“Clasificación del Cancionero de Aníbal Sampayo, siguiendo los preceptos de la ciencia folclórica”
Charla del folklorólogo argentino Alfredo Miranda
Continuando con los eventos que recuerdan el nacimiento de don Aníbal Sampayo, el jueves 5 de agosto de 2011 asistimos a la disertación del especialista en folklore Alfredo Miranda. Este investigador toma como base el Gran manual de folklore de Carlos Vega (año 1964, editorial Honegger, Argentina) y traslada a la obra de Sampayo las clasificaciones que realiza Vega sobre las obras de la música popular argentina. Resulta muy interesante apreciar que la obra de don Aníbal se integra a la mayoría de estas clasificaciones, conformando un espectro muy rico, tal como se reseña a continuación.
Según cuenta Alfredo Miranda, durante el conflicto por las pasteras en el río Uruguay*, la gente cantaba “Río de los pájaros” sin saber quién era el autor de la obra. Sabiendo que el proceso de folklorización tarda unos cien años en concretarse, llama la atención que la obra de Sampayo atraviesa un proceso acelerado, incorporándose su obra al patrimonio inmaterial del pueblo. En el folklore se considera que las fronteras son regionales. Miranda parte de la base de datos de SADAIC (Sociedad Argentina de Autores y Compositores) para relevar los títulos de las canciones de Sampayo, quien cubre todos los roles de las grandes clasificaciones según la obra citada de Carlos Vega.
Poesía
La poesía se clasifica en lírica y narrativa. En este último caso se distinguen, respecto a la obra de Sampayo, dos aspectos: jocoso y novelesco e histórico. A este último aspecto corresponde la milonga Mi picazo parejero
Líricas puras: son pasivas. Tienen preponderancia al paisaje y al amor. Su contenido es bucólico e idílico. Tienden al efecto emocional. Otra característica es que se cumplen en el oyente, esto es, cada uno las interpreta a su manera. Ejemplo de esto es la canción Peine de agua. En tanto, en la Canción de verano y remo se destaca una muy buena utilización de metáforas:
Con un torrente gris de paloma
y una canción de verano y remo,
con una lluvia de sol y aroma
se va la tarde, novia del viento.
Dame, isleñita, ese vino agreste
de tu racimo, nácar y miel,
todo el paisaje me huele a verde,
crece en mis venas y arde en tu piel.
En cuanto a líricas puras pasivas, aquí encontramos una preponderancia al testimonio o denuncia. El paisaje majestuoso contrasta con la desigualdad social. El autor utiliza formas afectivas; hay una poesía militante, una ideología. Contenido ético. El pasado se refiere al presente y se proyecta al futuro. Las líricas no terminan en el oyente, lo superan. Ejemplos de esta clasificación son las conocidas canciones Peoncito del mandiocal y Canción de cuna navideña. Transcribimos unos versos de esta última canción:
Todos tan alegres
llegó Navidad
y en mi rancho pobre
y en mi rancho pobre
tristeza sonó igual
No llores mi niño
ya no llores más
que nadie se acuerda
que nadie se acuerda
que no tienes pan.
Allá en un pesebre
dicen que nació
un niñito rubio
rubio como el sol.
Dicen que es muy pobre
pobre como tú
destino de pobre
destino de pobre
destino de cruz.
Otras canciones presentan un lenguaje combativo, guerrero, tal el caso de la milonga Patrón:
Patrón, esa sombra que tirita tras sus reses,
huella y harapos, comiendo a veces;
patrón, por sus intereses,
ahí va su peón.
Patrón, esa sombra que levanta sus galpones,
sudor trenzado con otros peones;
patrón, por sus ambiciones,
ahí va su peón.
Por otra parte, el tema Hasta la victoria traza una relación entre pasado y presente. Al acontecimiento histórico del Sitio de Paysandú y la Guerra del Paraguay lo lleva al presente:
Yo soy Ramón
Aquel, la luz del oprimido
La carne, sangre y piel
Del hombre redimido
Yo soy, el león que va
Cruzando la montaña
Por montes y quebradas
Rugiendo libertad
Yo soy Ramón
Aquel, que vive más allá
Por último, las líricas aplicadas se relacionan con la coreografía y el fundamento rítmico: la poesía y el canto son absorbidos por evoluciones, mímica y destreza (ejemplo: recopilaciones de chotis, chamarritas, etc.). Como muestra sonora, Alfredo Miranda nos ofrece una poco conocida versión de Río de los pájaros por el recordado cantautor mendocino Antonio Tormo, cerrando esta semblanza de Aníbal Sampayo como hombre folklórico.
(*)Ver: http.// es.wikipedia.org/wiki/Conflicto_entre_Argentina_y_Uruguay_por_plantas_de_celulosa
Homenaje a Miguel “Zurdo” Martínez, paranaense, recientemente fallecido, entrañable amigo de Aníbal Sampayo
por Schubert Flores.
Miguel Martínez nació en Paraná, capital de la provincia argentina de Entre Ríos el 12 de febrero de 1940. Ha recibido en su formación musical lecciones de guitarra de distintos maestros, destacando el propio Miguel su técnica de estudio tomada del maestro uruguayo Abel Carlevaro. Como estudioso del folklore regional conoce a Aníbal Sampayo en 1964. De su primer disco, publicado en 1975 se destaca el tema La cañera, compuesta por su entrañable amigo y colega oriental. Según la semblanza de don Schubert Flores, el “Zurdo” “vivió intensamente el paisaje, el río y el hombre de la zona” (sic). Para la identidad regional, el cancionero es relativamente nuevo.
El oficio de periodista e investigador le permitió al Sr. Flores entrevistar en varias ocasiones a Miguel, obteniendo testimonios de primera mano, destacándose un video filmado en el Islote Curupí, en el que el “Zurdo” canta “Río de los pájaros” y da una completa lección sobre folklore, flora y fauna del lugar a unos jóvenes que se habían establecido en ese islote. En cuanto a material documental escrito, Flores ha compartido con el público presente interesantes conceptos de Martínez, hombre muy comprometido, humilde y solidario. Como cultor de la instrumentación acústica pensaba: “A la guitarra hay que sacarle ese sonido a madera. Reniego de la guitarra enchufada…”
Con Aníbal Sampayo compartieron la grabación del casete “Sin fronteras”, editado sólo en Paraná, en 1992 . Con el recordado artista sanducero compartieron otras grabaciones informarles, entre las que se destaca el chamamé Kilómetro 11. Como solista, el “Zurdo” Martínez recorrió varios países de América Latina y musicalizó a importantes poetas como Marcelino Román, Leonardo Castillo y Polo Martínez, su padre. Participó en los Festivales Guitarras del Mundo 1999 (Buenos Aires) y Paraná (2000). Miguel falleció el 13 de enero de este año, estando muy enfermo. Deja como legado a las nuevas generaciones una obra tan rica como poco conocida fuera de la región litoraleña, que ojalá comience a reeditarse y difundirse como merecen los grandes artistas populares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario