miércoles, 8 de abril de 2015

Mauricio Redolés en Buenos Aires


Rara avis en su país, el chileno Mauricio Redolés se considera poeta antes que músico. Su primera visita a la Argentina incluyó conversatorios , una entrevista abierta, talleres de poesía y dos recitales acompañado por la Banda “La Shica y Shao”

 
 

Recital de Mauricio Redolés

Espacio Cultural Dínamo

Sarmiento 3096

Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Argentina

Sábado 28 de marzo de 2015

 

 

Mauricio Redolés regresó a Santiago de Chile en 1985, tras diez años de obligado exilio. Su interés por la narrativa se manifestó desde muy joven, pero fue en reclusión  (había sido detenido después del golpe de Estado de 1973 por su pertenencia a las Juventudes Comunistas) cuando comenzó a escribir poemas y canciones. Su retorno al capitalino barrio Yungay y la formación de su banda Son Ellos Mismos marcan el comienzo de una nueva época para Redolés. A partir de la publicación del casete “Bello barrio” (sello Alerce) comienza a convertirse en un artista de culto. Eran los últimos años del Canto Nuevo, el movimiento que agrupaba a los trovadores de entonces, en resistencia a la dictadura, y los primeros del movimiento punk chileno. La propuesta de Redolés iba por otros carriles, aunque había puntos de contacto entre ambas vertientes poético-musicales. La segunda producción en Chile es “Química (de la lucha de clases)”,que afianza la presencia del músico y poeta en el imaginario popular. Prácticamente ignorado por los grandes medios, Redolés se consolida con su arte poético: su habla santiaguina y popular  posee un importante valor, la sinceridad. La consagración se da a través del disco “¿Quién mató a Gaete?” (Sony Music, 1996), título de una de sus canciones más reconocidas. Dos de sus obras posteriores, “Cachái, Reolé?” (2009) y “One, two, tres cuatro” (2013) son galardonadas con el Premio a las Artes Nacionales “Altazor”.

 

La primera visita de Mauricio Redolés a la Argentina ha sido gestionada por la Asociación de Artistas Chilenos en Buenos Aires. En esta ciudad, el singular artista ha realizado talleres de poesía y dos recitales musicales acompañado de Esteban Cruz (bajo) y Juan Ortega (acordeón), integrantes de la Banda “La Shica y Shao”. Los tres entran al escenario ataviados al estilo de los grupos mexicanos, con chaquetas coloridas, gafas de sol y sombreros. El primero de los temas que podemos escuchar se titula Nada, una peculiar crónica policial en versos de Carlos Pezoa Véliz con música de Redolés. Le sigue un tema propio más oscuro e inquietante, Triste funcionario policial, más conocido por su frase “¿qué será de mi torturador?”. Una desafiante ironía que parece querer exorcizar el horror vivido tras las rejas. El triste recuerdo de esos días se va disipando a través de la bellísima Canción pa’la más chiquitita de todas. Apenas la voz y un sencillo acompañamiento bastan para conmover profundamente desde sus versos a la vez sencillos y sublimes.
 
 
 

Mauricio Redolés
 
 

 

El pegadizo Blues de Santiago manifiesta el eclecticismo de Redolés. Toma un estilo musical estadounidense a la vez que fustiga a los imperialistas: “Este blues me emparenta al chicano y al cubano” es uno de los versos de esta inspirada canción. Marcando ocupao (una forma chilena de decir “no me presta atención”) es un blues acuecado muy bien logrado: a su divertida letra se le suma el talento de los músicos en afirmar los climas narrativos del cantautor. El mismo ritmo musical se afianza en Recabarren Blues, en homenaje al líder comunista Luis Emilio Recabarren.
 
 
Juan Ortega
 
 


El espejo es una canción con aire de bolero que da cuenta de la influencia del universo musical mexicano en Mauricio Redolés. En su último disco, el artista agradece a las empleadas domésticas que trabajaron en su casa y en el barrio cuando él era pequeño, quienes “programaron para siempre en las mañanas estaciones de radio chilenas que tocaban indefectiblemente música mexicana”. Química (de la lucha de clases) es una alegoría a las luchas estudiantiles chilenas. Una de sus frases más recordadas es “prefiero el caos a esta realidad tan charcha” (mala).En esta ocasión, el artista lo dedica al joven estudiante y militante Claudio Paredes Tapia, muerto en enero de 1988 en Villa Portales. Por su parte, Los tangolpiando (¿Cuándo llegará el socialismo?) es un tema de largo aliento, que alterna música y relatos cuya crudeza se suaviza con el especial humor de Redolés. La pareja de viejitos que protagoniza esta canción traza un interesante panorama desde los 70 hasta nuestros días.


 
 
 
Esteban Cruz
 
 
 
Promediando el recital, las rancheras y otras músicas del repertorio tex – mex (texano – mexicano) se van alternando con canciones propias como Ferrocarriles clandestinos chilenos, que ironiza sobre los bandidos chilenos que operan en otros países. El monstruo evidencia una búsqueda poética más profunda, mientras que la música es un aire de refalosa que evoca el arte de Violeta Parra. Del país azteca podemos disfrutar los temas tradicionales Anselma y Ay, te dejo en San Antonio. A través de ellos Juan Ortega permite apreciar sus dotes vocales, además de su depurado estilo musical en el acordeón.
 
 
 
 
 
 
Hacia el final otro blues, el extravagante Nutrias en abril, con una alusión musical a La cumparsita (Gerardo Matos Rodríguez, Pascual Contursi y Enrique Maroni) . Como bises, dos grandes éxitos de Mauricio Redolés: Eh, rica, alabanza a la mujer santiaguina y la divertida ¿Quién mató a Gaete?, cuya jerga bien chilena forma parte del interés lírico de la canción.
 
Sitio oficial del artista:
 

 

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