Alter- Nativo Americano CD 52224
Distribuído por DBN
Edición argentina
Nacido en
1947 en el barrio porteño de Monserrat,
Víctor Heredia dio muestras precoces de su talento por la música. Con la
complicidad de su mamá Antonia grabó un disco cantando el tema “Camino
del indio” de su admirado Atahualpa Yupanqui,. Este disco ha sido un
emotivo regalo para su papá. Cuando su familia se mudó a Paso del Rey, unos 35 km al oeste de Buenos Aires, Víctor comenzó a
tomar clases de piano. Su padre no ganaba lo suficiente como para comprarle
este instrumento, pero con esfuerzo pudo regalarle una guitarra. De esta
manera, el joven comenzó a componer sus primeras canciones.
A sus 20
años, el ya prestigioso Festival de
Cosquín lo consagra “Revelación
Juvenil” por su zamba “Para cobrar altura”. Esta consagración le permite
iniciar una interesante carrera discográfica. Con inclinaciones que
sintetizaban elementos del naciente rock nacional y de la música de raíz
folklórica, el novel trovador comenzó a abrirse camino en el difícil mundo artístico. Su amiga y “madrina artística”
Mercedes Sosa graba su tema “Canción
del picapedrero” (con letra de Ariel Petrocelli) pero su canción más
famosa vendrá con su tercer disco: “El viejo Matías” (1970). Comparte
escenario con Joan Manuel Serrat y conoce a los grandes músicos y
poetas de la época. Participa del Festival
OTI de la Canción en España y el
Festival del Agua Dulce, Perú. En
uno de sus viajes se encuentra con Pablo
Neruda y Matilde Urrutia, quienes autorizan el proyecto de Víctor de
musicalizar varios poemas del vate chileno.
La época de
grandes esperanzas plasmadas en la militancia política se ve truncada por el
golpe de Estado de 1976. La noche oscura que cae sobre Argentina y la región le
arrebata a su hermana María Cristina;
Víctor sufre amenazas de muerte pero a pesar de los peligros decide permanecer en su
patria junto a su familia. Por consejo de sus productores discográficos se
exilia brevemente en Madrid pero regresa nuevamente a su país. Actúa de manera
casi clandestina. En esos conciertos presenta su composición “Informe
de la situación”, metáfora del horror de esos momentos pero también
de la esperanza. Recién la puede grabar en 1982. Tras el fin de la dictadura se
presenta con éxito en todo el país y es uno de los artistas nacionales que
vende más discos. Su canción “Todavía cantamos” se convierte en
el “himno” de más de una generación de argentinos.
El disco “Taki
Ongoy” (1986), dedicado a “los vencidos” por la conquista europea de
América es cuestionado por la jerarquía eclesiástica, que presiona a los medios
para boicotear la difusión de la obra. A pesar de ello el disco doble se vende
muy bien. Durante la era del CD se reedita “Taki Ongoy” y varias de sus obras y
si bien la difusión no es la misma de otras épocas, Víctor sigue recibiendo el
calor de su público incondicional en Argentina y el resto de América Latina.
Tras la reestructuración de su antiguo sello Polygram, Víctor y su
representante Fernando Iborra crean la etiqueta “Alter-Nativo Americano”
para publicar su propia obra. En esta época (desde 1998 hasta la actualidad)
Víctor comparte proyectos y graba con personalidades de la talla de Ricardo Flecha, Silvio Rodríguez, Luis Eduardo Aute, Alberto
Cortez y Chico Buarque, entre
muchos otros.
Algún día…
Escuchar la
obra de Víctor Heredia permite descifrar algunas claves con las cuales entender
la historia argentina de los últimos 45 años.
Así soy yo, no hay más
que hablar.
Soy libre como el
viento
y mis sentimientos no
sé callar.
“De dónde
soy” (1971)
Aquel
jovencito que se plantaba en sus razones en aquellos tiempos de “ineludible” militancia
política es el mismo Víctor que hoy nos sigue cantando sus sueños y esperanzas,
sus miedos, sus afectos y su irreductible defensa de los más débiles. Su nuevo
disco “Algún día” , a cuatro años de
su última producción, cuenta con la inestimable colaboración de Panchi Quesada, antiguo colaborador de
Víctor presente en obras clave de su vasta discografía como “Víctor Heredia canta a Pablo Neruda”
(versión 1983), la citada cantata “Taki
Ongoy” y “Marcas” (1998). A
pesar de ello se mantiene el estilo y el sonido de las últimas producciones.
“Algún día”
continúa con el tono melancólico de algunas canciones de épocas recientes como “Demasiado”
o “En la esquina del tiempo”. El comienzo tanguero de Cenizas de ayer anticipa
el clima de la canción “No puedo seguir /
Mi brújula ha muerto de pena / en un patio azul donde mi niñez / entierra una
vieja quimera”. La tristeza también sobrevuela los versos de la canción de
amor Ahora,
pero se transforma, no sin dolor, en esperanza en Algún día… “Algún día de los sueños que enterraron genocidas / una flor germinará. / Y
crecerás de cara al viento con tu verdad, tu amor sin tiempo / derrotarás la
sombra, lo imposible y volarás sobre este cielo azul sin par”.
Ernesto “Che”
Guevara está presente en algunas de las nuevas canciones. Su búsqueda de la
utopía forma parte de Canción censurada, dedicada a Silvio
Rodríguez, y se reafirma en Los ojos del Che: “voy a buscar lo que soñé / Mi memoria
guarda los ojos del Che”. Escritores
y periodistas, Francisco “Paco” Urondo
y Rodolfo Walsh, asesinados por el
terrorismo de Estado en los ’70, forman parte también de esta actualizada
búsqueda de verdad a través de la obra poético-musical de Víctor Heredia. Por su parte, Breve historia de las Islas
Malvinas plantea dolorosos interrogantes a más de treinta años de
aquella locura que significó la guerra.
Si se
descorre el manto de tristeza presente en varias de las canciones actuales de
Víctor podemos apreciar la coherencia de pensamiento y de acción de uno de los
creadores más lúcidos de nuestro país. El merecido homenaje a Armando Tejada Gómez, notable poeta
mendocino, está dado por el tema La veleta de Armando, mientras que
el recordado trovador Facundo Cabral aporta
inspiración a Momento, una de las canciones que develan los más profundos
sentimientos de Heredia: “Yo no quiero
medallas de plata / ni lisonjas para este cantar. Lo que busco está dentro de
mi alma/ y se anima al oírte cantar”.
Cierra el
disco el manifiesto Vuela conmigo: “Con la
vida no se juega / sin el sueño no se avanza / pues la patria es un reflejo /
de nuestra propia mirada”. Los músicos Ricky
Zielinski (bajo) y Babú Cerviño
(teclados), colaboradores de Víctor desde hace muchos años, aportan su indudable
talento, así como Luis Gurevich, Lito
Vitale e importantes músicos
invitados.
EXCELENTE!!!GRACIAS!!!
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