Claudia Lapresa y Lucio Navarro
aunaron en su propuesta lindas creaciones de raíz folklórica argentina con
clásicos de la canción latinoamericana. Carina Chávez, con un sólido conjunto
acompañante, ha sido protagonista de un vibrante espectáculo musical con ritmos
del noroeste argentino.
Claudia Lapresa y Lucio
Navarro: “Caminos de tierra y fuego”
Espectáculo musical de
Carina Chávez y su grupo
La Paila
Costa Rica 4848
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Argentina
Viernes 18 de abril de
2014
Claudia Lapresa es cantante e instrumentista. Ha
formado parte de los grupos Sanampay (a mediados de los años ’90) y Albahaca
(2001-2004). Desde 2003 integra el renovado conjunto Huerque Mapu, del que también forma parte Lucio Navarro. Nacido en Chuquis, La Rioja, Navarro es miembro
fundador del mítico grupo argentino cuyo nombre significa “Mensajeros de la
tierra”, surgido en 1972 en un clima de enorme efervescencia política. En esta
oportunidad y como dúo, Claudia y Lucio nos ofrecen una selección de temas poco
transitados de nuestra música de raíz folklórica junto a algunas versiones de
canciones latinoamericanas de los años 60 y 70. La única excepción es la zamba Luna
cautiva, de José Ignacio “Chango” Rodríguez, muy popular en diferentes
interpretaciones. Lapresa y Navarro la cantan a dúo acompañándose
respectivamente con guitarra y cuatro. El aire de chacarera Donata
Suárez, de Carlos Horacio Herrera y Juan Falú, aporta conceptos
renovados para la música de proyección folklórica, en que voces, guitarra y
bombo logran una de las mejores interpretaciones del espectáculo, como se
aprecia en el audiovisual adjunto.
Video: Donata Suárez
© Fogón Latinoamericano
Lo que más quiero, versos de Violeta Parra musicalizados
en ritmo de joropo por su hija Isabel Cereceda Parra, forma parte del
repertorio del grupo Inti-Illimani. La versión de Claudia (maracas, voz) y
Lucio (cuatro y voz) es bonita, aun cuando los arreglos vocales han sido
concebidos para sexteto. La cueca boliviana El pajarillo cierra este
primer segmento latinoamericano.
Claudia Lapresa
La Chaya
de los pobres (Ramón Navarro y Roberto Palmer) confirma las cualidades
del dúo para los ritmos de raíz folklórica. Una de las creaciones más interesantes, El último sapukay, de
Oscar Valles, forma parte del repertorio de Huerque Mapu. Compuesta en ritmo de
chamamé, cuenta la historia de Isidro Velázquez, “bandolero social” chaqueño muerto en 1967. Desde otros países de la región llegan María
Landó (César Calvo y Chabuca Granda), tocado con cajón y guitarra, y la
Chamarrita
de una bailanta, de los hermanos uruguayos Carlos y Washington
Benavides, muy popular en las voces de Alfredo Zitarrosa y Pablo Estramín. La
versión del dúo puede apreciarse en este video.
Video: Chamarrita de
una bailanta
© Fogón Latinoamericano
El
repertorio de la “canción social” también está presente en la chacarera ¿Se
acuerda, Doña Maclovia?, compuesta en texto por León Benarós y en música
por Carlos Di Fulvio (1977):
Sabrán los que tienen tanto
lo que un pobre necesita
tan harto que hay para algunos
y para otros nadita.
Chacarera chacarera
toditos somos iguales
para unos los beneficios
y para muchos los males.
Lucio Navarro
Esta nueva
interpretación confirma la solidez del dúo en el repertorio de ritmos
nacionales. Le siguen la galopa Canto misionero, de Roberto Palmer y
las Coplas
de un alojero, de José Jesús Oyola. Estas últimas, basadas en coplas de
chaya antigua de Machigasta, La Rioja, referencian la ceremonia de los indios
diaguitas a la deidad conocida como el Chiqui.
Muerte del poeta, con letra de Raúl González Tuñón y
música de Daniel Amaro, músico uruguayo exiliado en Noruega, es un lindo
homenaje a la gran figura de Federico García Lorca. Parte del poema dice:
¡Qué aire de antigua voz de estatua rota
rodea su sepulcro amanecido
cuando suben y bajan los claveles
en donde se desploma Federico!
Todas las cosas que él amaba crecen
junto a su muerte desbordante río
que corre por la tierra de los hombres
en donde se desploma Federico.
En esta
interpretación Claudia toca la guitarra y Lucio puntea el charango. Otro gran
poeta, el cubano José Martí, ha dado vida a los Versos sencillos, de los
cuales el cantautor Pablo Milanés musicalizó una selección.
Volvemos a
la Argentina con magníficas interpretaciones de Gatito ‘e las penas (Raúl
Carnota) en guitarra y bombo y El avenido, huayno de Gustavo “Cuchi”
Leguizamón, cantado con acompañamiento de guitarra y charango. Como bis, el
clásico poema de Nicolás Guillén La muralla, conocido por la
musicalización que realizara el grupo Quilapayún. Voces, cuatro y maracas
protagonizan el cierre de este primer espectáculo.
Carina Chávez nació en Buenos Aires en septiembre
de 1980. La música y la danza, cultivadas por sus padres santiagueños, han
influenciado a Carina desde muy pequeña. Comenzó a tomar clases de vocalización
con la Sra. Norma Stramare y cursó sin
completar la carrera de Licenciatura en Folklore en el IUNA (Instituto
Universitario Nacional del Arte). Carina Chávez ha formado parte del grupo Las
Chirleras en canto con caja, actuando en diversos escenarios y peñas. Como
solista viene realizando desde hace algunos años una prometedora carrera,
interpretando principalmente la música del noroeste argentino.
Acompañada
por Nicolás Albornoz (guitarra), Rubén Gómez (bandoneón) y Nicolás Vilchez (bajo), Carina
hace gala de sus dotes para el canto en una variedad de ritmos de raíz
folklórica argentina.
Carina Chávez
El
espectáculo comienza con varias vidalas riojanas, acompañándose de
caja. Estas coplas incluyen Tan
alta que está la luna y A la mañanita, recopilación de Leda
Valladares. Le sigue el popular bailecito Sirviñaco, de Jaime Dávalos y
Eduardo Falú, que puede apreciarse en el siguiente video:
Video: Sirviñaco
© Fogón Latinoamericano y Carina
Chávez
El
repertorio santiagueño está muy presente en las versiones de Carina. Podemos
apreciar la chacarera La
algarrobera, de Andrés Chazarreta y el Gatito del vidalero, de
Julio Domingo Ayunta, vertidas con calidad vocal e instrumental, en este último
caso gracias al sólido grupo acompañante. Siguen las chacareras: Chacarera
del Miski Mayo (Napoleón y Adolfo Ábalos, 1942) y Cuando el diablo anda en el vino (Mario
Arnedo Gallo) afirman el acierto en la elección del repertorio.
Nicolás Vilchez
La zamba La
sanlorenceña (Jaime Dávalos) y el bailecito El salinero (Juan de Dios
Cabana) aportan una necesaria variedad, manteniendo la calidad interpretativa.
Le siguen las chacareras Fiesta churita (Agustín Carabajal) y
Corazón
salavinero (Horacio Banegas), cuya versión rescatamos en el siguiente
audiovisual.
Video: Corazón
salavinero
© Fogón Latinoamericano y Carina
Chávez
Rubén Gómez y Nicolás Albornoz aportan el toque tradicional en sus respectivos
instrumentos, bandoneón y guitarra. Los toques más renovadores están dados por
el bajo de Nicolás Vilchez.
Promediando
el espectáculo llegan Gato de madrugada (Carlos Carabajal
y Pablo Raúl Trullenque) y la sección que mixtura la vidala Y ya
me voy con el carnavalito Soy de la Puna, de José María
Mercado.
Nicolás Albornoz
A modo de
bises, tres temas bien bailables: Duende escondido (Luciano Cañete /
Juan Enríquez), como lo dice su nombre, un escondido, y las chacareras Achalay,
tierra mojada (Antonio Ríos / Pedro Luis Ríos / Cristóforo Juárez) y la
muy célebre La carbonera, de Adolfo Ábalos y Julián Díaz).
Agradecimientos especiales a Carina
Chávez
No hay comentarios:
Publicar un comentario