La segunda noche de
conciertos, bajo el nombre “Cantando por Aníbal”, presenta a cantores, poetas y
músicos sanduceros. El broche de oro está dado por la presencia del renombrado
trovador Héctor Numa Moraes.
Domingo 5 de agosto de
2012
Centro Universitario
Paysandú
Calle Montevideo 1028
La
“Semana Aníbal Sampayo”, organizada por el Grupo Sampayeros y el apoyo del
Centro Universitario y la Intendencia Departamental de Paysandú, crece año tras
año con la realización de distintas actividades. En esta ocasión varios
artistas sanduceros, con diferentes méritos, se presentan en el escenario para
brindar su tributo al prolífico creador.
Tino (canción) y Melchora Cuenca (galopa) son
creaciones de don Aníbal recreadas por la joven Cristina Tagliani. Si bien le faltan madurar aspectos vocales,
Cristina disfruta la actuación, acompañada por Michael y Richard Basadoni, guitarristas muy jóvenes como ella
Cristina Tagliani
Antes
del siguiente artista se vuelve a proyectar el corto preparado por el Centro
Universitario Paysandú en homenaje a Luis
Alberto Vidiella. Notable músico, conocido popularmente con el apodo
“Chichí”, nació en 1932 en Cerro Chato. Estudia bandoneón con Tito Lemes y participa en la Orquesta
Juventud. En 1951 se incorpora al dúo formado por Orlando Lynch y Aníbal
Sampayo, con quien lo unirá una entrañable amistad. Vidiella ha compuesto
varias obras y grabado discos con diferentes conjuntos, siendo destacada su
participación junto a Los Gauchos de
Roldán en una producción discográfica aparecida en 2011. Hoy recordamos a
Chichí con cariño y respeto, evocando su persona y su obra.
Tito Machi elige cantar dos temas del cantautor homenajeado,
destacándose la milonga Reforma agraria, un tema poco conocido que Sampayo
grabara en 1971 para un disco en apoyo al programa del Frente Amplio.
Tito Machi
Ha
sido guitarrista de Aníbal Sampayo y cumple cincuenta años de haberse
encontrado con la música, según sus propias palabras. Se trata de Mario Fernández, artista que elige dos
obras bien distintas. La primera se titula Los pájaros de mi cielo (Fernández),
que nos brinda melodía y líricas bien interesantes. Por su parte, el gato Venga
que soy pie, de Sampayo, es recreado con estilo propio. Se destacan los
músicos acompañantes Keen Bottesch
(teclados) y Matías Batancourt (cajón).
La
literatura también tiene lugar esta noche, a través de Celina Santos. Dos creaciones propias, Un arpa embelesada, en
homenaje a Aníbal Sampayo y El castillo de las hadas (musicalizado
como vals) revelan que Santos se luce mucho más como poeta que como cantora. La
acompaña Keen Bottesch en teclados.
Celina Santos
Uno
de los puntos altos del recital lo protagonizan Alfonsina y Alberto Sanguinetti, acompañados en guitarra por Eduardo “Chito” Lemes. Son originarios
de Mercedes, capital del departamento uruguayo de Soriano, a orillas del Río
Negro. Alfonsina revela una voz maravillosa, que jerarquiza las canciones que
interpreta. Merece estar en próximas ediciones de la “Semana…” en la noche
titulada “Muchacha cántame así” por
sus condiciones excepcionales. Sus acompañantes potencian estas virtudes a
través de maravillosos acordes de guitarra. Una vez más, el acompañante en
teclados es Keen Bottesch.
Alfonsina Sanguinetti
Alberto Sanguinetti
De
don Aníbal, el conjunto ofrece dos temas: Compañero río, en interesantísima
versión con aires de blues, y una
excelente recreación de Patrón, aquella milonga que le valió
al cantautor sanducero la censura en Argentina.
"Chito" Lemes, Alberto, Alfonsina y K. Bottesch
Los mensajeros del
Litoral, con la voz
de Hugo Giles se presentan en escena
para compartir con nosotros la chamarrita El río no es sólo eso, creación
interesante cuya letra cuestiona las desigualdades sociales. El excelente
conjunto de acordeones, guitarras y canto brinda, además, una creación de Robin
Texeira titulada Por Aníbal.
Los Mensajeros del Litoral
Robin Texeira
Muy
buenos arreglos de cuerdas caracterizan al dúo formado por Nahuel y Luigi Lemes, quienes nos brindan un par de creaciones del
artista homenajeado: Cerro de la matanza y La
cañera, ésta última con la participación de Matías Betancourt en cajón peruano.
Luigi Lemes, Matías Betancourt y Nahuel Lemes
Nahuel Lemes
Tito Mendaro, una de las grandes voces de la noche,
nos presenta un par de creaciones
propias. La primera, dedicada a Chichí Vidiella, Astillas de bandoneón. Julio
García (acompañante en guitarras) es el responsable de los arreglos de este
lindo homenaje. Ramiro Della Valle (guitarra
eléctrica) y Robin Texeira (bandoneón)
completan el magnífico conjunto que acompaña a Mendaro.
Tito Mendaro
La
segunda canción, con letra de Óscar Pina, se titula Río del Palomo, siendo la
última palabra uno de los sobrenombres de Sampayo.
Ramiro Della Valle, R. Texeira, Julio García y Tito Mendaro
El
broche de oro de la noche está dado por la presentación del popular cantautor Héctor Numa Moraes. Nacido en Curtina
(Tacuarembó) en 1950, Numa mostró desde pequeño un especial interés por la
música. Estudió bandoneón y guitarra clásica, aunque le llamaban la atención las
melodías de raíz folklórica.
Héctor Numa Moraes
En
1966 conoce al poeta Washington Benavides, con quien comienza a trabajar en su
primer disco Del amor, del pago, del
hombre. Daniel Viglietti lo invita a dar clases de música en el
Conservatorio NEMUS y lo presenta en el Teatro Payró de Buenos Aires. En su
disco Canto pero también puedo, de
1970, Numa Moraes musicaliza textos de poetas de Tacuarembó como el citado
Benavidez, Circe Maia, Olhinto María Simoes e incluye una versión del tema
popular ecuatoriano Vasija de barro, grabada a dúo con el conjunto chileno Quilapayún.
Numa,
además de su actividad musical, desarrolla una intensa actividad política,
cantando en barrios, reuniones estudiantiles y otros ámbitos populares, lo que
le vale censura, persecuciones y amenazas. En 1971 aparece uno de sus discos
más recordados: La patria compañero, con
obras musicalizadas de poetas uruguayos y latinoamericanos.
En
el año 1972, el gobierno prohíbe su música y el cantor parte a Chile. Tras el golpe de Estado de 1973, sus colegas uruguayos lo suponen en prisión.
Entonces, los hermanos Washington y Carlos Benavidez componen la
canción Defensa del cantor:
Con
la guitarra en la mano,
en
este tiempo arbitrario,
fue
el muchacho solidario,
poniendo
el hombro de hermano,
con
el obrero, el paisano,
en
el campo y la ciudad,
y
peleó a la iniquidad
del
dueño de la comarca,
marcó
a fuego al oligarca,
clamó
por la libertad.
Alfredo Zitarrosa graba la canción en Buenos Aires.
Cuando se publica el disco en Uruguay, los autores del tema “no lo pasan nada
bien”. Héctor Numa Moraes se exilia en Cuba y finalmente en
Holanda, donde continúa su labor artística. Tras finalizar el período
dictatorial en Uruguay (1985), regresa a la patria, donde sigue actuando y
componiendo.
A
partir de 1998, Numa comienza una nueva etapa, poniendo especial énfasis en la
difusión de la música del norte uruguayo.
El
recital de Numa Moraes comienza con un lindo chamamé instrumental de Chichí Vidiella, uno de los artistas
homenajeados en esta Quinta Semana Aníbal Sampayo. La segunda canción surge del
talento de uno de los participantes del Taller de Creación de Canciones y
Música Popular, que dirigen en Montevideo Washington Benavides y Mario Paz, en
el marco de la Universidad de la República. El autor aludido es Claudio Taquino, quien compuso la letra
de Sampayo
del Uruguay, cuya melodía es de
Numa.
Otra
obra interesante es Variaciones sobre la cola dura, en ritmo “pala pala”. Se trata,
como su nombre lo indica, de variantes sobre la obra del “Chango” José Ignacio
Rodríguez “soñadas por Washington Benavidez” una noche invernal de 2007. Abre
los ojos, amor, hermosa elegía de Aníbal Sampayo, es vertida con
profundo sentimiento por el cantautor tacuaremboense. En tanto, Uruguay
Pirí , chamamé oriental de Carlos E. de Mello, alude al nacimiento de
la patria y las luchas libertarias. “Pirí” significa “toldería” en el idioma de
los charrúas.
De
W. Benavidez y Numa Moraes, La patria compañero, un tema
emblemático de los 70, cuando el canto popular uruguayo se reinventaba en el
compromiso de los artistas por la problemática social. Lindísima interpretación
aplaudida largamente por el público.
No
menos intensas son las canciones La Filadelfia real (misma dupla
autoral de la canción anterior): “Cuántos kilómetros faltarán / para llegar al
pueblo aquel / donde no falte el tibio pan / donde te ofrezcan tibia miel / A
donde no te golpearán /por religión o por la piel (…)” y la mítica A Don
José, dedicada a la figura histórica de José Gervasio de Artigas.
Una
gran actuación de Héctor Numa Moraes
que el público sanducero recordará por siempre.
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