domingo, 12 de mayo de 2013

Sinestesia: de la búsqueda seminal a la creación contemporánea

 

Recital del grupo Sinestesia

Universidad Nacional de San Martín

Teatro Tornavía

Av. 25 de Mayo y Francia

San Martín, Buenos Aires

Viernes 10 de mayo de 2013


Integrado por músicos residentes en San Martín, en la periferia de Buenos Aires, Sinestesia es un conjunto de rock que se destaca nítidamente en la escena nacional. La búsqueda de elementos musicales y poéticos que nutren su obra se adentra en los comienzos mismos del rock nacional, época en que esta música aun no recibía esa denominación, contando con excelentes referentes. Si bien es evidente, y hasta diríamos “inevitable”, la influencia de las grandes bandas inglesas y estadounidenses, lo original del rock argentino es la creación de nuevos paradigmas, basados en búsquedas originales relacionadas con la introspección, la poesía y los diferentes sonidos que podían amalgamarse con influencias del blues y en menor medida del jazz y del tango. El gran referente de la banda es el genial Luis Alberto Spinetta , gran lector que pudo volcar en su obra la gran influencia de escritores y pensadores como Artur Rimbaud, Antonin Artaud, Sigmund Freud y Michel Foucault, entre muchos otros. En su música pueden hallarse también variadas influencias, desde The Beatles hasta ritmos  de raíz folklórica argentina.


El recital de Sinestesia comienza con Cántaros quebrados, una de las canciones más celebradas de su EP (CD de cuatro canciones que está a la venta en los recitales de la banda). Impecables armonizaciones dan sustento al desarrollo filosófico de la lírica, conjugando magistralmente los diferentes elementos que se plasman en la creación original. Largos segmentos instrumentales con preeminencia de teclados y batería acercan claves de los años 70 reformuladas con talento.

Una nueva canción, Caricias primales, es otra faceta del pensamiento filosófico y existencial de los autores, materializado en un nuevo personaje femenino. En el video que se ofrece debajo, a pesar de algunas limitaciones sonoras (no fue posible captar en toda su magnitud el sonido original) permite acercarnos a la gran actuación de Sinestesia.




Video: Caricias primales

© Fogón Latinoamericano y Sinestesia

 
 

La evolución interpretativa del conjunto es evidente en esta nueva presentación. La sala Tornavía, sin ser demasiado grande, provee una muy buena acústica y condiciones técnicas de calidad para la realización de espectáculos musicales. Todo ello sumado a la experiencia de Sinestesia y a la creciente cantidad de creaciones propias hacen de este recital uno de los mejores realizados por la banda hasta la fecha.

Sebastián Reymundi, guitarrista y vocalista, se desempeña con soltura en el escenario. Considerando la cuidada estética sonora y la detallada elaboración de las letras, sólo cabría demandar de la excelente banda un mejor manejo de los recursos vocales. Parte de ello se dio esta vez por las mejores condiciones técnicas que brindó la sala y la posibilidad de seguir las letras, hasta donde lo permitía la iluminación, a través de un oportuno cancionero repartido a la entrada.
 
  
 
 
Sebastián Reymundi
 
 

Rodrigo Maximiliano Gómez, uno de los prolíficos autores de Sinestesia, cuenta también con la responsabilidad de llevar a cabo los refinados arreglos de las canciones. Rodrigo tiene un óptimo desempeño en la interpretación de los teclados y en los coros de algunas creaciones.


 
Rodrigo Gómez
 

Enigma al partir sugiere desde sus primeros acordes un clima de cierta oscuridad y melancolía. Recordamos que la palabra sinestesia, en neurofisiología, alude a la percepción conjunta de varios tipos de sensaciones de diferentes sentidos y en un mismo acto perceptivo. Y aunque como público no llegamos a ese estado comprendemos la intención compositiva de integrar diferentes emociones y sensaciones y trasladarlas a la creación poética.  Un tallo brotará y Acércate ver esbozan esperanzas en medio de la gris cotidianeidad, planteadas como certezas en medio de interrogantes existenciales. En esta última canción apreciamos interesantes elementos cercanos al blues.


 
 
Nicolás Loiacono
 

Altamar, uno de los temas que pueden disfrutarse en el disco, fusiona con inteligencia elementos de la trova rosarina, de la cual surgió Fito Páez, con sonidos más antiguos y enigmáticos. El maravilloso toque de piano hacia el final es el broche de oro de una linda canción. Nicolás Loiacono (bajo y coros) y Sebastián Fernández de la Puente (guitarra) realizan un importantísimo aporte al sonido “sinestésico”.

 
 
Sebastián Fernández
 

Las percusiones, parte fundamental del sonido del grupo, están a cargo de Gonzalo Juani, quien aporta a las melodías un sustento fundamental que acentúa las intenciones creativas.

Gonzalo Juani
 

Algunas canciones nuevas se suman a las creaciones más conocidas, ampliando el universo sonoro de la banda y, por ende, el interés del público que la sigue. Una de esas nuevas obras se titula Poseso, aportando una sonoridad un poco más heavy. En el caso de Postal, Rodrigo nos cuenta la intención de “crear diferentes climas con las canciones”. La formación de la banda cambia ligeramente en el escenario. Nicolás tocará teclados, evocando melodías de Serú Girán, y Gonzalo el cajón. Postal conlleva aires tangueros muy bien significados.

 
 
 

De su admirado Spinetta, Sebastián canta Penumbra, obra primigenia grabada mucho tiempo después de su creación, formando parte de la música de la película “Fuego gris” de Pablo César (1994).  Una sorpresa interesante es el aporte que brinda Explosión inicial, compuesta como aire de zamba pero adaptada a las posibilidades del grupo. Y si bien la estructura melódica es más acorde a la del género folklórico, la letra está en sintonía con el “universo sinestéstico”, reflexivo, filosófico y hasta críptico en ocasiones.

 
 
 

Regresar, el cuarto y último tema del disco, parece escapar del clima enigmático y gris, mientras que La espera que nos dimos y Furia helada interpelan a la mujer amada (¿real o imaginaria?).  De Fito Páez y Herbert Vianna escuchamos El vampiro bajo el sol, cuya línea compositiva sintoniza con los conceptos estéticos de Sinestesia. Con guiños a la obra de Fito, se anuncia como último tema Desde la luz, contracara de varias composiciones de la banda.

 
 
 
 

El bis, Soliloquio del caminante, se anuncia como un “tema de fogón”, “guitarra y cuasi quena” y de hecho sitúa al protagonista en paisajes relacionados con la tradición. Cabe destacar el muy buen sonido de sala, que ayudó a potenciar el innegable talento de los integrantes del conjunto.

 
 
 
 

martes, 7 de mayo de 2013

Patricio Echegoyen y Martín Páez de la Torre, a sala llena en Montevideo


Ciclo Dúos

Aula Magna

Universidad Católica de Uruguay

Avenida 8 de octubre 2738
Montevideo
 
 
Patricio Echegoyen
 
Patricio Echegoyen Camaño nació en Tacuarembó, Uruguay en 1978. Sus padres Agustín y Alicia le inculcan su amor por la música. Si bien en un primer momento la inclinación de Patricio hacia la música de raíz folklórica ha sido (y sigue siendo) muy importante, su acercamiento a vertientes académicas le abrió las puertas de un mundo sonoro no tan distinto que le ayudó a complementar y afianzar sus conocimientos musicales.  De esta forma, en el repertorio del joven músico conviven obras de Abel Carlevaro, Atahualpa Yupanqui, Carlos Di Fulvio y Agustín Barrios, por citar sólo a algunos célebres compositores. La primera obra discográfica de Patricio se titula “Paisano errante” y ha sido publicada por el sello Sondor en 2008.

Martín Páez de la Torre
 
Martín Páez de la Torre nace en  Yerba Buena, provincia argentina de Tucumán en 1978. Su importante formación artística lo ha llevado a recorrer Argentina y parte de Europa, donde tuvo oportunidad de demostrar su talento en creaciones propias y de otros compositores en charango y guitarra. Páez de la Torre tiene dos discos editados: “Charcos” (2010) y “Manos para la miel” (2011).  Los ciclos “Guitarras del Mundo” y “Noche de Charanguistas” testimonian el talento de Martín, quien antes de iniciar una importante gira por el Viejo Continente nos permite escuchar su arte junto a su amigo y colega Patricio Echegoyen.
El Ciclo de Dúos que se brinda en Montevideo, iniciado en abril con la presentación de Carlos Aguirre y Juan Falú, continúa brindando un nuevo evento de gran calidad artística. Comienza la presentación de Martín y Patricio con la zamba El silbador (Gustavo “Cuchi” Leguizamón y Manuel José Castilla), tocada a dúo en magnífica versión.

 
 
Continúa Martín con un segmento solista en el que interpreta dos obras propias: Luna, con guitarra y dedicada a una antigua novia, y la imaginativa Semillita, compuesta en las yungas (selvas) bolivianas cercanas a Coroico. Durante una excursión en bicicleta por esos verdes parajes, Martín imaginó esta melodía para su sobrina Lourdes.
 
Patricio nos presenta sendas obras propias: la primera es un cielito titulado Oro viejo, compuesto en 2012, seguido por la cueca Vino sin nombre. El universo sonoro que nos presenta Patricio se destaca por la variedad de ritmos e inspiradas melodías donde la raíz folklórica se reformula inspiradamente.
 
 
Las cruces del camino, interpretada por Martín en ronroco (variedad de charango más grave que la tradicional) describe caminos y paisajes del norte de Argentina y sur de Bolivia, y ha sido dedicada por el compositor e intérprete a la memoria de su amigo de la infancia Tomás Curia. La obra manifiesta una interesante búsqueda de nuevos sonidos. Por su parte, su versión de la zamba Cuando se dice adiós (Jaime Dávalos y Eduardo Falú) nos emociona a través de emotivas melodías que denotan el personalísimo estilo del guitarrista y compositor salteño.
 
El ritmo y danza denominado gato es particularmente célebre en Argentina y Uruguay. Patricio Echegoyen ha compuesto tres gatos de simpáticos títulos: el primer se titula Aguantate chaparrón, “gato tormentoso” inspirado en su hermana Inés. El segundo gato, llamado Don Eusebio, exhibe un interesantísimo “vuelo” musical y evoca a un paisano salteño de las montañas de esa provincia. Patricio lo subtitula “gato resbaloso”. Por último, Alberto y el zancudal intenta describir en sus acordes el “festín” de un sapo con los insectos llamado zancudos. Su autor lo denomina “gato bífido”.
 
 
Una hermosa versión a dúo de La pobrecita, célebre zamba de Yupanqui, constituye uno de los momentos más altos del recital. El charango vuelve a aparecer en escena de la mano de Martín, interpretando Cristales, obra que nos acerca a un universo introspectivo y lúdico.
Se incorpora a escena un importante invitado: el acordeonista Fabiano Torres da Silva, oriundo de Santana do Livramento (Rio Grande do Sul, Brasil) quien en su primera interpretación acompaña a Patricio en el chamamé del propio Fabiano titulado Florido espinillo. El mismo dúo interpreta una chamarra dedicada a Gustavo Cabrera. Por su parte, Fabiano protagoniza un solo con su obra A quien ya se fue.
Fabiano Torres
 
Sencilla y a la vez inspirada, la versión que brinda Martín del tango-canción El día que me quieras (Carlos Gardel – Alfredo Lepera) recibe una acalorada ovación del público.
Para el final, el trío se luce con una novedosa versión de Viva Jujuy (recopilación de Rafael Rossi) en guitarra, charango y bandoneón, que puede apreciarse en el video que ofrecemos a continuación.

Video: “Viva Jujuy”
© Fogón Latinoamericano
El bis es nada menos que el Carnavalito del duende, creación del citado dúo Leguizamón y Castilla, en la que los músicos se lucen en toda su plenitud.
 
 
 
Agradecemos muy especialmente la colaboración de los señores Martín Páez de la Torre y Diego Barnabé.
 
Páginas oficiales de los músicos:
 
Ciclo de Dúos
Producción general: Diego Barnabé y Moriana Peyrou para Dúo (Ideas Culturales)
PRÓXIMOS CONCIERTOS
22 JUNIO
Leo Maslíah (piano y voz) y Diego Schissi (piano)
Aula Magna de la Universidad Católica
 
10 AGOSTO
Nicolás Armicho (percusión y voz) y Popo Romano (bajo y contrabajo)
Aula Magna de la Universidad Católica
 
 
5 SEPTIEMBRE
Trío Aymamá (Argentina) y Cuarteto Ricacosa (Uruguay)
Sala Zitarrosa
 
9 y 10 NOVIEMBRE
Festival Música de la Tierra
Artistas de Uruguay, Argentina y Brasil
Capilla y Parque de Jacksonville