lunes, 28 de septiembre de 2015

Lo mejor de la trova en cuatro voces latinoamericanas


Miryam Quiñones, Amaranta Pérez, Aurora Feliú y Paula Ferré brindaron un espectáculo de altísima calidad a través de canciones propias  y clásicas del repertorio continental.



Cuatro países, un canto

Teatro El Marechal

Leopoldo Marechal 1219

Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Argentina

Miércoles 23 de septiembre  de 2015


La trova se originó en la región francesa de Provenza a finales del siglo XI. Este tipo de arte, que combina música y poesía, era acompañado habitualmente por instrumentos de cuerda, especialmente por laúd. Se cuenta que los primeros trovadores laboraban en las cortes; posteriormente surgieron los juglares, músicos itinerantes que iban de pueblo en pueblo contando las noticias a través de inspiradas canciones. En España este arte adquirió características propias, que llegaron hacia fines del siglo XVIII a lo que hoy es América Latina. En estas tierras el arte de la trova tomó diversas denominaciones: en Argentina y Uruguay se lo conoce como “payada”. Cuando ésta se realiza a dúo se denomina “contrapunto”, siendo esta segunda versión altamente popular en Cuba, Chile y Colombia, además de los países mencionados anteriormente.

Las tecnologías del siglo XX originaron novedosas formas de difusión del arte musical: la radiofonía, el cine y el registro cinematográfico ayudaron  a popularizar las expresiones populares. Con el tiempo, y visto el potencial económico que se generaba, los medios priorizaron a los cultores de una música muy comercial y de dudoso gusto y contenido. Fue entonces, hacia principios de los años 60, que la trova cobró nuevo impulso en los países latinos, jerarquizando las expresiones populares y alejándolas de su vertiente pasatista. En Mendoza, Argentina, surge el “Nuevo Cancionero”, cuyo manifiesto no deja lugar a dudas de su claro lineamiento poético y musical. “Nueva Trova” en Cuba, “Nueva Canción Chilena”, “MPB” (Música Popular Brasileira), son algunos de los nombres de las nuevas tendencias de la época. Surgidos en contextos bien diferentes, estos movimientos confluyen en conceptos estéticos comunes. En 1967, la Casa de las Américas organiza en La Habana el Primer Encuentro Mundial de la Canción Protesta (tal como se llamaba en algunos países). Entre sus participantes estuvieron Raimon, cantor español en lengua catalana, los uruguayos Daniel Viglietti y Aníbal Sampayo y los hermanos Ángel e Isabel Parra, de Chile. El encuentro servirá para vincular a muchos de ellos y generar un necesario intercambio de experiencias y saberes. Las dictaduras cívico-militares que asolaron tierras sudamericanas detuvieron todo avance hasta bien entrados los años 80 y 90, en que comenzaron a tenderse puentes nuevamente, en otros contextos sociales y políticos.

En la actualidad existen vinculaciones que nos permiten entrar en contacto con los trovadores del continente para poder conocer y aprender las expresiones y experiencias de los diferentes procesos sociales que viven nuestros países. Las protagonistas de esta noche son Miryam Quiñones, de Perú, Amaranta Pérez, de Venezuela, Aurora Feliú, de Cuba y Paula Ferré, de Argentina. A través de canciones solistas y colectivas, cada una de ellas dará lo mejor de sí en un espectáculo intenso y emotivo.

Nacida en Lima, Miryam Quiñones es licenciada en Comunicación Social de la Universidad de Lima; ha cursado estudios artísticos en el Conservatorio Nacional de Música de su país y en la Escuela de Artes Vocales de Santiago de Chile. Desarrolla actualmente una carrera solista, tanto en el Perú como en el extranjero, que  ha llevado su canto por casi toda nuestra América, compartiendo escenario con los más reconocidos trovadores, en diversos e importantes eventos culturales. Recorrió 16 países con su canto y cuenta ya con 7 discos realizados de manera independiente: “En vivo I”, “En vivo II”, “Locuras” (homenaje a Silvio Rodríguez), “Transparencias”, “Eternamente Chabuca”, “Con el alma en vilo” (con grandes artistas invitados) y “Las flores buenas de Javier Heraud”, compartido con Vicente Feliú.

Miryam Quiñones


Ligia Amaranta Pérez Cobeña (Caracas, 1977) es cantante y compositora. Ha estudiado música desde muy joven. Tuvo su paso por el mundo coral en instituciones como el Orfeón de la Universidad Central de Venezuela, y agrupaciones como la Camerata Barroca y el Coro de Cámara Cantarte, que le sirvieron de espacio para la creación y el aprendizaje. Desde el año 2001 está dedicada al canto y la composición en diferentes géneros de la música tradicional venezolana. Actualmente forma parte del colectivo La Cantera; su CD “Agua salud” (Canciones Venezolanas. Nuevos Compositores Vol. 3), editado por el CENDIS en 2012 ha recibido críticas muy positivas. Amaranta ha compartido escenario con artistas de la talla de Cecilia Todd, José Alejandro Delgado y Gualberto Ibarreto, entre muchos otros.

Amaranta Pérez


Aurora de los Andes Feliú es cantautora y actriz. Nacida en una familia de artistas (hija de Vicente Feliú y sobrina de Santiago, ambos grandes trovadores cubanos), Aurora se presentó en más de una veintena de ciudades de Europa, Latinoamérica y el Caribe llevando en la voz un arma poderosa. En el año 2009 grabó su primer CD titulado “De cuna bohemia”, que incluye composiciones de José Alfredo Jiménez, Joan Manuel Serrat y Augusto Blanca. En esta oportunidad, Aurora nos presentará también canciones de su autoría.

Aurora Feliú


Paula Ferré es una de las nuevas voces referentes de la trova argentina. Comenzó su carrera profesional en 1988 en Buenos Aires. Reconoce múltiples influencias: el movimiento de la Trova Rosarina, León Gieco, Víctor Heredia, Charly García, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Joan Manuel Serrat, así como de los géneros folklore y jazz. Durante 20 años ha respondido a la convocatoria de numerosas agrupaciones sociales que contaron con su voz comprometida con las necesidades de los hombres y los pueblos.

En agosto de 2009 estrenó su canción “Mujer originaria” en el ECuNHi, con Teresa Parodi como invitada. Esta obra recibió en Ecuador la distinción “Canción Imprescindible”. Ha actuado en festivales españoles, en las ciudades de Barcelona, Granada y Madrid. Participó en los festivales "Canto de Todos" en Ecuador, Chile, Brasil y Argentina, compartiendo escenario con Luis Enrique Mejia Godoy, Pedro Munhoz, Francisco Villa, Alejandra Rabinovich, Cecilia Todd y Ricardo Flecha, entre otros cantautores. Es creadora y gestora del movimiento nacional MUJERTROVA que en 2013 reunió a 11 trovadoras de todo el país. Su disco “Mujer originaria”, publicado en 2013 con auspicios de ATE y ALBA Cultural, contiene temas propios y canciones de otros autores.


Paula Ferré



Tras una interesante introducción sobre la vida de Rosa Luxemburgo, se abre el telón y comienza la música con dos interpretaciones conjuntas. La primera es nada menos que La flor de la canela, de la recordada cantautora Chabuca Granda (1920 -1983), a quien Miryam dedicara su CD “Eternamente Chabuca” en 2012. La segunda interpretación a cuatro voces corresponde al bolero - son Ojos malignos, de Juan F. Pichardo, que puede apreciarse en el video adjunto.

Video: Ojos malignos


La primera actuación solista corresponde a Amaranta, quien comparte con el público sendas canciones de su repertorio. La primera es la conocida Tonada del cabrestero, de Simón Díaz (1928 – 2014), uno de los compositores venezolanos más populares de todos los tiempos. Amaranta exhibe muy buenas condiciones vocales, un inspirado canto así como absoluto dominio del cuatro, el instrumento con el que se acompaña. Le sigue un tema propio titulado Astromelia, que designa a la flor de una planta bulbosa sudamericana.






Paula Ferré canta con el corazón en la mano a sus afectos y a su tierra. Acompañada en segunda guitarra por Adrián Odriozola nos da a conocer hermosas creaciones como Color de río y Manos de madre. El tema profundo de la identidad subyace en cada una de las creaciones de Paula, quien traduce talentosamente sus sentimientos en música y letra.  Mientras disfrutamos de estas canciones, la artista plástica Fernanda Saint Lary realiza una pintura inspirándose en el canto colectivo.






Fernanda Saint Lary





El repertorio peruano está a cargo de la reconocida intérprete Miryam Quiñones, acompañada por Diego Norris en guitarra y Julián Cerasuolo en cajón. Podemos deleitarnos con sus personales versiones de El surco y Las flores buenas de Javier, ambas surgidas de la pluma de María Isabel Granda y Larco, más conocida como Chabuca Granda. Con su particular estilo Miryam le imprime emoción y ternura a sus interpretaciones, participando de esta forma en el proceso (re)creativo que renueva el interés por este repertorio.




Diego Norris y Julián Cerasuolo





Aurora Feliú trae dos composiciones propias bien diferentes: Orión, de inspiraciones celestiales y la muy terrenal Cachumbambé, nombre con el que se conoce en Cuba al popular sube y baja. “Esto es la vida: un rato arriba y otro abajo”, destaca la trovadora isleña. Solana Biderman aporta melancólicas tonalidades a través de su violoncello, acentuando la esencia de las canciones.

Video: Cachumbambé 

Minerva, diosa de la sabiduría y de las artes en la mitología romana, es traída a la actualidad por Amaranta, quien le dedica su dulce canto.

Video: Minerva





Nacimos sin palabras por la historia / indígenas de sol y de la tierra / sabios sonidos en profunda grieta…” es el comienzo de Manos trenzadas, creada y cantada por Paula Ferré con esa combinación de fortaleza y dulzura que caracteriza su trova.







Miryam vuelve a deleitarnos con su voz a través de El necio, canción a través de la cual Silvio Rodríguez deja en claro su pensamiento político y social en pleno período especial. De alguna forma la canción parece estar en consonancia con el título de la siguiente: La vida no espera, compuesta y recreada por Aurora.







En el segmento final vuelven a acoplarse las cuatro voces para cantar hermosas creaciones: La bella es Venezuela, de Amaranta y Mujer originaria, de Paula, quien reivindica a los pueblos originarios de nuestra región en sentido homenaje.



Video: Mujer originaria


 Como bis una recordada tonada de Violeta Parra, La jardinera. Es más que justo el tributo a la multifacética artista chilena, quien desafió las convenciones de su tiempo para llevar adelante su inspiradísima labor creativa, que abarcó la música, la poesía y las artes plásticas. Quedamos con la esperanza de que este ciclo “Cuatro voces, un canto” pueda replicarse en otras ciudades de nuestro país y del resto de Latinoamérica, potenciando el espíritu creativo de las voces femeninas de esta época.

Al encenderse las luces de la sala podemos apreciar la obra plástica de Fernanda ya terminada, titulada Trazando nuevos territorios.



Agradecimientos especiales:

A Paula, Amaranta, Miryam , Aurora y sus músicos

A Jimena Riveros, de Marche Press

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