El cantautor
sanducero presenta una obra personalísima en la que los aires folklóricos y el
rock se funden en ricas instrumentaciones y apasionadas líricas.
“Gallo”
Rodrigo Ortiz
Perro Andaluz Ediciones
PA 6306-2
Publicado en Uruguay
Año 2015
Nacido en
1973 en Paysandú, Rodrigo Ortiz ha
desarrollado una interesante carrera musical, con múltiples influencias que van
desde la música de raíz folklórica rioplatense hasta el rock, el blues y el jazz.
Su primera producción artística, “Evoluntando”,
apareció en formato de disco virtual en 2000, contando con la participación
de Popo Romano, Pato Mendaro y Darío
Reynosa, entre otros músicos. Durante estos tres lustros Rodrigo maduró un
nuevo repertorio que ha ido presentando en diferentes ciudades uruguayas con el
apoyo del público y de sus colegas.
“Gallo”
ofrece trece canciones desarrolladas por el cantautor y multiinstrumentista
con importantes aportes de músicos invitados. El fonograma comienza con Río: “El río Uruguay, un camino al mar que mi
canto absorbe”, representa un homenaje a su “patria chica”, destacándose Nicolás Mora en el nostálgico
bandoneón. Mi esperanza, canción que tuvimos oportunidad de escuchar en
vivo hace un par de años, conserva su impronta, potenciada en el disco con el
aporte de percusiones, clarinete y la atípica y bellísima arpa paraguaya a
cargo de Nicolás Almada. Una de las
canciones más aclamadas por el público en los recitales es Perdido, personalísimo blues que podemos escuchar en un video
registrado en Montevideo en 2013.
Video: Perdido (en vivo)
La trova urbana encuentra en Echarpatrás uno de los
mejores temas del disco en letra y música. La atmósfera se pone más densa en Gallo:
“Dónde puedo hallar la palabra, el
botón verde de todo esto, cómo alejar de un soplido la niebla para verte
completo”. La incorporación del bombo legüero en un tema alejado del
folklore es un feliz hallazgo en la obra de Ortiz. Llueve, el tema que
sigue, parece despejar las angustias del tema anterior. En el video oficial los
lectores pueden apreciar esta canción.
Video: Llueve
Madre de todo destino comienza con los cacareos de la
gallina Nilsa, otro de los rasgos lúdicos en la obra de Rodrigo Ortiz. Una vez
más la búsqueda filosófica está vertida en inspirados versos, apoyados por el
bombo, el violín y el cuatro. Hombre y Vida negra (esta última
con el aporte de Agustina Mosca en didgeridoo) recobran el clima
oscuro y tenso, marcando una vez más el
eclectismo de Rodrigo Ortiz en sus composiciones.
Rodrigo Ortiz
La amansadita, aire de zamba que cuenta con el aporte vocal de Leticia Moreira, es una desgarrada
expresión de desamor. Como la otra cara de la moneda le sigue Entrevero, rítmica y melodiosa canción con
percusiones de Santiago Coby Acosta. Hacia
el final del disco Mariposa explora entre aires tangueros señales vitales y “senderos
nacientes”. La mandolina, otro instrumento poco frecuente en el canto popular,
aporta una peculiar atmósfera introspectiva en Manifestarte, el broche
de oro de una obra que merece postular a los Premios Graffiti.
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