viernes, 10 de agosto de 2012

Quinta Semana Aníbal Sampayo: Cantores de Paysandú


La segunda noche de conciertos, bajo el nombre “Cantando por Aníbal”, presenta a cantores, poetas y músicos sanduceros. El broche de oro está dado por la presencia del renombrado trovador Héctor Numa Moraes.



Domingo 5 de agosto de 2012

Centro Universitario Paysandú

Calle Montevideo 1028



La “Semana Aníbal Sampayo”, organizada por el Grupo Sampayeros y el apoyo del Centro Universitario y la Intendencia Departamental de Paysandú, crece año tras año con la realización de distintas actividades. En esta ocasión varios artistas sanduceros, con diferentes méritos, se presentan en el escenario para brindar su tributo al prolífico creador.

Tino (canción) y Melchora Cuenca (galopa) son creaciones de don Aníbal recreadas por la joven Cristina Tagliani. Si bien le faltan madurar aspectos vocales, Cristina disfruta la actuación, acompañada por Michael y Richard Basadoni, guitarristas muy jóvenes como ella
Cristina Tagliani
Antes del siguiente artista se vuelve a proyectar el corto preparado por el Centro Universitario Paysandú en homenaje a Luis Alberto Vidiella. Notable músico, conocido popularmente con el apodo “Chichí”, nació en 1932 en Cerro Chato. Estudia bandoneón con Tito Lemes y participa en la Orquesta Juventud. En 1951 se incorpora al dúo formado por Orlando Lynch y Aníbal Sampayo, con quien lo unirá una entrañable amistad. Vidiella ha compuesto varias obras y grabado discos con diferentes conjuntos, siendo destacada su participación junto a Los Gauchos de Roldán en una producción discográfica aparecida en 2011. Hoy recordamos a Chichí con cariño y respeto, evocando su persona y su obra.
Tito Machi elige cantar dos temas del cantautor homenajeado, destacándose la milonga Reforma agraria,  un tema poco conocido que Sampayo grabara en 1971 para un disco en apoyo al programa del Frente Amplio.
Tito Machi


Ha sido guitarrista de Aníbal Sampayo y cumple cincuenta años de haberse encontrado con la música, según sus propias palabras. Se trata de Mario Fernández, artista que elige dos obras bien distintas. La primera se titula Los pájaros de mi cielo (Fernández), que nos brinda melodía y líricas bien interesantes. Por su parte, el gato Venga que soy pie, de Sampayo, es recreado con estilo propio. Se destacan los músicos acompañantes Keen Bottesch (teclados) y Matías Batancourt (cajón).
Mario Fernández con Keen Bottesch
Mario Fernández
La literatura también tiene lugar esta noche, a través de Celina Santos. Dos creaciones propias, Un arpa embelesada, en homenaje a Aníbal Sampayo y El castillo de las hadas (musicalizado como vals) revelan que Santos se luce mucho más como poeta que como cantora. La acompaña Keen Bottesch en teclados.
Celina Santos






Uno de los puntos altos del recital lo protagonizan Alfonsina y Alberto Sanguinetti, acompañados en guitarra por Eduardo “Chito” Lemes. Son originarios de Mercedes, capital del departamento uruguayo de Soriano, a orillas del Río Negro. Alfonsina revela una voz maravillosa, que jerarquiza las canciones que interpreta. Merece estar en próximas ediciones de la “Semana…” en la noche titulada “Muchacha cántame así” por sus condiciones excepcionales. Sus acompañantes potencian estas virtudes a través de maravillosos acordes de guitarra. Una vez más, el acompañante en teclados es Keen Bottesch.
Alfonsina Sanguinetti

Alberto Sanguinetti


De don Aníbal, el conjunto ofrece dos temas: Compañero río, en interesantísima versión con aires de blues, y una excelente recreación de Patrón, aquella milonga que le valió al cantautor sanducero la censura en Argentina.
"Chito" Lemes, Alberto, Alfonsina y K. Bottesch

Los mensajeros del Litoral, con la voz de Hugo Giles se presentan en escena para compartir con nosotros la chamarrita El río no es sólo eso, creación interesante cuya letra cuestiona las desigualdades sociales. El excelente conjunto de acordeones, guitarras y canto brinda, además, una creación de Robin Texeira titulada Por Aníbal.
Los Mensajeros del Litoral

Robin Texeira


Muy buenos arreglos de cuerdas caracterizan al dúo formado por Nahuel y Luigi Lemes, quienes nos brindan un par de creaciones del artista homenajeado: Cerro de la matanza y La cañera, ésta última con la participación de Matías Betancourt en cajón peruano.
Luigi Lemes, Matías Betancourt y Nahuel Lemes

Nahuel Lemes



Tito Mendaro, una de las grandes voces de la noche, nos presenta un par de  creaciones propias. La primera, dedicada a Chichí Vidiella, Astillas de bandoneón. Julio García (acompañante en guitarras) es el responsable de los arreglos de este lindo homenaje. Ramiro Della Valle (guitarra eléctrica) y Robin Texeira (bandoneón) completan el magnífico conjunto que acompaña a Mendaro.
Tito Mendaro

La segunda canción, con letra de Óscar Pina, se titula Río del Palomo, siendo la última palabra uno de los sobrenombres de Sampayo.
Ramiro Della Valle, R. Texeira, Julio García y Tito Mendaro


El broche de oro de la noche está dado por la presentación del popular cantautor Héctor Numa Moraes. Nacido en Curtina (Tacuarembó) en 1950, Numa mostró desde pequeño un especial interés por la música. Estudió bandoneón y guitarra clásica, aunque le llamaban la atención las melodías de raíz folklórica.
Héctor Numa Moraes



En 1966 conoce al poeta Washington Benavides, con quien comienza a trabajar en su primer disco Del amor, del pago, del hombre. Daniel Viglietti lo invita a dar clases de música en el Conservatorio NEMUS y lo presenta en el Teatro Payró de Buenos Aires. En su disco Canto pero también puedo, de 1970, Numa Moraes musicaliza textos de poetas de Tacuarembó como el citado Benavidez, Circe Maia, Olhinto María Simoes e incluye una versión del tema popular ecuatoriano Vasija de barro, grabada a dúo con el conjunto chileno Quilapayún.
Numa, además de su actividad musical, desarrolla una intensa actividad política, cantando en barrios, reuniones estudiantiles y otros ámbitos populares, lo que le vale censura, persecuciones y amenazas. En 1971 aparece uno de sus discos más recordados: La patria compañero, con obras musicalizadas de poetas uruguayos y latinoamericanos.
En el año 1972, el gobierno prohíbe su música y el cantor parte a Chile. Tras el golpe de Estado de 1973, sus colegas uruguayos lo suponen en prisión. Entonces, los hermanos Washington y Carlos Benavidez componen la canción Defensa del cantor:
Con la guitarra en la mano,
en este tiempo arbitrario,
fue el muchacho solidario,
poniendo el hombro de hermano,
con el obrero, el paisano,
en el campo y la ciudad,
y peleó a la iniquidad
del dueño de la comarca,
marcó a fuego al oligarca,
clamó por la libertad.
Alfredo Zitarrosa graba la canción en Buenos Aires. Cuando se publica el disco en Uruguay, los autores del tema “no lo pasan nada bien”. Héctor Numa Moraes se exilia en Cuba y finalmente en Holanda, donde continúa su labor artística. Tras finalizar el período dictatorial en Uruguay (1985), regresa a la patria, donde sigue actuando y componiendo.
A partir de 1998, Numa comienza una nueva etapa, poniendo especial énfasis en la difusión de la música del norte uruguayo.


El recital de Numa Moraes comienza con un lindo chamamé instrumental de Chichí Vidiella, uno de los artistas homenajeados en esta Quinta Semana Aníbal Sampayo. La segunda canción surge del talento de uno de los participantes del Taller de Creación de Canciones y Música Popular, que dirigen en Montevideo Washington Benavides y Mario Paz, en el marco de la Universidad de la República. El autor aludido es Claudio Taquino, quien compuso la letra de Sampayo del Uruguay,  cuya melodía es de Numa.


Otra obra interesante es Variaciones sobre la cola dura, en ritmo “pala pala”. Se trata, como su nombre lo indica, de variantes sobre la obra del “Chango” José Ignacio Rodríguez “soñadas por Washington Benavidez” una noche invernal de 2007. Abre los ojos, amor, hermosa elegía de Aníbal Sampayo, es vertida con profundo sentimiento por el cantautor tacuaremboense. En tanto, Uruguay Pirí , chamamé oriental de Carlos E. de Mello, alude al nacimiento de la patria y las luchas libertarias. “Pirí” significa “toldería” en el idioma de los charrúas.
De W. Benavidez y Numa Moraes, La patria compañero, un tema emblemático de los 70, cuando el canto popular uruguayo se reinventaba en el compromiso de los artistas por la problemática social. Lindísima interpretación aplaudida largamente por el público.


No menos intensas son las canciones La Filadelfia real (misma dupla autoral de la canción anterior): “Cuántos kilómetros faltarán / para llegar al pueblo aquel / donde no falte el tibio pan / donde te ofrezcan tibia miel / A donde no te golpearán /por religión o por la piel (…)” y la mítica A Don José, dedicada a la figura histórica de José Gervasio de Artigas.
Una gran actuación de Héctor Numa Moraes que el público sanducero recordará por siempre.
 





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