “Cuando amanece el día”, el primero con un repertorio divertido y el segundo con canciones profundamente expresivas que van del amor a la nostalgia, de la esperanza a la tristeza, con la habitual poesía del artista porteño. El último de los discos de esta etapa es “Pisagua”, basado en el libro de Volodia Teitelboim. Se esperaba que saliera a la venta el 11 de septiembre de 1973, fecha en que terminó ocurriendo el golpe de Estado contra el gobierno de Salvador Allende. Durante este acontecimiento Ángel fue detenido y llevado al Estadio Nacional. Posteriormente fue llevado al campo de prisioneros Chacabuco, ubicado a unos 100 km de la ciudad de Antofagasta, en el norte del país. Durante su estadía en esa prisión, Ángel organizó algunas actividades culturales, parte de las cuales fueron registradas de manera clandestina e incluidas posteriormente en el disco “Chacabuco”.  El reconocido cantautor fue liberado en febrero de 1974, iniciando su exilio en México y posteriormente en Francia, donde residió hasta su fallecimiento.


Su regreso a Santiago se produjo en mayo de 1989, cuando registró en el Teatro Teletón el disco “Ángel Parra en Chile”, publicado por el sello Alerce. Además de canciones propias como Valparaíso en la noche, Te ofrezco mi mano, El poeta frente al mar y La libertad, Ángel dejó registradas sus versiones de Me gustan los estudiantes, Arauco tiene una pena, Volver a los diecisiete (todas ellas de Violeta) y Te recuerdo, Amanda, de Víctor Jara. Otro disco importante de esta época es “Antología de la canción revolucionaria”, que contiene Pequeña serenata diurna, de Silvio Rodríguez, Si somos americanos, de Rolando Alarcón, y Vientos del pueblo, de Víctor Jara, entre otros aciertos del repertorio seleccionado.  En 1999 participó de “El último recital” dado por Atahualpa Yupanqui. El concierto celebrado el 8 de febrero de 1992 en Volkshaus Theater, Zürich, Suiza, contó con la participación del artista chileno en varias canciones, como Taita Atahualpa, En el Tolima (Yupanqui – Parra) y Preguntitas sobre Dios (Yupanqui).  Por su parte “Corazón de los Andes” (2001) es un excelente álbum con canciones propias y de otros autores, cuya singularidad reside en que todas las canciones incluyen en su título la palabra “corazón”: Corazón de bandido (Críspulo Gándara), Fallaste, corazón (Cuco Sánchez), Adiós, corazón amante (popular chilena) y Corazón maldito (Violeta Parra) son algunas de las obras incluidas. Por esos años Warner Music Chile publicó algunos materiales del artista como una interesante Antología con dieciocho temas grabados en diferentes etapas de su vida.




En 2004 Ángel grabó su homenaje al poeta Pablo Neruda (con quien había trabajado en el disco “Arte de pájaros” en 1966) musicalizando once poemas del recordado vate chileno. Entre ellos podemos citar Desnuda, Para mi corazón, Cuerpo de mujer, Niña morena y ágil (los dos últimos en versiones diferentes a las realizadas por Víctor Heredia en 1974) y Te quiero solo, con música de Violeta Parra. El CD se titula “Sólo el amor (Ángel Parra canta a Pablo Neruda)”.  En 2006 publicó el libro “Violeta se fue a los cielos” (Editorial Catalonia), conteniendo un CD con quince versiones de temas de su madre, como Qué dirá el Santo Padre, Gracias a la vida, Paloma ausente y Porque los pobres no tienen. Este libro sirvió como base para el guion de la película del mismo nombre dirigida por Andrés Wood y protagonizada por Francisca Gavilán.




Los últimos discos de Ángel Parra están dedicados a diferentes personalidades: “De fiesta con Georges Brassens” (2007) está dedicado a dicho cantautor francés (1921 – 1981) incluyéndose versiones en español de La mala reputación y Marinette, además de creaciones propias. “En tiempos del Tío Roberto” (2009) recrea un amplio repertorio que va desde La pobre loca (C. Gándara) y Allá en la pampa argentina (popular chilena) hasta la cueca recortada Por pasármelo tomando, de Violeta Parra. “Ángel Parra chante Paco Ibáñez” (2011) brinda al amplio público amante de la poesía dieciséis títulos de obras musicalizadas por el celebrado músico español. El lagarto está llorando (F. García Lorca), La poesía es un arma cargada de futuro (Gabriel Celaya) y Andaluces de Jaén (Miguel Hernández) son parte vital de este disco. Finalmente, “Mi primer tango en París” (2014) es la obra en la que Parra abreva del género rioplatense que recorrió el mundo. Lo hace a través de celebradas obras como Los mareados, Melodía de arrabal, Muñeca brava y Mano a mano, todas ellas grabadas junto al cuarteto de guitarras Diapasón Porteño. El recuerdo de Ángel Parra quedará presente no sólo en más de cincuenta obras discográficas que son un excelente testimonio de su pasión y talento, sino también en el sentir de quienes le han conocido personalmente y han compartido con él escenarios y vivencias en América y Europa. ¡Hasta siempre, querido Ángel Parra!


[1] Joan Jara: “Víctor Jara, un canto (no) truncado”. Ediciones Lar, Concepción, Chile, 1988


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